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España

Pedro Sánchez apuesta por nuevas elecciones y confía en el derrumbe de Podemos

Pedro Sánchez junto a la diputada Susana Sumelzo, el pasado fin de semana en Zaragoza

El próximo domingo se cumplirán tres meses desde la celebración de las últimas elecciones y el balance que se hace de este tiempo en la cúpula del Partido Socialista es bastante optimista para sus intereses: Mariano Rajoy refugiado en la barrera, Pablo Iglesias obsesionado por los sillones e impidiendo un Gobierno de izquierdas, Pedro Sánchez demostrando su interés en resolver los asuntos del país y en sacarle del bloqueo político y Albert Rivera exhibiendo su capacidad para llegar a acuerdos que sintonicen con los deseos de la gran mayoría de los votantes.

El PSOE confía en dejar a Podemos "reducido a cenizas" si se celebran nuevas elecciones

En la dirección del PSOE se ha perdido el miedo a la celebración de unas nuevas elecciones, percepción que ha ido en aumento desde que han comenzado a evidenciarse las tensiones surgidas dentro de Podemos por las posibilidades que se le abren a la formación de Pablo Iglesias de respaldar mediante la abstención un Gobierno presidido por Pedro Sánchez o de precipitar la convocatoria, el próximo 3 de mayo, de otras elecciones generales. “Estamos convencidos de que podríamos superar los 100 escaños y negociar la formación de Gobierno desde una posición de fuerza. Con los errores que está cometiendo Iglesias y su penosa actuación en el debate de investidura, Podemos puede quedar reducido a cenizas”, afirma un alto cargo socialista, seguro, no obstante, de que la situación política atraviesa por una alta volatilidad y de que los tres meses largos que faltarían para las elecciones (26 de junio) “son una eternidad”.

En el grupo parlamentario socialista predomina la certeza de que los enfrentamientos dentro de Podemos irán en aumento en las próximas semanas y de que esta situación contribuirá a que un sector importante del electorado que apoyó a esta formación se dé cuenta de que acabó votando por alguien como Pablo Iglesias que puede terminar favoreciendo los intereses del PP. El PSOE obtuvo el pasado 20 de diciembre 90 diputados y 5,5 millones de votos frente a los 69 y 5,2 millones de Podemos y sus confluencias. En la sede socialista de Ferraz se opina que En Comú Podem, primera fuerza en Cataluña, En Marea, la segunda en Galicia, y Compromís, segunda en la Comunidad Valenciana, no volverán a ser la muleta de Podemos si se repitieran elecciones el 26 de junio, un divorcio que le restaría fuelle y podría dejarle muy cerca del techo más alto alcanzado por Izquierda Unida desde su formación: 21 escaños en 1996.

Preocupación en Ferraz por la imagen que Sánchez puede ofrecer este martes en su entrevista con Puigdemont

Mientras el PSOE parece haberle perdido el temor al sorpasso por su izquierda, Sánchez sigue tan proactivo que corre el riesgo, aseguran en su entorno, de cometer todavía serios errores. La tarde de este lunes se entrevistó con el nuevo secretario general de UGT, José María Álvarez, algo de manual, pero este martes tiene previsto un encuentro mucho más delicado en Barcelona con el presidente de la Generalitat, Carlos Puigdemont, sobre cuya oportunidad hay opiniones enfrentadas dentro de la ejecutiva socialista. Los dos mantuvieron una conversación telefónica después de que el primero tomó posesión del cargo a mediados de enero y quedaron en verse dentro de un contexto “institucional” que ahora el PSOE califica de normal en alguien que aspira a presidir el Gobierno de España.

Recuperar el diálogo con Cataluña

Después de esta cita, Sánchez se esforzará en dejar claro que no ha ido a verle para pedir el apoyo a otra hipotética investidura de los ocho diputados que Democracia y Libertad tiene en el Congreso, ni tampoco para avalar ninguna cruzada soberanista. El líder del PSOE se propone acentuar su interés en recuperar el diálogo con una comunidad como Cataluña, cuyos puentes de negociación con el Gobierno en funciones se limitan solo a la vertiente económica: se trata de la comunidad más endeudada, la que mayores dificultades encuentra para acceder a los mercados y la que necesita con mayor urgencia de la asistencia financiera del Estado. De hecho, el próximo viernes el vicepresidente de la Generalitat y líder de Esquerra, Oriol Junqueras, se entrevistará en Madrid con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para abordar la complicada situación de tesorería a la que se enfrenta la administración catalana.

Los socialistas toman como referencia para Podemos los 21 escaños que sacó IU en 1996

El flanco catalán es permanente vigilado por los socialistas, hasta el punto de que en la oferta elaborada por el equipo de Pedro Sánchez para atraerse a los diputados de esta circunscripción que el pasado 20-D concurrieron con Podemos, les ha ofrecido que si llega a La Moncloa responderá a los compromisos presupuestarios del Estado recogidos en el Estatuto de autonomía. En ellos se apunta a la  obligación que tendría el Gobierno central de invertir en esta comunidad el importe equivalente al porcentaje del PIB catalán en relación con el PIB del conjunto del Estado, cerca del 19%. Desde la reforma del Estatuto hecha en 2006, la Generalitat ha venido quejándose año tras año del incumplimiento de esta disposición, sin tener en cuenta lo que al respecto ha dejado dicho el Tribunal Constitucional. Su tesis es muy sencilla: el ámbito de aplicación del Estatuto se limita a Cataluña y, por tanto, no puede vincular jurídicamente a órganos situados fuera de este territorio, por lo que las inversiones estatales en esta comunidad en materia de infraestructuras se deciden en las Cortes Generales a través de los Presupuestos estatales, ya que se trata de una competencia que escapa a los intereses de una sola autonomía.

En los cuarteles generales de los dos grandes partidos se da por hecho que si se repiten finalmente las elecciones, Cataluña volverá a ocupar uno de los principales focos de atención.

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