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España

Guerra de barones ante el 20-D: ¿dimisión de Pedro Sánchez, coalición con el PP o alianza con Iglesias?

Pedro Sánchez, flanqueado por César Luena y María Luz Rodríguez.

A la actual ejecutiva del PSOE le toca gestionar un auténtico avispero en plena campaña electoral. La mayoría de las encuestas apuntan a un auténtico descalabro de Pedro Sánchez el día 20 y los pesos pesados del socialismo no se ponen de acuerdo en cómo evitar que el terremoto se lleve por delante a un partido centenario. Voces influyentes como las de Felipe González, incluso la del secretario general del UGT, Cándido Méndez, opinan que lo más sensato sería intentar una coalición con el PP para encarar los importantes desafíos de la XI legislatura. Barones como el valenciano Ximo Puig no verían mal intentar un acuerdo con Podemos, IU y el resto del arco parlamentario ajeno al PP. Otros, en cambio, como Guillermo Fernández Vara o Emiliano García-Page, consideran desde Extremadura y Castilla-La Mancha que habría que resignarse e ir a una refundación del PSOE bajo un nuevo liderazgo. La presidenta andaluza, Susana Díaz, espera su momento y aun no se ha definido.

Felipe González aconseja pactar con el PP, Vara y Page la refundación del PSOE y Ximo Puig la alianza con Podemos

Fuentes de toda solvencia informan que Pedro Sánchez carece todavía de parecer sobre qué hacer en dos semanas si se confirman los peores pronósticos. El líder socialista ha comentado a su círculo de confianza que lo sensato sería abrir en la noche del 20-D una ronda urgente con todos los secretarios regionales y con los ex secretarios generales para saber a qué atenerse. La actitud de Susana Díaz será tan determinante como la de Felipe González o la de Alfredo Pérez Rubalcaba.

Sánchez ya sospecha lo que opina el expresidente del Gobierno porque ambos abordaron el pasado octubre los diferentes escenarios que se abren para los socialistas. González cree que si se confirman las encuestas, el PSOE tendría la opción de ofrecer al PP un acuerdo de legislatura que abarcaría, sobre todo, la reforma constitucional pendiente, tarea en la que acabarían participando, a su juicio, la práctica totalidad de los partidos. Este trabajo le valdría a Pedro Sánchez para ir cogiendo tablas y a los socialistas para ganar tiempo y evitar que Ciudadanos y Podemos aprovechen la crisis para convertirse en los principales referentes parlamentarios. De una opinión parecida es el sindicalista Cándido Méndez. Según ha trasladado en privado a algunos altos cargos del PP, él vería con agrado que los dos grandes partidos trenzaran a partir de enero los grandes acuerdos que necesita el país, sin ceder todo el protagonismo en ello a las formaciones emergentes.

Sin embargo, no todos en el PSOE comparten estos criterios. Hay barones, como el valenciano Ximo Puig, que consideran que Pedro Sánchez, por muy malos resultados que obtenga, tendría que seguir su ejemplo y pactar con Podemos, así como con los partidos que concurren coaligados con Pablo Iglesias a estas elecciones –Marea gallega, En Comú Podem, Compromís…– para conformar un amplio bloque de izquierdas al que podría sumarse Esquerra, el PNV y el Grupo Mixto, pues sería la fórmula idónea para retirar al PP del Gobierno y facilitar una recuperación ordenada del PSOE. Puig es de los convencidos de que España ha enfilado una nueva época en la que los socialistas tienen que aprovecharse de la democracia parlamentaria bajo pautas distintas a las que han regido desde el inicio de la Transición.

Tirar la toalla y renunciar a formar Gobierno

Vara y García-Page son más cautos en sus análisis y comparten la opinión de que si el PSOE obtiene el próximo día 20 un porcentaje del 20%, como pronostica el CIS, debería tirar la toalla en sus aspiraciones de formar Gobierno, cediendo esta misión al PP. Además, ambos están convencidos de que en esta hipótesis, ni siquiera sería posible gobernar con Podemos, ni tampoco llegar a acuerdos con Ciudadanos que le abrieran a Pedro Sánchez las puertas de La Moncloa. Es una opinión compartida también por la mayoría de los actuales ministros de Rajoy. “Si Albert Rivera empezara el 20 por la noche a marear la perdiz y a jugar con la posibilidad de pactar con el perdedor de las elecciones, habría que decirle desde el PP que ancha en Castilla, que adelante y que forme mayorías alternativas. No creo que lo haga, porque sería su final”, comenta un alto cargo del equipo económico del Gobierno.

En la dirección del PSOE, sumida en la atmósfera de desolación que han originado las encuestas publicadas y también las no publicadas, se concede una influencia determinante en la noche del 20-D a Susana Díaz. Hay quien opina que si Pedro Sánchez mete a su partido en un socavón histórico, la presidenta andaluza trabajará con el expresidente Zapatero, con la exministra Carmen Chacón, con el ex secretario general de Madrid Tomás Gómez y con muchos exdiputados que han sido excluidos de las listas, para organizar un congreso federal de urgencia que acabe con el paréntesis abierto por Sánchez en julio de 2014. Para ello tendría que contar con el resto de los barones, teniendo en cuenta que seis de ellos tienen también responsabilidades de gobierno en otras tantas comunidades. Pero hay quien considera que Díaz no se atreverá a dar el salto a Madrid mientras no tenga un pie en el Congreso de los Diputados y pueda controlar el grupo parlamentario, algo difícil de conseguir teniendo en cuenta que a la hora de elaborar las listas de la próxima legislatura, Sánchez y su secretario de Organización, César Luena, han priorizado su blindaje seleccionando a diputados afines.

En el PSOE no se descarta que Rajoy termine ayudando a Pedro Sánchez, aceptándole como interlocutor en pactos de Estado

Otras fuentes socialistas no pierden de vista la importancia que para la crisis del partido tendría la actitud del PP en caso de que se confirme su holgada victoria electoral, según el CIS por casi ocho puntos de diferencia con el PSOE. “No será lo mismo para nosotros si Rajoy prefiere echar un cable a Pedro aceptándole pronto como interlocutor en los grandes pactos de Estado, que si opta por tener enfrente a un primer partido de la oposición descabezado y hace descansar en Ciudadanos todo el esfuerzo de consenso. Todo está muy abierto”, resumen en el cuartel general de la calle Ferraz.

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