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España

Ferraz se llena de traidores: el navajeo entre los barones deja a Sánchez aislado

Pedro Sánchez, en la noche electoral, rodeado de miembros de su ejecutiva.

Si Pedro Sánchez hubiera sabido hace año y medio que iba a tener que enfrentarse a una batalla como la que libra ahora para mantenerse en la secretaría general, probablemente no hubiera elegido la ejecutiva federal que salió del congreso extraordinario en el que Eduardo Madina perdió sus posibilidades de liderar el PSOE. La ofensiva desatada contra Sánchez por la mayoría de los barones regionales ha conseguido ahora que solo cuatro de los 25 miembros que componen el equipo de dirección le sigan siendo leales.

Solo cuatro de los 25 miembros de la ejecutiva con responsabilidades de área le son fieles a Pedro Sánchez

El “suicidio colectivo”, como le denominan altos dirigentes socialistas, en el que se ha embarcado su partido a raíz de los malos resultados electorales del 20-D, no solo ha dejado a Pedro Sánchez a la intemperie por los apoyos que ha perdido en la mayoría de las federaciones, sino que ha conseguido también desactivar una ejecutiva de la que probablemente no quedará rastro en el próximo congreso. En estos momentos, Sánchez solo confía en su secretario de Organización, César Luena, en el exlendakari Patxi López, en su amiga del alma María Luz Rodríguez y en la excoordinadora del programa electoral Meritxell Batet. Los dos primeros apoyaron a Eduardo Madina a la secretaría general, pero más tarde cambiaron de bando. Luena pertenece a la federación riojana, con escaso o nulo predicamento en el partido, y Batet a la catalana, que ha decidido mantenerse neutral en la refriega que puede acabar con el liderazgo de Sánchez.

En el cuartel general del PSOE se habla sin ambages de “traición” cuando se citan, por ejemplo, los nombres del valenciano Ximo Puig o del canario José Miguel Pérez. Ambos fueron incorporados a la ejecutiva en julio de 2014 y respaldaron con entusiasmo el liderazgo de Sánchez, pero ahora se han sumado a la ‘operación Susana’, siguiendo la estela de las federaciones de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Aragón, entre otras. Su objetivo es precipitar la convocatoria del congreso federal para que cuando se vote la investidura de Mariano Rajoy o de otro candidato del PP, los socialistas afronten la cita con una dirección renovada comprometida con la formación de un Gobierno estable que cuente también con la complicidad de Ciudadanos.

Todos los dirigentes andaluces, en contra de Sánchez

Junto a los “traidores”, Pedro Sánchez comparte ahora también asiento en la dirección federal con ocho responsables de área que votarían en contra de su continuidad. Se trata de los andaluces Antonio Pradas, una de las principales antenas de Susana Díaz en Madrid, María José Sánchez, Estefanía Martín, María Luisa Faneca y Noemi Cruz. También pertenecen a federaciones contrarias a sus intereses la aragonesa Susana Sumelzo, la extremeña Pilar Lucio y la asturiana María Luisa Carcedo. Sus jefes de fila, especialmente el presidente del Principado, Javier Fernández, fueron los más combativos durante el reciente comité federal en la defensa de un congreso temprano que facilite la renovación del liderazgo y de los máximos órganos de gobierno del PSOE.

Los 11 miembros restantes de la ejecutiva apenas aportan a Pedro Sánchez una protección eficaz ante lo que se le viene encima en las próximas semanas. La presidenta del partido, Micaela Navarro, se esfuerza en aparentar imparcialidad, pero pertenece a la misma federación de Susana Díaz. Carmen Montón compatibiliza la secretaría de Igualdad con el Gobierno valenciano de Ximo Puig. Manuel de la Rocha, responsable de Economía, respaldó a Madina el año pasado. Carmen Chacón pertenece al PSC, pero mantiene buena relación con Susana Díaz y mala con el primer secretario de su federación, Miquel Iceta, quien ha hecho buenas migas con Sánchez. María González Veracruz (Murcia), Roberto Jiménez (Pamplona), Iratxe García (País Vasco), Iban García (Castilla y León), Eva Matarín (Madrid) y Manuela Galiano (Castilla-La Mancha), accedieron a la ejecutiva formando parte del cupo de sus organizaciones territoriales y en el próximo congreso se alinearán con lo que éstas decidan.

La mayoría de los miembros de la ejecutiva se atienen a la disciplina que emana de sus federaciones

Cercado por las baronías territoriales, huérfano de apoyos sólidos en la ejecutiva federal y escasamente pertrechado también en un grupo parlamentario donde tienen mayor presencia las federaciones contrarias a su liderazgo, a Pedro Sánchez ya le han instalado quienes pueden hacerlo un velatorio anticipado en la sala Ramón Rubial, donde se reunirá más pronto que tarde el comité federal que pondrá fecha al 39º congreso.

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