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España

Podemos no eliminará el Senado: plantea una tímida regeneración democrática en su programa del 20-D

El líder de Podemos y candidato a la Presidencia del Gobierno, Pablo Iglesias.

La moderación de Podemos, una transformación discursiva en menos de dos años digna de ser estudiada en las facultades de Ciencia Política del país, ha llevado al partido de Pablo Iglesias a presentar un programa electoral del 20-D muy alejado de aquella revolución que prometían cuando irrumpieron en el panorama nacional. La formación morada ha dado a conocer este lunes el ideario con que concurrirán a las generales, un documento cargado de propuestas edulcoradas, menos ambicioso en acometer reformas institucionales que otros partidos emergentes e incluso más comedido que el PSOE en determinadas áreas. De la lectura del programa y su memoria económica, sobresale, por ejemplo, que no abogue por la eliminación del Senado, cuando la supresión de la Cámara Alta se convirtió en emblema del movimiento 15-M.

Podemos, que se declaró heredero de aquellos indignados y del "no nos representan" gritado a los políticos, desoye así una de sus principales reivindicaciones y se limita a señalar que "transformaremos el Senado en una cámara de representación de derechos e intereses territoriales". Entre las funciones que le encomienda figuran la participación en la aprobación de leyes, el nombramiento de miembros de órganos del Estado e instituciones centrales, como los magistrados del Tribunal Constitucional o los vocales del Consejo General del Poder Judicial, y "un papel importante" en la relación con la Conferencia de Presidentes. En cuanto a su composición, el partido de Iglesias sólo promete una reducción del número de senadores, sin dar más detalle, y afirma que estaría integrado por "representantes de los gobiernos regionales, intercambiables y con voto en bloque". En cambio, Ciudadanos, otro partido que combate el bipartidismo, sí ha apostado por prescindir del Senado y conformar en su lugar un Consejo de Presidentes autonómicos (incluidos los de las ciudades de Ceuta y Melilla).

El partido de Iglesias sólo promete una reducción del número de senadores, sin dar más detalle

Tampoco defiende Podemos, como sí lo hace Ciudadanos, la supresión del órgano de gobierno de los jueces. La formación morada se pronuncia así en su programa electoral del 20-D: "Consideramos que, aunque el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) mantenga sus actuales competencias generales, debe asumir directamente su principal función: velar por la independencia del Poder Judicial como servicio público". Para ello, Podemos se inclina por una "elección directa por parte de la ciudadanía de los quince miembros del CGPJ, quienes serán elegidos entre jueces y magistrados, fiscales, secretarios judiciales y juristas de reconocido prestigio con al menos diez años de experiencia profesional y que, asimismo, hayan sido avalados por asociaciones, sindicatos o plataformas ciudadanas". Dos condiciones menores, dado que ahora mismo ya se piden quince años de experiencia así como el aval de una asociación judicial. 

Además, manteniendo un nexo con el poder legislativo, Podemos propone la creación de un "órgano colegiado creado a tal efecto por el Congreso" para "regular y promover institucionalmente dichas elecciones". La última medida sobre esta institución tampoco trae un giro considerable al funcionamiento del CGPJ, tan criticado por su politización, y fija "establecer limitaciones de gasto en las campañas que puedan ser promovidas para estas elecciones".

La reforma electoral, para abordarla en otro momento

Otro aspecto donde Podemos no hará una profunda revolución es en lo relativo al sistema electoral. Como si ahora no fuera el momento de abrir este melón, en unas elecciones que los propios dirigentes de Podemos han calificado de "históricas", la formación de Iglesias se deja aquí las tareas a medio hacer. Como punto de partida se muestra favorable a reformar la elección de los parlamentarios del Congreso estableciendo "la circunscripción autonómica (ahora provincial) como única base territorial para la asignación de diputados". Esta idea no es nueva y ya la llevaron en su programa de las generales de 2011 tanto Compromís, socio ahora de Podemos, como BNG. Para su implementación, utilizarían "fórmulas de la media mayor que garanticen la igualdad del peso del voto de todos los ciudadanos". "La distribución de diputados entre las distintas comunidades autónomas se llevará a cabo de acuerdo con el peso demográfico de cada una de ellas", añade.

No obstante, se trata de una medida-esbozo, ya que la intención de Podemos, según señala, es "abrir un amplio debate ciudadano sobre el resto de los componentes del sistema electoral". No hay ninguna alusión al modelo alemán por el que se decanta Ciudadanos, que permite el doble voto y una mayor cercanía entre el elector y el político.

Negociación mediante "cuota de rechazo" para el TC

Para el Tribunal Constitucional, Podemos también emplea la palabra "despolitización", al igual que los tres partidos que tiene por delante en las encuestas. Sin embargo, su particular propuesta no se ciñe tanto al mérito del candidato (Ciudadanos quiere que la designación sea vía concurso) como a su capacidad para contentar a los partidos. Así, la formación de Iglesias aboga por una elección mediente lo que llama "cuota de rechazo".

La formación morada contempla la supresión de las diputaciones provinciales, pero a largo plazo

"La negociación de los nombramientos", dice Podemos en una terminología poco adecuada para hablar de despolitización, partirá de la "conformación de un amplio listado de todas las personas técnicamente cualificadas para acceder a él". A partir de aquí, continúa, "cada uno de los partidos solo podrá ir si descarta de esa lista un número proporcional a la cuota que le corresponde en función de su entidad parlamentaria. Tras sucesivos procesos de descarte, acabarán quedando solo los que menos rechazo generan", añade. Con ello, concluye Podemos, "no estarán designados por nadie, ni en deuda con nadie".

Un modelo territorial todavía por debatir

Respecto al modelo territorial, Podemos no aporta más concreciones a las generalidades ya repetidas desde hace meses. La formación morada defiende el derecho a decidir, asegurando "el derecho de los gobiernos autonómicos a celebrar consultas a la ciudadanía sobre el encaje territorial del país". En este sentido, se compromete a "iniciar un proceso de cambio constitucional orientando a resolver, entre otros, los problemas de estructuración territorial del Estado y evaluaremos y debatiremos sobre las experiencias de Reino Unido y Canadá". El partido de Iglesias no concreta aquí ninguna actuación de futuro, ni siquiera la revisión de algún artículo de la Constitución. 

Además, Podemos habla de un "nuevo modelo territorial" con cinco ejes que incluyen vaguedades del tipo "Construcción de una nueva gobernanza democrática e inclusiva". Sobre las diputaciones provinciales, cree que ahora es necesaria una "coordinación autonómica de sus actuales funciones" y sólo contempla su supresión constitución a largo plazo. 

En materia de financiación el partido del círculo tampoco profundiza y no va más allá de garantizar "un proceso de evaluación de los sistemas de las comunidades autónomas, con la finalidad de promover un consenso sobre las reformas necesarias para que mejore su eficacia en cuanto al cumplimiento efectivo de los principios de autonomía, solidaridad interterritorial y lealtad institucional, en el marco de una Hacienda federal".

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