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España

Nuevo temporal en el PSOE: tres barones plantan cara a Sánchez y tantean pactos con Pablo Iglesias

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez y el extremeño Guillermo Fernández Vara.

El partido que gane el próximo mes de mayo las elecciones en Madrid será el que se vista de ganador en toda España. Esta es una premisa que se asume como cierta en los cuarteles generales del PP y del PSOE y, por tanto, será en esta comunidad y en la capital donde se libre la madre de todas las batallas, razón que explica la lentitud con la que Mariano Rajoy se está pensando los candidatos de su partido. Hay también otra explicación de fondo: los socialistas ni siquiera saben a estas alturas si Tomás Gómez podrá llegar vivo a la campaña, teniendo en cuenta que aún puede impedírselo el proceso judicial vinculado a su gestión como alcalde de Parla.

Los socialistas dudan si Tomás Gómez llegará políticamente vivo a la campaña electoral

Dejando la joya de la Corona a un lado, donde Pedro Sánchez cree que hay mayores posibilidades de éxito el próximo mes de mayo es en la Comunidad Valenciana, en Extremadura y en Castilla-La Mancha. En la primera, el PSOE lleva en la oposición desde hace 19 años y en la segunda y la tercera desde hace tres, tras el fracaso electoral de Guillermo Fernández-Vara y José María Barreda. La última gran encuesta fiable data para los dos grandes partidos de las elecciones europeas celebradas hace siete meses. En ellas, el PP se confirmó como la primera fuerza en Madrid, la Comunidad Valenciana, Murcia, Aragón, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Galicia, La Rioja, y Navarra, además de en las ciudades de Ceuta y Melilla. Los socialistas solo sacaron cabeza en Andalucía, Extremadura y Asturias. Transcurrido este tiempo, los sondeos que maneja el PSOE reflejan su opción de recuperar poder autonómico gracias a Ximo Puig (comunidad valenciana), a Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) y, de nuevo, a Fernández-Vara (Extremadura), uno de los pocos candidatos que repetirá en el cartel electoral, junto al asturiano Javier Fernández y al madrileño Tomás Gómez, si es que llega políticamente vivo a la cita con las urnas.

El problema, reconocen en la ejecutiva socialista, es que en ninguno de estos tres territorios las encuestas reflejan una victoria por mayoría absoluta. Lo que sí anticipan es una potente irrupción de Podemos, lo que ha llevado a los barones regionales afectados a no descartar futuros acuerdos con el partido de Pablo Iglesias y a no pintarle como a un demonio. El más claro de todos ha sido Fernández-Vara, el candidato más veterano del PSOE a las autonómicas. Consciente de que Podemos puede barrer del mapa a Izquierda Unida en una región donde el PP ha podido gobernar desde 2011 gracias a su apoyo, el socialista extremeño ha dicho que el diálogo en democracia puede facilitar pactos para buscar mayorías y que la única línea roja con Podemos es algo tan etéreo como que respete sus principios.

Podemos daña a todos los partidos en la Comunidad Valenciana 

En peor situación se encuentra, a los ojos de la ejecutiva socialista, el valenciano Ximo Puig. Ha sido uno de los primeros que ha marcado distancias con Pedro Sánchez al no descartar acuerdos con Podemos si éstos facilitan el desalojo del PP del gobierno regional. Esta es una de las comunidades donde con mayor nitidez se refleja el desplome del PP y también el daño electoral que el partido de Pablo Iglesias infringe a Izquierda Unida e, incluso, a Compromís, una formación todavía más radicalizada que ERC en Cataluña. De hecho, hay en el PSOE valenciano quien prefiere pactar con Podemos antes que con ella, si el PP pierde en mayo la mayoría absoluta.

Para recuperar el Gobierno valenciano, el PSOE también tendría que pactar con Compromís y lo que quede de Izquierda Unida

Todo este amplio abanico de alianzas postelectorales al que tendrán que recurrir los socialistas si quieren recuperar poder autonómico dentro de cinco meses preocupa mucho al equipo de Pedro Sánchez, pues puede llegar a entrampar al PSOE en la campaña que, posteriormente, se abrirá para las legislativas. De hecho, los pactos con Podemos que no rehúyen algunos barones del PSOE después de mayo pueden ser el salvoconducto que facilite a Mariano Rajoy otra victoria electoral, se admite en la ejecutiva socialista, máxime si se confirma que en junio la presidenta andaluza, Susana Díaz, consuma su ambición de pegar el salto a la política nacional después de aglutinar los apoyos necesarios para triturar en las primarias al actual secretario general. Después de mayo, huele a nuevo temporal en el Partido Socialista.

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