Quantcast

España

Pedro Sánchez quiere su propio debate de investidura para resistir en el PSOE

Pedro Sánchez, este jueves, en la sede del Partido Socialista portugués.

A partir del próximo miércoles, fecha de constitución de Las Cortes, el Rey comenzará la ronda de contactos con los partidos políticos para proponer un candidato a la presidencia del Gobierno. Según fuentes socialistas, Pedro Sánchez tiene claro lo que va a decirle a Felipe VI, que no dista mucho de lo que viene defendiendo en público después del 20-D: dejará que Mariano Rajoy intente superar la investidura y, si no lo consigue, tratará de tener su momento de gloria en el Congreso presentándose como candidato a la presidencia del Gobierno. Su objetivo, según fuentes cercanas a Sánchez, es demostrar que tiene un programa alternativo con el que poder afianzar su liderazgo dentro del Partido Socialista.

Pedro Sánchez se propone demostrar que dispone de un programa alternativo de Gobierno

Al Rey le corresponderá, en última instancia, decidir si da o no esta oportunidad de lucirse a Pedro Sánchez, en el caso de que observe de antemano que no tiene posibilidad alguna de conseguir los apoyos necesarios para su investidura. Si Felipe VI accediera a ello, surgirían dos desventajas: se alargaría de forma innecesaria el periodo de incertidumbre política y, al mismo tiempo, se emitiría una señal clara de inestabilidad a los mercados, teniendo en cuenta que primero habría fracasado la oportunidad de Rajoy para continuar como presidente y, después, la del líder de la oposición.

Sesión de investidura a principios de febrero

De que Felipe VI deje o no a Sánchez presentar su programa de Gobierno dependería la fecha de unas nuevas elecciones que tanto en el Ejecutivo como en el Partido Socialista se dan por hechas. Los cálculos que se manejan en La Moncloa apuntan a la posibilidad de que las legislativas se celebren el 24 de abril o el 22 de mayo, dependiendo finalmente de los tiempos que marque el Rey, quien posiblemente fijará la primera sesión de investidura  para  principios de febrero. En el Gobierno, todo lleva a pensar que si Felipe VI ve que algún candidato, bien del PSOE, bien nuevamente Rajoy, tuviera espacio para superar otra sesión de investidura, agotaría los plazos. De lo contrario, intentaría reducirlos al máximo para acortar el vacío político. Si en el primer caso la investidura fracasara, la convocatoria electoral llegaría a principios de abril para fijar los comicios el 22 de mayo. En el segundo supuesto, el Rey convocaría los comicios a primeros de marzo para que pudieran celebrarse las legislativas el 24 de abril, reduciendo un mes la zozobra política.

La obsesión de Pedro Sánchez por protagonizar su propia sesión de investidura volvió a ponerla ayer de manifiesto durante su visita al primer ministro portugués, Antonio Costa. Allí dejó claro ante los medios españoles que si Rajoy fracasa en su intento de formar Gobierno, él mismo convocará a una “gran coalición de fuerzas progresistas” para formar un Gabinete que tendría como prioridad una “agenda social” centrada en la creación de empleo y la lucha contra la desigualdad.

Sánchez elude en todas sus comparecencias la nula intención de Podemos de pactar con el PSOE

Sánchez es consciente de que todavía Podemos no ha renunciado a celebrar un referéndum en Cataluña, algo que él mismo calificó ayer de “inconstitucional” y, por tanto, sabe que no ha superado el principal escollo que hay para forjar la gran coalición que propone. El líder socialista, en esta y en otras comparecencias de las últimas semanas, ha eludido de forma consciente comentar lo que en su partido ha llegado a ser la opinión mayoritaria, la nula voluntad de Pablo Iglesias y de su guardia pretoriana de alcanzar un acuerdo con el PSOE, formación a la que ha criticado tanto como al PP en la reciente campaña electoral.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.