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España

Desconcierto en el PSOE: Sánchez se resigna a encarar el 26J encadenado a Rivera

Pedro Sánchez y Albert Rivera, el pasado febrero, en la firma del acuerdo PSOE-Ciudadanos.

Salvo que la campaña electoral se envenene más de lo previsto y el PSOE entre en colisión con Ciudadanos, la intención de Pedro Sánchez y Albert Rivera es mantener “vigente” el acuerdo firmado por ambos el pasado febrero. Eso sí, ambos han quedado en que lo dejarán aparcado, es decir, que ninguno de ellos volverá a enorgullecerse de su contenido salvo que se vean expresamente obligados a ello. Casi mes y medio después de su firma, el análisis que se hace en las filas socialistas de este pacto concluye que fue un error de manual darle tanta importancia en su puesta de largo, hasta incurrir casi en el ridículo. El tiempo ha confirmado que no solo ha sido un obstáculo insalvable para el acceso de Sánchez a La Moncloa sino que va a dificultar al PSOE el crecimiento por el centro, dejando a Pablo Iglesias un generoso espacio sobre el que volver a plantar sus semillas para el 26 de junio.

Sánchez y Rivera coinciden en aparcar el acuerdo PSOE-Ciudadanos para no perjudicarse en la campaña

Si la luna de miel con Albert Rivera fue concebida por Sánchez como un extra, ahora en su equipo de confianza hay algunos que la interpretan como un serio lastre electoral del que no resulta sencillo librarse. El problema se complica porque no hay unanimidad dentro del Partido Socialista sobre cómo afrontar una nueva campaña ni tampoco sobre cómo evitar la sensación de fracaso después de una secuencia tan poco exitosa como la que arranca con los resultados del 20D, sigue por la fallida investidura y agoniza con la ruptura de la negociación con Podemos. Sánchez apenas acierta a disimular que se ha quedado prematuramente sin agenda y hasta sin guion, y es consciente de que muchos en su partido siguen sin entender el recorrido que ha hecho en los casi 4 meses transcurridos desde el 20-D.

Cómo administrar la ruptura con Podemos

Algunos barones que siguen mirando de reojo los posibles movimientos de última hora de la presidenta andaluza, Susana Díaz, comentan en privado que era una ingenuidad pensar que Iglesias le iba a regalar el Gobierno al PSOE cuando solo le distancian de Podemos (y sus confluencias) 341.316 votos y 21 diputados. En opinión de estos dirigentes regionales, ni siquiera la ruptura con Iglesias está siendo administrada de forma coherente desde la dirección del partido, como lo demuestra que el lunes se vertieran todo tipo de descalificaciones contra Pablo Iglesias y se dieran por rotos los contactos –“No es de fiar”, llegó a decir el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando– y este martes, sin embargo, el propio Sánchez volviera a lanzar una llamada de auxilio al jefe de Podemos para evitar las elecciones, aceptar un Gobierno a tres con Ciudadanos e impedir que Mariano Rajoy tenga una “segunda oportunidad”.

Algunos barones socialistas ven normal que Podemos no le haya regalado el Gobierno a Sánchez

Miembros de la actual ejecutiva son conscientes de que si Sánchez sigue improvisando para huir de la inacción de aquí al día 26 en que el Rey finalice la última ronda de consultas antes de la convocatoria a las urnas, la imagen del PSOE quedará tan desdibujada en la próxima campaña que será difícil de reconocer incluso hasta por ese 22% de electores que confiaron todavía en él en diciembre y que han marcado el suelo de los socialistas en una de sus etapas más embarazosas desde el inicio de la Transición.

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