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El gobierno en la sombra de Pedro Sánchez vacía de contenido a la ejecutiva del PSOE

Pedro Sánchez y su 'Gobierno en la sombra', la semana pasada en Madrid.

Quienes han seguido de cerca la fulgurante carrera de Pedro Sánchez hasta auparse al liderazgo del PSOE aseguran que ha tenido mucho mérito llegar donde lo ha hecho, después de partirse el pecho frente a los viejos dinosaurios del partido. De Felipe González no se fía porque está convencido de que juega a varias bandas, preocupado solo por sus business. Con José Luis Rodríguez Zapatero, ni se habla. Su relación con la presidenta andaluza, Susana Díaz, es inexistente. Y el diálogo con Alfredo Pérez Rubalcaba, solo fluye cuando el teléfono se levanta desde Ferraz. A este cerco se suma el problema de que en la ejecutiva federal formada hace un año, Pedro Sánchez reúne más enemigos que amigos. “Tenía que reaccionar haciendo su propio equipo y los reproches por ello, a escasos meses de las elecciones generales, carecen de importancia. Ahora lo que necesita Pedro es cariño”, aseguran fuentes cercanas al líder socialista.

En Ferraz se describe a un Pedro Sánchez cercado por los dinosaurios del partido y necesitado de cariño

La presentación reciente de su Gobierno en la sombra vino motivada por el interés del secretario general en dar un golpe de efecto y, al mismo tiempo, transmitir credibilidad a los electores y a muchos de sus interlocutores. Ello explica la reencarnación del exministro Jordi Sevilla como motor del programa económico con el que el PSOE concurrirá a las próximas legislativas y fichajes como los de Ángel Ubide, experto en economía internacional, el de Rafael Bengoa, especialista en salud pública o el de Ángel Gabilondo, como responsable del área de Educación. Son parcelas que en la dirección federal llevan personas muy concretas como Manuel de la Rocha, Carmen Chacón, María José Sánchez o José Miguel Pérez. Los dos primeros respaldaron a Eduardo Madina en las primarias celebradas hace un año para la elección del secretario general, al igual que la catalana Meritxell Batet, responsable de Estudios y Programas en la ejecutiva, casada con el secretario de Estado de Cultura José María Lassalle y rescatada a última hora para el equipo de sabios. Aunque los interesados, lógicamente, no lo reconocen en público, muchos compañeros de partido coinciden en que han quedado laminados. De hecho, la mayoría se enteró muy a última hora de los nuevos fichajes, pues fueron gestionados personalmente por Pedro Sánchez a espaldas de la cúpula de Ferraz, hasta el punto de que han conocido también de carambola algunos de los nombres que rehusaron formar parte del equipo. Hubo excepciones. Por ejemplo, la de María Luz Rodríguez, responsable de Empleo en la ejecutiva y con la misma tarea en el grupo de sabios. Es amiga personal del secretario general.

Una ejecutiva infiltrada de "enemigos"

La presentación de este Gobierno en la sombra, pocos días después de que Pedro Sánchez se envolviera en la bandera nacional durante su proclamación como candidato, ha chirriado bastante en las estructuras del PSOE, donde se reconoce, no obstante, que la ejecutiva formada en julio del año pasado nunca ha resultado cómoda para el secretario general. En ella no ha existido confianza plena como para profundizar en debates de fondo, entre otras razones porque Sánchez ha recelado siempre de las potentes antenas instaladas desde el principio por barones que no apoyaron su ascenso a la fama o, como es el caso de Susana Díaz, la han llegado después a combatir con uñas y dientes. De la potente federación andaluza, también se hicieron hueco en esta dirección Antonio Prada, como responsable de política territorial y Micaela Navarro como presidenta del partido. Susana Díaz se reservó para ella el mando del Consejo Político Federal, antes llamado Territorial, del que forman parte todos los barones regionales. Algunos de ellos, como Ximo Puig, Emiliano García-Page o el vasco Patxi López, también entraron en la ejecutiva, junto a dos representantes de la federación asturiana que logró calzar de madrugada Javier Fernández, uno de los que con mayor coraje se enfrentó en privado a Sánchez en el congreso extraordinario celebrado hace un año. Como presidente del Principado, actuó hace varios fines de semana como telonero en el Teatro Price de Madrid durante la proclamación del candidato y su discurso entusiasmó más al auditorio que el del propio líder socialista. Una de sus protegidas, María Luisa Carcedo, también ha sido eclipsada dentro de la ejecutiva por la captación de la diputada Magdalena Valerio para el área programática de Bienestar Social.

La recuperación de poder territorial y los buenos pronósticos de algunas encuestas apagan la contestación interna

Hemos quedado como meros objetos decorativos”, reconoce un vocal de la ejecutiva socialista, que ve escaso margen para la protesta teniendo en cuenta la cercanía de las elecciones. “Hay que reconocer que se ha conseguido recuperar mucho poder territorial y se ha solucionado la vida a gente que estaba descolocada. Si a eso se le añaden los buenos pronósticos de algunas encuestas, puede concluirse que la venganza que acaba de servir el secretario general en plato frío no tendrá respuesta”, abunda la fuente.

Tampoco la ha tenido tras la constitución del grupo de 'sabios' encargado de estudiar la reforma constitucional, faena en la que lleva metido el PSOE desde hace casi tres años. Como supervisora del trabajo actúa la diputada Meritxell Batet, a la que, según fuentes socialistas, Pedro Sánchez quiere mimar para seguir engrasando las relaciones con el PSC y evitar que regrese a los tiempos en los que Pere Navarro jugaba con el llamado 'derecho a decidir'.

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