Quantcast

España

Pedro Sánchez fía su blindaje en mayo a la victoria del PSOE en siete grandes capitales

Pedro Sánchez y el secretario de Organización del PSOE, César Luena.

La dirección del PSOE trabaja ya contrarreloj en la elaboración de su programa municipal, que no tendrá nada que ver con el que defendió este partido hace cuatro años, unas elecciones que anticiparon el desastre socialista en las legislativas de 2011 con Alfredo Pérez Rubalcaba como cabeza de cartel. En aquellas municipales, José Luis Rodríguez Zapatero colocó a los ayuntamientos como mascarón de proa de la recuperación económica y exhibió por las principales ciudades su polémico Plan E, en el que su Gobierno enterró más de 13.000 millones de euros sin conseguir apenas crear empleo. La oferta electoral se tituló “Empleo, Transparencia y Buen Gobierno” y con ella el PSOE cosechó uno de los peores resultados de su historia en el ámbito municipal, al perder plazas clave como Barcelona y Sevilla y quedarse en poco más de 21.000 concejales, tres mil menos que los obtenidos cuatro años atrás. La campaña en la que se volcó Zapatero también dejó al PSOE malherido en el mapa autonómico, pues perdió la mayoría en todas las comunidades donde se celebraron elecciones, excepto en Asturias, dejándose incluso Castilla-La Mancha.

Todos los escenarios que el PSOE baraja para las municipales están condicionados por el empuje de Podemos

El plan de maniobras con el que ahora trabaja la nueva dirección socialista propone vender a los cuatro vientos medidas para combatir la corrupción, una de las principales preocupaciones de los ciudadanos según los últimos barómetros del CIS. Con esta estrategia, Pedro Sánchez piensa dar la batalla en las siete capitales más grandes, pues fía su blindaje como secretario general a la victoria de su partido en el llamado G-7 local, el formado por Madrid, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga, Murcia y Barcelona. En todas ellas, el PP obtuvo una notable ventaja electoral hace cuatro años y fue en esta última donde CiU accedió a una Alcaldía que durante más de tres décadas fue símbolo del poder socialista en Cataluña.

En la dirección del PSOE se opina que el próximo 24 de mayo se juega con cierta ventaja ya que por muy bien que se le den las elecciones al PP, será prácticamente imposible que mejore los resultados de 2011, en los que fue la fuerza con más concejales en 36 de las 50 capitales de provincia, consiguiendo la mayoría absoluta en 31 de ellas.

Madrid volverá a ser el principal escaparate y tanto en la capital como en la comunidad, el PP tiene muy difícil conservar su actual representación. En las últimas autonómicas, logró el 51,6% de los votos y 72 diputados, mientras que en las municipales se quedó con el 49,7% de las papeletas y 31 concejales. En la ejecutiva socialista se opina que Tomás Gómez tiene menos posibilidades de ganar al PP en la comunidad que Antonio Miguel Carmona en el ayuntamiento, aunque todo dependerá de los candidatos que, finalmente, decida situar Mariano Rajoy en plazas tan trascendentes.

Previsible victoria en la Comunidad Valenciana

En Valencia, el segundo territorio en importancia para los socialistas, se da por hecha la victoria de Ximo Puig, pero se reconoce que será muy complicado ganar al PP la alcaldía, aunque no repita Rita Barberá. Para empujar la candidatura de Puig, el PSOE celebrará allí su convención autonómica.

Situación similar se presenta en Sevilla, donde el empuje municipal del PP apenas ha menguado después de haber logrado imponerse hace cuatro años por mayoría absoluta en las ocho capitales andaluzas. En todo caso, Sevilla será una de las bazas importantes para los socialistas y ha sido el lugar elegido para celebrar la convención en la que el PSOE presentará su programa municipal.

Los socialistas creen que juegan con ventaja ya que el PP tiene difícil conservar su actual poder territorial

La impresión más extendida en la ejecutiva socialista es que el 24 de mayo llegará el gran examen no solo para los candidatos a las elecciones municipales y autonómicas sino también para Pedro Sánchez. Una victoria incontestable del Partido Socialista en la mayoría de las capitales del G-7 consolidarían a este último al frente de la secretaría general, estrechando el margen de la presidenta andaluza, Susana Díaz, para competir con él en las primarias del próximo verano. En cambio, si el PP mantuviera posiciones o cosechara un leve retroceso respecto a 2011, la pelea por el liderazgo dentro del PSOE volvería a reanudarse, regresando a la casilla de salida donde la dejó Alfredo Pérez Rubalcaba. En todos estos escenarios, se admite en Ferraz, influirá de forma determinante el avance de Podemos, teniendo además en cuenta que los pactos postelectorales serán mirados con lupa en las legislativas previstas para noviembre.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.