Publicado: 29/10/2015 04:00
"¿Estamos locos?", se pregunta un alto dirigente del PSOE, inquieto por las incoherencias que está demostrando la cúpula de su partido en las alianzas que viene tejiendo desde las municipales y autonómicas de mayo. Gracias a estos pactos, se aupó a los gobiernos de siete comunidades autónomas y miles de ayuntamientos. En este cambalache han entrado en juego acuerdos en distintos territorios con Podemos, Compromís, Esquerra Republicana, Izquierda Unida y otras fuerzas del nacionalismo e independentismo radical. El triple salto mortal lo acaba de dar el PSOE en Canarias, donde ha cerrado un acuerdo para concurrir a las elecciones generales con Nueva Canarias, la formación que hace oposición en las islas al Gobierno que preside Fernando Clavijo, actual líder de Coalición Canaria, integrado también por cuatro consejeros socialistas, entre ellos la vicepresidenta, Patricia Hernández. Desde hace un año, los socialistas canarios están representados en la ejecutiva federal por José Miguel Pérez.
El PSOE persigue quitarle dos escaños al PP coaligándose con Nueva Canarias
¿Se puede ir a las elecciones generales coaligados con la misma fuerza política que está actuando como tu mosca cojonera en la comunidad donde gobiernas?, se interroga en alto otro parlamentario socialista, asombrado de que Pedro Sánchez haya dado el visto bueno a este tipo de componendas.
El objetivo, explican fuentes de la ejecutiva federal, es quitarle escaños como sea al Partido Popular, pues de la diferencia que separe el próximo 20-D a las dos grandes fuerzas políticas dependerá el margen que tenga Ciudadanos para dar el Gobierno a Mariano Rajoy o a Pedro Sánchez.
En estos momentos, el PP tiene en el Congreso cinco diputados canarios y en diciembre se conformaría con retener a tres de ellos. Los socialistas tienen ahora cuatro por las islas y aspiran a obtener seis, con la ayuda de Nueva Canarias. Esta formación, que se creó hace casi una década tras la escisión de Coalición Canaria, es la que está ejerciendo junto al PP el principal papel de oposición en esta comunidad autónoma frente al Gobierno que preside Clavijo en coalición con el PSOE.
El piso de Patricia Hernández, objeto de polémica
La andadura de este Gobierno desde mayo, ha estado exenta de grandes polémicas, salvo la que ha acompañado al piso en el que vive Patricia Hernández. Clavijo renunció al suyo oficial, al que le correspondería como presidente canario, y ella, pese a tener un piso en Madrid y otro en Tenerife, lo ha ocupado en medio de duras críticas internas por parte de los dirigentes socialistas.
La esquizofrenia del PSOE por los pactos establecidos con otras fuerzas políticas en los últimos seis meses pueden pasarle factura electoral o, al menos, eso creen en el PP y en el Gobierno, a la vista de la forma en que Mariano Rajoy está publicitando los acuerdos que los socialistas han cerrado para impedir que gobierne la lista más votada en plazas claves como, por ejemplo, la Alcaldía de Madrid.
Pedro Sánchez ha autorizado acuerdos con Ciudadanos, Podemos, Esquerra, Compromís y otras fuerzas minoritarias
El año pasado, el Gobierno manejó en serio la reforma de la ley Electoral como una herramienta para prevenir las alianzas que se conocieron a partir de mayo en buena parte de los ayuntamientos y comunidades autónomas. Después de estudiar a fondo la iniciativa y de implicar en ella a varios ministros, Mariano Rajoy desechó la idea al concluir que podía tener más inconvenientes que ventajas si no se contaba con el visto bueno del primer partido de la oposición. La renuncia levantó duras críticas al presidente en numerosas organizaciones regionales del PP, pues atisbaban que podía perderse buena parte del poder territorial conquistado en 2011, como así acabó sucediendo.
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