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España

Oposición frontal de los barones socialistas a gobernar con Podemos en cinco comunidades

Pedro Sánchez, César Luena y Ximo Puig, en el último comité federal del PSOE.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tienen previsto reunirse este miércoles en el Congreso de los Diputados y en la ejecutiva del PSOE se tiene la convicción de que la cita no servirá para que Podemos acabe facilitando la investidura del líder socialista. Por si acaso, algunos barones han decidido estrechar al máximo el margen de maniobra que pudiera tener Sánchez para llegar a un acuerdo de esta naturaleza y le han advertido de que no están dispuestos a transigir con gabinetes de coalición en cinco de las siete regiones donde gobiernan: Aragón, Extremadura, Castilla-La Mancha, Asturias y la comunidad valenciana.

Los barones quieren estrechar al máximo el margen de maniobra de Sánchez para pactar con Podemos

Los dirigentes del PSOE en estos territorios están convencidos de que un pacto con Podemos que condujera a Sánchez a La Moncloa iría seguido automáticamente de la exigencia por parte de la formación morada de una entrada en los gobiernos regionales que se constituyeron gracias a su apoyo después de las pasadas elecciones autonómicas. No sería un plato de buen gusto para Javier Lambán, Guillermo Fernández Vara, Emiliano García-Page, Javier Fernández y Ximo Puig.  Así se lo han hecho saber a Sánchez y a su equipo, temerosos de que Podemos quiera conquistar parcelas de poder por la puerta de atrás cuando está a punto de cumplirse un año de las últimas elecciones autonómicas.

Estos barones socialistas, junto a la balear Francina Armengol, tienen en común que llegaron al cargo gracias al apoyo de Podemos a su investidura, aunque posteriormente el partido de Pablo Iglesias declinó asumir responsabilidades institucionales y se quedó en la oposición. Desde este estadio, ha venido reclamando en los últimos meses la renegociación de los pactos alcanzados con el PSOE en estos territorios, al comprobar que los socialistas suben en las encuestas mientras que Podemos se estanca al no obtener rédito electoral alguno de su respaldo a gobiernos no participados por su gestión. En Aragón, Extremadura, Castilla-La Mancha y la comunidad valenciana, los socialistas necesitaron del voto afirmativo de Podemos, mientras que en Asturias Javier Fernández solo necesitó de su abstención al obtener el apoyo de Izquierda Unida.

El miedo a una coalición entre Podemos e IU

La posibilidad de una coalición entre IU y Podemos en las próximas elecciones de junio, si finalmente se convocan, es algo que preocupa seriamente al PSOE ya que la suma de ambas fuerzas en una única candidatura a nivel nacional tendría una rentabilidad inmediata en el número de escaños. El pasado diciembre, Podemos consiguió 42 diputados con casi 3,2 millones de votos, aunque llegó a los 69 gracias a las coaliciones fraguadas en Galicia, Cataluña y la comunidad valenciana con En Marea, En Comú Podem y Compromís. IU logró solo dos escaños con 923.000 votos.

El PSOE teme entrar en un ajuste de cuentas con Podemos en el mapa municipal y autonómico

Entre los barones socialistas se admite que la relación con Podemos es un asunto envenenado, pues albergan también el temor a que un distanciamiento radical entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias acabe menguando el poder territorial alcanzado por el PSOE después de los comicios de mayo del año pasado, centrado en siete de las 17 comunidades, casi 2.800 ayuntamientos y una veintena de diputaciones provinciales. Este no sería un ajuste de cuentas gratuito, pues podría tener una réplica también inmediata en ayuntamientos tan importantes como los de Madrid, Barcelona o Valencia, donde el PSOE ha colaborado también en hacer alcaldes a Manuela Carmena, Ada Colau o Joan Ribó.

La conclusión que de todo ello se extrae en el PSOE es que sigue pendiente la recomposición del mapa autonómico y municipal, ahora supeditado a lo que pueda pasar después del 26 de junio en caso de nuevas elecciones.

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