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España

Alianza Podemos-IU: Sánchez aspira a pilotar con mayoría un 'frente popular'

Los líderes de Podemos e IU, Pablo Iglesias y Alberto Garzón.

El PSOE corre un riesgo serio de verse superado después del 26 de junio por la probable alianza de Podemos con Izquierda Unida, pero el equipo de Pedro Sánchez prefiere poner el acento, sobre todo, en las ventajas que le reportaría un reforzamiento del bloque de izquierdas si se acerca a los 176 escaños de la mayoría absoluta. Los dirigentes regionales tienen claro que si el comité federal no le hubiera puesto a Sánchez tantos impedimentos para pactar con Pablo Iglesias y Alberto Garzón, en estos momentos habría Gobierno. Este es el proyecto que se propone recuperar el líder del PSOE después de las elecciones, convencido de que se iniciará una nueva etapa en la que los vetos del máximo órgano del partido entre congresos todavía vigentes quedarían completamente desactivados y podría alumbrarse, por tanto, el ‘frente popular’ que no fue posible en esta legislatura.

La alianza entre Podemos e IU puede facilitar un Gobierno con el PSOE que roce la mayoría absoluta

Los cálculos que se manejan en el cuartel general del PSOE reflejan que si, finalmente, Podemos e IU concurren juntos a las urnas, podrían rentabilizar su alianza con la ganancia, como mínimo, de siete escaños. A los 69 obtenidos por la formación morada el 20-D y los dos de IU, se sumarían nuevos representantes de izquierdas en, al menos, cuatro regiones: Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. Con la ayuda de estos 78 diputados, los socialistas podrían gobernar sin mayores problemas siempre que ellos se acercaran a los 98 escaños, ocho más que hace cuatro meses, aunque si se quedaran cortos siempre podrían contar con el respaldo de los seis que todas las encuestas conocidas prevén para el Partido Nacionalista Vasco. En todos estos cálculos, el PSOE cuenta con que se sumarían a este frente los representantes valencianos de Compromís, los gallegos de En Marea y los catalanes de En Comú.

Fuentes socialistas reconocen que sufrir el sorpasso a manos de Podemos e IU sería “una catástrofe” para el PSOE que solo podría verse compensada por el nacimiento de un Gobierno de izquierdas plural. No obstante, algunos barones regionales ven con auténtico repelús jugar con esta posibilidad, sobre todo teniendo en cuenta el tradicional rechazo que en su partido se ha tenido siempre “a todo lo que suene a PCE”. A este problema se añade otro no menor: ¿qué haría Sánchez con el acuerdo firmado con el líder de Ciudadanos Albert Rivera?

El voto joven para Podemos y el menor rechazo para el PSOE

Las ventajas que para Podemos e IU ofrece su posible alianza son claras. De comparecer de nuevo a las elecciones sin ella, lo más probable es que el bloque de izquierdas, PSOE incluido, apenas variara de volumen en relación con el 20-D y, en todo caso, quedara penalizado si aumenta la abstención.

Según el análisis que dentro del PSOE se hizo del último barómetro del CIS, posterior a las legislativas de diciembre, Podemos sigue siendo el partido con mayor aceptación entre el voto joven de las grandes ciudades y, posiblemente, el que menos perjudicado se vería por la abstención dentro de la izquierda. Dependiendo si le castiga o no haber sido el responsable de precipitar las elecciones, campaña en la que piensan esforzarse los socialistas, podría volver a superarles en intención directa de voto, a pesar de que Pedro Sánchez continúa siendo, según la mayoría de las encuestas, el líder del partido que menos rechazo suscita en el electorado, todo lo contrario que Mariano Rajoy y el PP.

El pacto entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón podría beneficiarles, sobre todo, en cuatro comunidades

En el grupo parlamentario socialista se advierte, en todo caso, que la volatilidad de los sondeos de aquí a las próximas elecciones va a ser muy alta. Pese a que el último CIS conocido, correspondiente a enero, detectó que podría producirse el sorpasso en la izquierda, situando a Podemos en el mismo porcentaje de voto que el PSOE consiguió el 20-D y viceversa, sondeos posteriores han reflejado todo lo contrario. “Muestras de población de 1.000 personas, o menos, mediante entrevistas telefónicas, tienen escasa o nula credibilidad”, recuerdan en Ferraz.

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