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España

Pedro Sánchez, harto de zancadillas, quiere en su ejecutiva a personas del equipo de Madina

“La única forma de compensar la hipoteca que tiene pendiente con Andalucía es compensar la influencia de Susana Díaz con la de otros referentes importantes del partido”, apuntan fuentes cercanas a Pedro Sánchez. Ello explica su intención de incorporar a la nueva ejecutiva a personas del entorno de Eduardo Madina, el principal derrotado en la carrera hacia la secretaría general. Entre ellos figura el profesor Manuel de la Rocha, hijo del veterano dirigente de Izquierda Socialista del mismo nombre, recién reincorporado al Congreso como diputado. Madina avanzó en la noche del domingo, nada más conocer su derrota, que no se integraría en la dirección de Pedro Sánchez ya que no comulga con su proyecto ni tampoco con su forma de actuar en política. Pero ha dejado libertad para hacerlo a quienes le acompañaron en su aventura.

Madina advirtió el domingo que no iba a incorporarse a la ejecutiva, pero dio libertad a sus seguidores

Además de captar para la nueva dirección a compañeros de viaje de quien ha sido hasta hace cuatro días su principal contrincante, el nuevo secretario general quiere incorporar también a la cúpula federal del PSOE a un representante de Izquierda Socialista, corriente desaparecida desde hace años de los órganos de gobierno del partido, y al exlehendakari Patxi López. Este último dudó hasta el último momento si concurrir o no a la carrera por la secretaría general, pero después de una conversación a fondo con la andaluza Susana Díaz, venció su tentación: dos caras de la misma federación, él y Madina, eran multitud. Este último fracasó en su intento y ahora Sánchez piensa recuperar a López una vez que éste ya tiene encauzado su relevo en el País Vasco. Las relaciones del exlehendakari con Alfredo Pérez Rubalcaba y con Madina son frías.

Pedro Sánchez, que este miércoles ha culminado su ronda de entrevistas con los secretarios generales de las distintas federaciones, quiere sumar también a la dirección federal a la exministra Carmen Chacón, a sabiendas de que ha perdido pie en sus dos intentos fallidos de asalto al liderazgo del PSOE. El primero llegó con su renuncia a competir con Rubalcaba por la candidatura electoral de 2011, decisión que tomó para no poner en riesgo la unidad de su partido, la autoridad de José Luis Rodríguez Zapatero, entonces presidente del Gobierno, y la propia estabilidad del Ejecutivo, según confesión propia. Al final, las primarias se quedaron reducidas a algo parecido a lo que Susana Díaz, con el apoyo de José Antonio Griñán, acabó cocinando en Andalucía, un simulacro que desmereció el invento y dio la razón a los integrantes de la vieja guardia socialista que siempre tuvieron alergia a consultas internas de este calibre.

Sánchez quiere que Chacón esté en la nueva dirección, después de dos oportunidades perdidas para liderar el partido

Chacón desperdició su segunda oportunidad tiempo después, en febrero de 2012, cuando vio alzarse a la secretaria general a Rubalcaba por solo 22 votos de diferencia en el 38º Congreso celebrado en Sevilla. En aquel entonces, estaba arropada por parlamentarios como José Andrés Torres Mora, que en dos meses consiguió vestir a Zapatero casi como a un intelectual, la exministra Cristina Narbona y el madrileño Tomás Gómez. Pero el núcleo duro de sus apoyos provenía del Partido Socialista de Cataluña (PSC), la misma muleta que ahora puede recuperar para auparse a la ejecutiva después de haber puesto tierra por medio durante casi un año desde su retiro en Miami y vigilar agazapada la pugna que acaba de librarse de nuevo en su partido.

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