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España

El PSOE confía en que un pacto de Rajoy con el PNV le evite “mancharse las manos” en la investidura

Mariano Rajoy e Íñigo Urkullu, en el Palacio de La Moncloa.

Al no sintonizar con el discurso políticamente correcto, a ningún diputado del PSOE y de Podemos se le escuchará confesarlo en público, pero lo cierto es que en las conversaciones informales que suelen mantener en los pasillos del Congreso representantes de ambos partidos, expresan el deseo de que Mariano Rajoy supere la investidura cuanto antes para que pueda empezar a rodar la legislatura, eso sí, siempre que sean otros los que se mojen a la hora de la votación. Y en la mirada del PSOE, sobre todo, se coloca el PNV como protagonista principal. Los problemas que está encontrando Pedro Sánchez para formar un Gobierno alternativo al del PP lleva a los socialistas a confiar en que después de las elecciones de este domingo, los nacionalistas vascos tiendan la mano a Rajoy, una decisión que aliviaría a los socialistas de la presión que sufren para romper el actual bloqueo político.

Íñigo Urkullu no ha cerrado nunca la puerta a sostener a un Gobierno presidido por Rajoy

El PNV juega desde el 26J con cinco diputados, por lo que el PP necesitaría reunir, además de sus 137, los 32 de Ciudadanos, el de Coalición Canaria y el del diputado de Nueva Canaria Pedro Quevedo. Sumaría así los 176 necesarios para la mayoría absoluta, lo que libraría a Pedro Sánchez de moverse del ‘no’ a la abstención evitando, así, un debate que puede ser desestabilizador para su propio liderazgo y mortífero para su partido. Sin embargo, ahora los tiempos pueden jugarle una mala pasada al secretario general del PSOE si la misma noche del 25S o en la ejecutiva del día siguiente, se arma la marimorena ante unos resultados en Galicia y el País Vasco tan desastrosos para los socialistas como los que pronostican las encuestas.

A la espera de lo que suceda el domingo, el PNV se está dejando todas las puertas abiertas, como demuestran estas tres secuencias. Intervención de su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, durante el debate de investidura de Rajoy, celebrado a finales de agosto: “el PNV está abierto siempre al diálogo. Cuando ustedes estén dispuestos al acuerdo reconociendo que los vascos somos una nación, entonces llámennos”. Domingo, 18 de septiembre, Iñigo Urkullu en La Vanguardia: “Que no cuenten con el PNV para garantizar fórmulas de gobierno que no sean estables y que no atiendan la agenda vasca. Con 121 años, el PNV es pragmático, hoy la prioridad de la gente es la economía”. Dos días más tarde, de nuevo el lendakari esta vez en El País: “veo muy difícil llegar a acuerdos con Rajoy y el PP. No apoyaremos a quien no afronte la agenda vasca, y ésta empieza por el cumplimiento íntegro del Estatuto”.

Las relaciones de Rajoy y Urkullu son cordiales, pese a las diferencias que les separan, y en La Moncloa se tiene clara la aspiración de la actual dirección del PNV a jugar a tope el papel de bisagra que antaño benefició tanto a la fallecida CiU. Los Presupuestos de 2017, pese a las restricciones económicas, son muy apetecibles para los nacionalistas, tanto como las negociaciones que pueden abrirse a lo largo de la legislatura sobre la mejora del Concierto vasco.

Albert Rivera no obstaculizaría el pacto PP-PNV

Más allá de algunas frases huecas pronunciadas en la fallida investidura de Rajoy, el PP ya ha dado sobradas señales de buena vecindad con el PNV, como lo demuestra su presencia en la Mesa del Senado. Los dos problemas que tenían los nacionalistas para apoyar la investidura de Rajoy, las elecciones vascas y la incompatibilidad con Ciudadanos, pueden disolverse el próximo domingo, sobre todo si Urkullu necesita la muleta del PP para gobernar con holgura desde Ajuria Enea. Además, los dos grandes partidos nacionales dan por hecho que si Rajoy dependiera en adelante del PNV para sostenerse en La Moncloa, Albert Rivera no sería ningún obstáculo, circunstancia a la que no es ajena el pánico que Ciudadanos le tiene a unas terceras elecciones.

Diputados del PSOE y de Podemos comentan en privado que están deseando que Rajoy supere la investidura

Sería un alivio para el PSOE que estas incertidumbres se despejaran pronto a partir del domingo, con tal de evitar a Pedro Sánchez y a los barones regionales una trifulca con pocos precedentes en la historia reciente del socialismo, en la que podría llegar a constatarse el divorcio existente entre los cuadros dirigentes y la militancia. “Que Rajoy gobierne, pero sin que nos tengamos que manchar las manos”, es la combinación preferida, nunca reconocida en público, por la gran mayoría del Partido Socialista después de nueve meses de parón político.

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