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España

El PSOE da por acabado a Sánchez, pero admite que explore llegar a La Moncloa

Pedro Sánchez en el comité federal celebrado este lunes por el PSOE.

Al acabar el comité federal de este lunes, una periodista le reprochó en broma a la presidenta andaluza haberla dejado insatisfecha con sus respuestas. Con la misma sorna, Susana Díaz se volvió y la contestó: “Hija mía, yo con dejar satisfecho a mi marido, tengo bastante…”. La anécdota ilustra en tono de humor el desbarajuste que se ha adueñado del PSOE una vez que los barones con más peso en el partido se niegan a digerir como si de una dieta blanda se tratara los resultados del 20-D, pasando por alto la responsabilidad que ha tenido en ellos Pedro Sánchez desde que fue aupado a la secretaria general en julio de 2014. El líder socialista admitió su responsabilidad personal en el descalabro, pero aprovechó para recordar la herencia de Zapatero y el pacto de algunos presidentes autonómicos con Podemos y Compromís para llegar al poder.

Rozando el surrealismo: un líder interino es el encargado de explorar un Gobierno alternativo al del PP

La crisis, reconocieron varios barones regionales, es tan aguda, que ha llevado al comité federal, el máximo órgano entre congresos, a rozar el surrealismo: después de desautorizar a Pedro Sánchez y situar su  liderazgo en la interinidad, le han consentido que en las próximas semanas explore posibles pactos con Podemos para formar un Gobierno alternativo al del PP, siempre que Pablo Iglesias renuncie a reconocer a Cataluña el derecho de autodeterminación.

¿Qué va a pasar? Esta fue la pregunta que más repitieron este lunes los periodistas a los miembros del comité federal. Y la respuesta, mayoritaria, fue: “Todo está en el aire, pero si hay nuevas elecciones, Pedro Sánchez tiene nulas posibilidades de ser candidato”. La mayoría de los barones dan por hecho que si el complejo tablero político abierto el 20-D aboca a otros comicios, será la andaluza Susana Díaz la que pegue el salto a Madrid y, congreso mediante, se coloque en la secretaría general y en el cartel electoral. La acompañarían en esta aventura no solo la federación andaluza, sino también la aragonesa, la castellano-manchega, la extremeña, la valenciana y la asturiana. Sólo encontraría oposición, a día de hoy, en la madrileña y en la gallega. La catalana está muy dividida. Este debate pendiente, que pasa por fijar primero las fechas del 39º congreso federal -"lo convocaré cuando convenga", advirtió Sánchez- fue sobrevolado por el comité federal, pero centrará muy probablemente el que se proyecta convocar para enero, siempre dependiendo de cómo evolucionen el conflicto catalán y las conversaciones de Mariano Rajoy para formar Gobierno.

Escepticismo ante un acuerdo con Podemos

Ante la amenaza de trasladar la última palabra a las bases del partido y para evitar que el PSOE se fracture en dos, el máximo órgano entre congresos autorizó a Pedro Sánchez y a su equipo a explorar conversaciones con los diferentes grupos políticos para intentar que prospere un Gobierno alternativo al del PP si la investidura de Rajoy, como es probable, no prospera. El protagonismo de este diálogo sería acaparado por Podemos, pues el comité federal ha puesto como condición para entablar negociaciones con Pablo Iglesias que éste renuncie al referéndum en Cataluña. La opinión mayoritaria de los dirigentes del PSOE es que esta renuncia no se va a producir, por lo que cualquier tipo de acuerdo con Podemos es inverosímil. “Cuestionar la unidad territorial de España, al PSOE lo mata”, comentaba este lunes el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, para explicar los motivos por los que su partido ha impuesto esta línea roja a Pedro Sánchez. En el debate que hubo a puerta cerrada, los reproches al líder socialista por este y otros motivos fueron continuos. Adelantándose a estas críticas, el propio Sánchez recordó a algunos barones que ellos detentan poder autonómico y municipal gracias, precisamente, al apoyo de Podemos y sus fuerzas afines.

Dentro del Partido Socialista se reconoce que es kafkiano encomendar a Sánchez una negociación tan compleja como la que haría falta para formar Gobierno y, al mismo tiempo, transmitir la imagen de que tiene los días contados como líder del partido. Hay algunas federaciones contrarias a su gestión que entonan con amargura la reprobación. En cambio, otras como la andaluza se sueltan la coleta y no rebajan un ápice su acritud. “Anunciar el día después de las elecciones, con estos resultados tan desastrosos, que se presentaría a la reelección como secretario general fue una provocación, además de una torpeza”, asegura un miembro de la federación andaluza presente en el comité federal. Es, precisamente, la federación que apoyó a Sánchez frente a Eduardo Madina hace año y medio y pronto se arrepintió de ello al comprobar que el líder socialista quería volar solo y muy alto.

Sentir mayoritario en el PSOE: Sánchez tiene los días contados como líder del partido

La secuencia que ahora anticipan algunos miembros de la ejecutiva federal es angustiosa para Sánchez. “Lo más probable es que Susana Díaz y los barones que la secundan le dejen que se fría intentando una coalición imposible para llegar al Gobierno y, después de darle carrete, faciliten su caída de forma inmisericorde, a no ser que dimita a tiempo”. Estos dirigentes ni siquiera ven posibilidades de que Felipe VI llegue a proponer a Sánchez como candidato a la investidura, debido a los apoyos que necesitaría para superarla. No le bastaría solo con los de Podemos y sus marcas afines de Aragón, Galicia o Cataluña, salvo que Ciudadanos acompañara con sus votos la formación de un Gabinete de izquierdas o que los 9 diputados de ERC y los 8 de Convergencia, pusieran de su parte. ¿Aceptaría el conjunto del PSOE llegar a La Moncloa con el respaldo de los independentistas catalanes? Después de lo visto este fin de semana, la respuesta es fácil de imaginar.

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