Pedro Sánchez desoye la revuelta contra sus fichajes 'estrella' y presume de poder territorial

A Emiliano García-Page, a Micaela Navarro, a Guillermo Fernández Vara, a Miquel Iceta, a José María Barreda y, mucho menos, a Susana Díaz, se les ha visto esta mañana sonreír mientras su secretario general, Pedro Sánchez, intervenía en el comité federal convocado para ratificar las candidaturas a las elecciones generales. En ellas ha habido una renovación de casi el 80% en el Congreso y de más del 85% en el Senado. Pero las críticas internas no proceden tanto de los que salen de las listas, sino de algunos de los que entran. El último fichaje estrella, el de la diputada de UPyD Irene Lozano, ha provocado estupor, pues no en vano fue el látigo del PSOE en esta décima legislatura, sobre todo en lo relacionado con los casos de corrupción. A muchos parlamentarios y dirigentes socialistas, la suma de Lozano como independiente a la candidatura por Madrid les ha recordado al casting que montó Zapatero para mejorar su imagen con fichajes como el de Leire Pajín o Bibiana Aído, cuya valía permanece en la memoria de muchos.

A muchos socialistas el fichaje de Irene Lozano les recuerda a los que hizo Zapatero con Leire Pajín y Bibiana Aído

Esta mañana, Pedro Sánchez ha desoído la revuelta interna en su partido por la entrada en juego de Irene Lozano, como también desatendió en las últimas semanas el malestar originado por el fichaje de la excomandante Zaida Cantero, que ha conseguido que algunos miembros de la ejecutiva federal se queden, incluso, fuera de puestos elegibles en las candidaturas. El mensaje que el líder socialista ha emitido para apaciguar el desánimo y las caras de funeral, ha sido el siguiente: lo primero es ganar las elecciones y, si se consigue, habrá puestos para todos. Lo ha hecho recordando que en los 447 días que lleva como secretario general, el PSOE ha conseguido acceder al Gobierno de siete comunidades autónomas y 2.800 alcaldías, aunque para ello le haya hecho falta pactar con Podemos, con Compromís, con otras fuerzas afines y también con Ciudadanos.

"Nuestro partido no es fruto de la improvisación"

Sánchez ha respondido a su manera a quienes dentro de su partido le acusan de estar enterrando sus señas de identidad. Después de aludir a sus 136 años de historia, ha advertido de que lo primero ahora es unir fuerzas, sin renegar de los principios. “El PSOE son sus principios, nuestro partido no es fruto de la improvisación, somos un partido con historia, la lealtad a ella es la que nos hace reconocibles”, ha enfatizado ante la mirada preocupada de los presentes. La mayoría de ellos, habrán recordado que ha sido, precisamente, Irene Lozano, la que desde la tribuna del Congreso más ha renegado de esta historia, vinculándola en su trayecto más reciente con la corrupción y también con la escasa voluntad para regenerar las instituciones y la propia democracia. Hay dirigentes del PSOE que temen ahora como un nublado el uso de las hemerotecas por parte del PP, pues acabarán demostrando que, al menos en el caso de Lozano, los socialistas están a punto de introducir en su grupo parlamentario a una de las diputadas que más méritos ha hecho en la última legislatura para mancillar el decoro de quienes hoy militan en la formación centenaria del puño y la rosa.

Como el 20-D no consiga más votos que Rajoy, a Pedro Sánchez le aguarda una noche toledana

Sánchez ha finalizado su intervención con una apuesta claramente ganadora para el 20-D. “Somos la única alternativa a la derecha, estoy seguro de que ganaremos las próximas elecciones”, le ha dicho a su parroquia, después de prometer que si llega al Gobierno terminará con la pobreza en España, hará una reforma tributaria ventajosa para las clases medias y acabará con los recortes en sanidad y educación.

Si se cumplen sus pronósticos, el reparto de la tarta disolverá a los manifestantes. En caso contrario, el 20-D le aguarda una noche toledana, pues los cuchillos ya están afilados.