Publicado: 16/12/2014 04:00
Las empresas del sector energético llevan cinco meses sin saber muy bien con quien tienen que hablar dentro del PSOE para marcar territorio y explicar sus padecimientos, en suma para fijar contactos que sean perdurables y puedan rentabilizar si Pedro Sánchez llega a La Moncloa dentro de un año. Algunos presidentes de eléctricas ya han visto directamente al líder socialista mientras otros, como Borja Prado, hacen cola. Para resolver, en parte, esta falta de interlocución, el PSOE constituirá esta semana el llamado Consejo para la Transición Industrial y Energética, un compromiso contraído el pasado julio en el congreso extraordinario que aupó a Sánchez a la secretaría general.
El PSOE propone que haya en política energética un modelo como el que funciona para las pensiones en el Pacto de Toledo
Fuentes socialistas están convencidas de que en este think tank energético terminarán influyendo los mismos que trabajaron en este área para la conferencia política del PSOE celebrada en noviembre de 2013, en el final de etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba. La exsecretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, el exdirector de operaciones de Red Eléctrica Alberto Carbajo, el expresidente de la misma compañía y exministro Luis Atienza, o el presidente de Economistas Frente a la Crisis, Jorge Fabra, están en primer línea pero, en cambio, se ha dejado fuera del Consejo a los portavoces del área de los distintos grupos parlamentarios, en el Congreso, en el Senado y en el Parlamento europeo, lo que ha causado perplejidad dentro del PSOE y bastantes tensiones. “Va a venderse solo humo porque casi todo lo que tenía pensado hacer el Gobierno ya lo ha hecho, sobre todo después de la reforma del sector eléctrico. Además, hay que tener en cuenta cómo nació la idea de este Consejo…”, comentan fuentes socialistas.
Su origen es verdad que fue muy singular. El presidente asturiano, Javier Fernández, quiso acceder a la presidencia del Consejo de Política Federal, antes llamado Territorial, órgano desde el que, teóricamente, se coordina a los barones regionales. Pero se le adelantó la presidenta andaluza, Susana Díaz, y a Pedro Sánchez se le ocurrió la idea de compensar a Fernández con este órgano que, finalmente, ha tardado cinco meses en crearse. El presidente asturiano aceptó, entre otras razones porque era su única vía de entrada a la comisión ejecutiva federal. En ella trabaja también como responsable de la secretaría de Cambio Climático y Sostenibilidad la diputada Pilar Lucio, exconsejera de Empleo de Extremadura, que también formará parte del Consejo.
Un acuerdo que de seguridad jurídica
Su puesta en marcha será presentada por el PSOE como un intento de promover la participación de toda la sociedad en el ámbito de la política energética y de ofrecer al PP un gran pacto de Estado que ofrezca estabilidad y seguridad jurídica. “Queremos un acuerdo energético que funcione de forma parecida al Pacto de Toledo, siguiendo el modelo ya vigente en países como Francia, Alemania o Reino Unido, con diferentes matices”, aseguran en el PSOE.
Algunas voces socialistas creen que desde el Consejo que presidirá Javier Fernández "solo se venderá humo"
A medida que se acerquen las elecciones, la presión parlamentaria sobre el Gobierno en estos asuntos irá en aumento. Esta misma semana, el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, preguntará a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, si el Gabinete cumple con las “exigencias de seguridad” en sus decisiones sobre energía nuclear. Otros dos diputados del mismo grupo se interesarán también por la tardanza con la que repercute en los precios de la gasolina el descenso del precio del petróleo y por los problemas generados por la subasta energética a las empresas que son grandes consumidoras de energía. El Grupo Socialista ha registrado también una interpelación al Gobierno sobre los permisos de investigación y exploración de hidrocarburos en Canarias y el Mediterráneo.
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