Publicado: 05/07/2016 17:14
El congreso que los socialistas celebrarán en otoño, previsiblemente después de haberse formado Gobierno y de retratarse en la investidura, puede ser el de la consolidación como líder del partido de Pedro Sánchez o el de su muerte política definitiva. La presidenta andaluza, Susana Díaz, después de varios amagos para hacerse con el control de Ferraz, afronta en esta cita una oportunidad que sus defensores interpretan como decisiva. “O ahora o nunca”, aseguran fuentes del PSOE andaluz, convencidas, eso sí, de que Díaz en ningún caso acudirá a las primarias previas a este congreso como candidata a la secretaría general, arriesgándose “a una pelea a cara de perro”. Así se lo ha transmitido la propia interesada a varios dirigentes regionales de su partido.
Susana Díaz pide ayuda a los barones para desgastar a Sánchez y lograr que vaya con respiración asistida al 39º congreso
“Habilidosa para los manejos políticos, lo que Susana va a intentar en las próximas semanas y meses es desgastar al máximo a Pedro hasta conseguir que presente su dimisión o, si no lo hace, llegue al 39º congreso con respiración asistida”, aseguran estas fuentes. Susana Díaz ya demostró en julio de 2014 y después de las elecciones del 20D que teme más que a un nublado a unas primarias abiertas, pues si pierde no solo pondría en riesgo su poder dentro de la organización sino también su liderazgo como jefa del Gobierno andaluz.
En sus movimientos, aseguran fuentes muy próximas, están influyendo los malos resultados obtenidos por su partido en Andalucía el 26J, pues aunque los votos sumados en este territorio, 1,3 millones, contribuyeron por su volumen a evitar el sorpasso a manos de Podemos, el PP le sacó una ventaja superior a dos puntos, convirtiéndose en la primera fuerza de esta comunidad.
Los intentos de Díaz de eliminar a Sánchez han tenido en los últimos seis meses dos episodios claves. Uno de ellos se vivió el domingo 27 de diciembre durante una cena previa al comité federal celebrado un día después. A este encuentro, varios barones regionales, Díaz entre ellos, acudieron con la idea de forzar la dimisión del secretario general para impedir, entre otras cosas, que formara Gobierno con Podemos. Al final, ninguno se atrevió a dar el paso de forzarle a dimitir y acabaron pactando una resolución que maniató a Sánchez: le prohibieron pactar con el PP y también negociar con Pablo Iglesias mientras no renunciara al referéndum soberanista en Cataluña.
El 26J fue salvado por la campana
Seis meses después, estos mismos barones esperaron durante la noche del 26J la confirmación del sorpasso en la izquierda y la instalación del PSOE como tercera fuerza política por primera vez desde el inicio de la Transición. Pero el desastre no llegó y de nuevo Sánchez salvó su cargo por los pelos, presentando como un triunfo haber sacado 14 escaños más que Podemos.
Ahora la batalla interna se centra en qué hacer cuando Mariano Rajoy se someta a la investidura a final de mes, debate que se abordará en el comité federal previsto para dentro de una semana. En esta reunión, tanto Sánchez como Susana Díaz medirán sus fuerzas, un anticipo muy útil para ambos de lo que puede pasar en el 39º congreso cuando lo que se someta a discusión sea el reparto de poder dentro de un partido destinado a la refundación.
Los movimientos de Madina antes de la constitución de las Cortes anticiparán los planes de la presidenta andaluza
Fuentes socialistas consideran que si Susana Díaz no ve clara la derrota de Sánchez, no dará el paso de presentar su candidatura a la secretaría general. De ahí su interés en colocar en la pista de despegue al diputado Eduardo Madina, enfrentado a una parte de la federación vasca, quien podría comenzar su entrenamiento aspirando a convertirse en el portavoz parlamentario del PSOE durante la XII legislatura. Es algo que podrá confirmarse o desmentirse en cuestión de pocos días, en todo caso antes del 19, fecha prevista para la constitución de las nuevas Cortes.
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