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España

El Gobierno y el PP rinden a Rubalcaba una despedida más calurosa que la del PSOE

Hasta que a mediodía de ayer Alfredo Pérez Rubalcaba convocó a los periodistas a una sala del Congreso para comunicarles que en septiembre dejará el escaño y regresará a la Universidad, en los pasillos de la Cámara Baja solo se hablaba del debate pendiente sobre el aforamiento de don Juan Carlos, de la dimisión de Magdalena Álvarez en el BEI y de las sicavs de los europarlamentarios. Pero el secretario general del PSOE compareció en una rueda de prensa sin preguntas para oficializar su despedida y todos los corrillos entre diputados y periodistas se centraron a partir de entonces en su adiós.

Posada definió a Rubalcaba "como una gran figura del parlamentarismo" y expresó la tristeza por su adiós

La despedida que le rindieron el presidente del Congreso, Jesús Posada, algunos miembros del Gobierno y los diputados del PP, fue mucho más calurosa que la que le oficiaron a Rubalcaba desde su propio partido. Al finalizar el pleno, Posada le definió desde la tribuna como “una gran figura del parlamentarismo”, expresó tristeza por su marcha, algo que también ha hecho en privado, y dio pie a una larga ovación en la que participó casi toda la Cámara. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, destacó los “muchos años” de servicio público protagonizados por el hasta ahora líder socialista y le deseó “todo lo mejor del mundo”. Pero los comentarios más sinceros y afectuosos hacia Rubalcaba se escucharon desde al anonimato en boca de ministros y dirigentes del PP. “Le vamos a echar mucho de menos, es una gran pérdida”, pudo oírse en boca de un ministro del área económica. “Se ha comportado como un gran estadista, con él de presidente del Gobierno cualquiera podría haber dormido tranquilo”, dijo un alto dirigente del PP, emulando la frase que hace un mes pronunció también Pedro Arriola, asesor de cabecera de Mariano Rajoy. “Para nosotros es muy preocupante, nos quedamos sin un interlocutor fiable en el principal partido de la oposición, quién sabe si durante mucho tiempo”, reconocía otro veterano parlamentario popular. Estas muestras de estima se quedan cortas si se comparan con las oídas también a grandes empresarios y algunos banqueros, después de que Rubalcaba anunciara hace un mes que tiraba la toalla como respuesta al desastroso resultado electoral de las europeas.

Pedro Sánchez habla de relevo generacional

Un claro contraste con el adiós que ayer le brindó a Rubalcaba su propio grupo parlamentario. Hubo diputados, como el catalán José Zaragoza, que ni siquiera aplaudieron las palabras elogiosas de Posada. Otros fueron más allá y, en privado, narraron “los destrozos” que el todavía secretario general ha hecho en su partido desde que accedió al cargo en febrero de 2012, después de ganar por solo 22 votos de diferencia a Carmen Chacón. “Pensábamos que iba a ser nuestra salvación y lo único que ha hecho ha sido dividir todavía más a la organización, dejándola en un suelo electoral sin precedentes”, afirmaba un diputado madrileño.

Otro diputado de la misma circunscripción, en este caso el candidato a la secretaría general Pedro Sánchez, se mostró en público mucho más discreto. “Rubalcaba ha sido un gran político que ha hecho mucho bien a España. Ha tenido convicción, compromiso, dedicación, inteligencia y brillantez”, señaló a los periodistas, no sin aprovechar la ocasión para vender su mercancía: “Vivimos la antesala de un cambio generacional, abrimos un tiempo nuevo y estamos dispuestos a recoger ese testigo”. Para que no hubiera dudas, Sánchez dijo que no había sido avisado por Rubalcaba de que ayer sería el último día que iba a pisar, con escaño propio, el Congreso de los Diputados.

Eduardo Madina: "Rubalcaba ha dado un paso atrás que yo comprendo"

Eduardo Madina, al que ahora todos contemplan bajo la tutela de Rubalcaba, se esforzó también en marcar distancias. “Me he enterado de que iba a anunciar su despedida dos minutos antes”, declaró. “Decide dar un paso atrás, es una decisión que toma él y que yo comprendo”, abundó el diputado vasco.

Más conciso y frio fue todavía el exvicepresidente Alfonso Guerra. “Es su decisión personal”. ¿Le echará de menos?, le preguntaron los informadores. “Claro”, respondió, y continuó su camino hacia el patio del Congreso.

Es muy posible que el homenaje que algunos miembros de la dirección del PSOE desean brindarle a Rubalcaba se deje con toda la solemnidad que quieren darle para el congreso de julio, siempre que no acabe como el rosario de la aurora.

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