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España

El 'general de Podemos' se aferra a la asociación FMD pese a las críticas internas

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, junto al exJemad José Julio Rodríguez.

El ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) José Julio Rodríguez, número dos en la lista de Podemos al Congreso de los Diputados por la circunscripción de Zaragoza, no logró el escaño en las pasadas elecciones. Sin embargo, encuentra cierta visibilidad como presidente del Foro Milicia y Democracia (FMD). De ahí, que haya mantenido su candidatura a dicha asociación, heredera de la Unión Militar Democrática, pese a las críticas interna sobre su perfil, demasiado identificado con una opción política, en este caso, la que representa el populismo de Podemos.

Tal y como informó Vozpópuli el pasado enero, el general retirado José Julio Rodríguez no contaba con el apoyo unánime de los socios de FMD para repetir como presidente e incluso se le había sugerido desde dentro que debía dar un paso a un lado para que la asociación militar no fuera vista como un “apéndice de Podemos”. Sin embargo, el asesor de Pablo Iglesias hizo oídos sordos a estos mensajes y volvió a presentar su candidatura en la Asamblea general del FMD, que tuvo lugar el 1 de marzo.

Según fuentes consultadas por Vozpópuli, finalmente, y pese a que se había apuntado la posibilidad, ningún otro miembro disputó a José Julio Rodríguez la presidencia y su nombre salió aprobado por mayoría de la treintena de asistentes a la Asamblea general. Sin embargo, este foro cuenta con un número mayor de socios, que, si bien tenían potestad para votar, no acudieron a la cita en Madrid por razones personales, fundamentalmente por tener que desplazarse desde su provincia de origen hasta la capital para dicha cuestión, precisan las fuentes antes citadas.

"El gesto (de Colau frente a los militares) se enmarca en ciertas actitudes izquierdistas, en el sentido leninista de la palabra", señala López-Lozano

La nueva junta directiva, que celebró su primera reunión el pasado jueves, está integrada, entre otros, por Javier García Fernández, catedrático de Derecho Constitucional por la Universidad Complutense y exdirector general de reclutamiento y enseñanza militar del Ministerio de Defensa bajo mandato socialista. La sesión estuvo presidida por José Julio Rodríguez, quien fue nombrado Jemad también con el PSOE en el Gobierno. Ostentó el cargo entre julio de 2008 y diciembre de 2011. El hoy colaborador de Podemos y ministro de Defensa del Ejecutivo que anhela Pablo Iglesias sustituyó a principios de 2015 al coronel Luis Otero (ahora presidente de honor) en la presidencia del FMD. Sin embargo, a raíz de que algunos meses después entablara estrecha relación con la formación morada, hasta el punto de ir en sus listas electorales al 20-D, su idoneidad para tal responsabilidad en la asociación pasó a estar en entredicho. Y lo sigue estando.

Su reciente respaldo a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en el enfrentamiento que tuvo con dos militares que asistían a la Feria de Educación de la ciudad, no ha sentado nada bien a algunos socios del FMD. El exJemad defendió la actuación de la regidora de En Comú Podem diciendo que en sus palabras “no hay desprecio, ni humillación” y que “hace referencia a lo aprobado en plenario Consejo Municipal del 26 de febrero”.

El socio José María López-Lozano, doctor en Medicina y Filosofía, se muestra claro en un artículo titulado Militares y nueva izquierda y publicado en la web del FMD: “Quiero también criticar la actitud del presidente del Foro en este asunto. Al margen de su militancia en un partido, con el que no estoy de acuerdo, como mínimo debería haber cuestionado la actuación de la alcaldesa”. Y añade: “La ciudadanía jamás va a entender que, después de mandar en todos los militares españoles, no defienda una actividad de esos mismos militares encaminada a apoyar a jóvenes en desempleo. No se trataba de un acto de exaltación de valores franquistas, sino de poner un grano de arena para intentar paliar el mayor problema real de España”, sentencia López-Lozano.

A su juicio, “ayuda poco a consolidar la idea de un ejército apolítico y profesional el hecho de que la alcaldesa de una ciudad como Barcelona muestre ese rechazo a unos militares que estaban ofertando alternativas laborales a unos jóvenes que sufren más de un 50% de desempleo”. De este modo, López-Lozano considera que “el gesto se enmarca en ciertas actitudes ‘izquierdistas’, en el sentido leninista de la palabra, que están caracterizando las actuaciones de los nuevos partidos de izquierda”.

Una vulneración de la "neutralidad política" del FMD

Y en la misma línea se pronuncia Octavio Vázquez Sotelo, coronel en la reserva, miembro fundador de la UMD, licenciado en Ciencias Económicas y Diplomado en Psicología por la Universidad Complutense. “Como se suele decir, a esta gente se le empieza a ver el plumero. Todo lo que huela a español hay que desterrarlo de la patria catalana”, señala Vázquez Sotelo, quien dice que tampoco entiende el comentario del presidente del FMD. Según este fundador de la UMD, “el general Julio Rodríguez, desde el momento en que ha aceptado ir en las listas de un partido político, era totalmente necesario, a mi entender, que presentara su dimisión para no vulnerar la necesaria neutralidad política que el FMD debe mantener en todo momento, so pena de aparecer como un apéndice de una determinada corriente política”.

Para el FMD, las opiniones que los socios vierten en sus artículos en la web “no son necesariamente compartidas” por el foro y se consideran “personales del autor”. En otra página distinta, la de la Fundación Sistema, el catedrático Javier García Hernández, nuevo compañero de José Julio Rodríguez en la Junta Directiva de FMD, también afea el gesto a Colau. Y lo hace así: “El rechazo a las Fuerzas Armadas, que forman parte del Estado y están previstas en la Constitución, es un rechazo a la propia Constitución. Ser militarista o antimilitarista es legítimo, desde el punto de vista ideológico, pero una autoridad del Estado cuya autoridad procede de la Constitución, no puede expresar el rechazo hacia una organización de la Administración General del Estado que posee tanta legitimidad constitucional como la propia alcaldesa de Barcelona”.

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