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España

Objetivo PSOE: agujerear la bolsa electoral de Podemos reclamando el voto útil

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante un mitin electoral.

La fuerte resistencia con la que Pablo Iglesias ha frenado una candidatura de unidad dentro de las fuerzas situadas a la izquierda del PSOE fue vista al principio con inquietud en el cuartel general de la calle Ferraz, pues a mayor fragmentación del voto, mayores posibilidades hay de que este sector del electorado no obtenga la representación correspondiente en el futuro Congreso de los Diputados y haya escaños que se vayan por el sumidero. Sin embargo, el equipo que rodea a Pedro Sánchez, siempre optimista, valora la oportunidad que tendrá su líder de sacarle jugo a la apelación al voto útil. “Nuestra intención es convencer al electorado de izquierdas de que el único camino que garantiza la salida de Rajoy del Gobierno es dar el apoyo al PSOE”, explican en este partido.

La apelación al voto útil es el arma más eficaz que ve el PSOE para encarar la fragmentación de la izquierda

La división en la izquierda ha terminado poniendo en bandeja a Pedro Sánchez la explotación del voto útil teniendo en cuenta que, a final de año, los ciudadanos de este espectro ideológico tendrán un amplio abanico en el que elegir: desde Podemos hasta Ahora en Común, pasando por lo que quede de Izquierda Unida o por organizaciones como Equo, que en las pasadas elecciones europeas concurrió junto a Compromís y ahora negocia nuevas alianzas. Los artistas de la ceja, que en su día respaldaron a Zapatero, no han tenido esta vez éxito en su afán de que Podemos y sus satélites orillen las banderas partidistas y formen un frente común contra el PP.

En el PSOE se trabaja con la tesis de que Podemos no llegue a superar el 13% de los votos en las próximas legislativas, lo que le situaría en una frontera, escaño arriba, escaño abajo, de 30 diputados. Las encuestas más fiables reflejan que la formación de Pablo Iglesias ha avanzado un tímido medio punto en los dos últimos meses y sigue nutriéndose de un 15% de antiguos votantes socialistas. En total, si se celebraran ahora elecciones, Podemos superaría por poco los tres millones de votos. Una bolsa que más quisiera absorber Pedro Sánchez para sí con el fin de superar con holgura los tres puntos que en estos momentos le saca de ventaja el PP al PSOE y que le abrirían de par en par las puertas de La Moncloa.

No se cierra la puerta al acuerdo con Podemos

De aquí a las generales, el propósito de los socialistas es agujerear la bolsa de votantes de Podemos aprovechando la sobreexposición que Pablo Iglesias volverá a tener en la campaña. “Si algo demuestran nuestros estudios es que Podemos recupera apoyos cuando Iglesias permanece escondido, algo que está ocurriendo en las últimas semanas, mientras que los pierde en cuanto sale de la madriguera”, asegura un dirigente socialista que ha tomado nota de la poca química que hay entre su líder y el de la coleta, sin olvidar que Pedro Sánchez está obligado a ser lo suficientemente hábil como para erosionar a Iglesias en los próximos meses sin cerrarse la puerta a un pacto con él en caso de que la aritmética electoral no le deje otra alternativa para llegar al Gobierno.

Los expertos del PSOE aseguran que Pablo Iglesias gana votos cuando se esconde y los pierde "cuando sale de la madriguera"

El balance que se hace en el PSOE del camino recorrido por Sánchez desde que hace ahora un año fue elegido secretario general, es optimista. Las elecciones del pasado 24 de mayo marcaron un antes y un después en su crédito interno, pues ayudaron a los socialistas a recuperar los gobiernos de media docena de comunidades autónomas y casi la mitad de las capitales de provincia, algo que se antojaba inimaginable cuando Alfredo Pérez Rubalcaba tiró la toalla después del batacazo sufrido en las europeas celebradas en mayo del año pasado.

En Ferraz se pone también en valor el escaso nivel de rechazo que tiene Pedro Sánchez en el conjunto del electorado, al contrario que Rajoy, y el hecho de que el PSOE conserve todavía la lealtad del 73% de los que le votaron en 2011, frente a una fidelización que en el caso del PP no supera el 62%.

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