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El Tribunal de Cuentas francés carga contra su AVE mientras España hará 1.000 km más en 2015

El Tribunal de Cuentas de Francia (Cours de Comptes), una institución conocida por resolver asuntos con más rapidez que su institución homóloga en España y por sus recetas de corte liberal, emitió a finales de octubre un informe demoledor sobre la alta velocidad francesa que, al leerlo, uno podría imaginar que ha sido encargado por el Ministerio de Fomento que dirige Ana Pastor para la red española de AVE. Según el tribunal, antes de construir una línea “se exageran significativamente las previsiones de tráfico” y una vez que el TGV (alta velocidad francesa) echa a rodar hay que “restaurar el margen operacional de la actividad empresarial” porque los números no cuadran.

El informe tiene mucho de déjà vu en Francia, un país donde el AVE tiene más de 30 años y abarca 2.000 kilómetros: en España, donde el primer tren de estas características se terminó hace 20 años, hay 3.000 kilómetros de alta velocidad y se prevén mil kilómetros más para 2015, de acuerdo con los últimos Presupuestos Generales. Lo que no se ven en España son críticas a la red desde instituciones parecidas al Tribunal de Cuentas francés, amén de la que se escuchó al presidente de Adif hace un par de meses.

En Francia el AVE tiene más de 30 años y abarca 2.000 km, mientras que en España, con 20 años, hay 3.000 km

El informe cuestiona que las decisiones políticas se impongan, y de lejos, al criterio de los técnicos, destacando las “presiones de los dirigentes territoriales”. “Constatamos que los anuncios políticos a muy alto nivel sirven para respaldar sólidamente los proyectos antes incluso de que sean estudiados preliminarmente”. Es difícil no acordarse de las promesas a este respecto que hicieron y siguen haciendo Magdalena Álvarez, José Blanco o Ana Pastor.

Para 2015 sin ir más lejos está previsto que el AVE llegue a Zamora, León, Palencia y Burgos. Cuatro sitios que no tienen ninguna perspectiva de ser rentables, si es que alguna línea en España lo es. Si finalmente se conectan estas cuatro ciudades castellano-leonesas (ninguna supera los 200.000) habitantes, el AVE habrá avanzado mucho en Galicia y en la Y vasca.

Francia es un país más poblado y con una red menos densa: tomando París como referencia (porque siempre hay que tomar esta ciudad como referencia), el TGV va hacia el norte (Lille, rumbo a Bélgica), hacia el sureste (Marsella), hacia el oeste atlántico, hacia Lyon y hacia Estrasburgo. Y muchas líneas no funcionan lo bien que se esperaba. “La rentabilidad de la alta velocidad del Norte alcanza apenas el 3% sobre el 12,9% inicialmente previsto. La rentabilidad de la alta velocidad Mediterránea (hacia Marsella) llega al 4%, dos veces menos de lo planteado al principio”. ¿Qué decir de la rentabilidad de las estaciones vacías en España?

El Tribunal de Cuentas galo pone ejemplos que bien pueden recordar el tira y afloja entre los dirigentes regionales y los Gobiernos de turno en la Moncloa

El Tribunal de Cuentas galo pone ejemplos que bien pueden recordar el tira y afloja entre los dirigentes regionales y los Gobiernos de turno en la Moncloa. “Para la línea Tours-Burdeos se empezó a buscar financiación doce años después del lanzamiento de los estudios y solo cuatro años después del inicio de los trabajos”. Una buena ocasión para evocar el túnel de los Gafarillos, en la provincia de Almería: una obra que permanece cerrada en la que se han dilapidado 500 millones de euros para la presunta conexión por AVE Almería-Murcia.

El informe es un continuo toma y daca contra las políticas de transporte desplegadas en Francia. Y la SNCF (Renfe francesa) ha tomado nota, alegando que en lo esencial están “de acuerdo” y que el freno a la construcción del AVE ya se daba por descontado en el operador estatal. En España de momento ni siquiera existe un informe parecido. De hecho, de los 60 proyectos preliminares que España y la Comisión Europea quieren impulsar dentro del Plan Juncker (un programa de inversión de 300.000 millones en la Eurozona) la palma se la llevan las obras dedicadas al transporte, según adelantó El País en su día. Y transporte en España significa alta velocidad. 

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