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España

No es la primera vez: la afición del PSOE a prestar senadores desde 1982

Un momento de la sesión constitutiva del Senado de la XI Legislatura

La decisión del PSOE de "prestar" cuatro de sus parlamentarios a ERC y a Democràcia i Llibertat para que puedan formar grupo en el Senado ha dejado a su paso un río de acusaciones. Se trata de Josep Antich y Josep Lluís Grau, por un lado, y de Ricardo Varela y Miguel Ángel González Vega, de otro. Sin embargo, es una práctica habitual en la Cámara Alta, una muestra de "cortesía parlamentaria" que se ha utilizado en toda las legislaturas.

Esta norma no escrita se aplica interpretando el ambiguo reglamento del Senado que, si bien establece un mínimo de diez componentes para que puedan formar grupo parlamentario, a renglón seguido contempla que éste se pueda reducir hasta los seis miembros. De este modo, es posible ceder senadores a un partido para, una vez constituido su propio grupo, abandonarlo.

Rafael Estrella, elegido por Granada, prestó ayuda a los vascos de Michel Unzueta en 1982, y desde entonces, la "cortesía parlamentaria" se ha mantenido

De hecho, no es la primera vez que el PSOE usa esta fórmula en ambas Cámaras. Al inicio de la II legislatura de la democracia, en 1982, el socialista granadino Rafael Estrella inició el "préstamo" de senadores al entrar en el Grupo Parlamentario de nacionalistas vascos. Éste contaba con nueve miembros electos y Estrella completó la lista hasta llegar a los diez.

¿'Do ut des'?

Lo mismo ocurrió en 1989, cuando a los senadores nacionalistas vascos se les unieron un senador de Unió, otro de Convergència y otros dos socialistas: el difunto poeta Manuel Cuña, elegido por Pontevedra, y Diego Alonso, que en su caso se presentó por Córdoba.

Pero en esta ocasión se han escuchado voces críticas dentro del seno de los propios socialistas. El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha encontrado "inexplicable" el comportamiento de su partido en el Senado: "Estas formaciones están trabajando para irse de España", ha denunciado en público. Desde el PP creen que puede tratarse de una maniobra de Pedro Sánchez para ganarse el apoyo de los independentistas en un Gobierno presidido por él mismo.

El PSOE alcanzó de nuevo el poder en 2004, bajo la promesa de Zapatero de "respetar el Estatut" que aprobase el Parlament catalán. En la VII legislatura, los pactos de "cortesía" favorecieron no sólo a los nacionalistas vascos, sino también a Convergència i Unió y a Coalición Canaria. Cabe recordar que sólo dos años después, en 2006, fue aprobado el Estatut de autonomía de Cataluña, declarado inconstitucional en 2010 por el Tribunal de la Carta Magna.

El PSOE prometió en la campaña de 2004 respetar el 'estatut', y tras ganar los comicios usó esta fórmula con CiU; dos años después se aprobaba el texto catalán

En 1996, cuando el PP ganó las elecciones, el escenario fue el mismo: los socialistas permitieron que los nacionalistas vascos formaran grupo en el Senado. Los elegidos fueron Ignacio Díez, Francisca López Yébenes, Francesca Martín i Vigil y José María Rodríguez de la Borbolla. La peculiaridad, en este caso, estriba, al igual que ocurrió en 1982, en que dos de estos parlamentarios procedían de provincias nada sospechosas de comulgar con el independentismo del País Vasco, como son Ciudad Real o Sevilla.

Nacionalismo insular

Para contentar a los vascos, los socialistas cedieron a José Antonio Alonso, senador por Asturias; a José Castro, elegido por Salamanca; y a Francisco Fuentes, por la Asamblea de Extremadura. El caso de CiU representaba una novedad, ya que hasta entonces habían conformado grupo en la Cámara Alta sin necesidad de miembros "prestados". Se trató de parlamentarios de otras comunidades autónomas: Antonia Aránega, por Granada; Hilario Caballero, por Ciudad Real; Arturo González, por Segovia; y Félix Lavilla, por Soria.

El grupo que más socialistas tuvo prestados fue el de Coalición Canaria, partido que contaba con cinco senadores electos y necesitaba por tanto otros cinco para tener grupo propio. El PSOE cedió nada menos que once parlamentarios a los insulares: Diego Asensio, de Almería; Luis Ayllón, de Cuenca; José María Burgos, de Ávila; José Miguel Camacho, de Toledo; José Carracao, de Cádiz; María del Carmen González, de Palencia; Luis Lago, de Lugo; Eduardo de Orduña, de Badajoz; Juan José Palacios, de Guadalajara; Luis Miguel Salvador, de Granada; y Pedro Villagrán, de Málaga.

El préstamo de senadores a los nacionalistas se hizo de manera calculada: la mayoría fueron elegidos por provincias nada sospechosas de comulgar con el independentismo

La segunda legislatura presidida por Zapatero se fraguó en el Senado con cesiones del PSOE a dos formaciones nacionalistas. Raquel Andrés, Pedro Bustos y Juan Cornejo, de Palencia, Cuenca y Cádiz, respectivamente, permitieron a CiU tener grupo propio en la Cámara Alta. Por otro lado, vascos y canarios se pusieron de acuerdo en aliarse con el mismo propósito, aunque les faltaban aún siete senadores.

Los socialistas los aportaron. Fueron María Jesús Castro, por Cádiz; José Manuel Cuervo, por Asturias; Diego García, por Albacete; Francisco Jiménez, por Badajoz, Ángel Lacueva, por Teruel; Josefa Mena, por Salamanca; y Ana Sánchez, por Zamora. Para denominar al grupo se optó por un nombre genérico, dada la variedad de integrantes: grupo parlamentario de senadores socialistas.

Durante el ciclo político que acaba de terminar, entre 2011 y 2015, los socialistas también han facilitado la formación de grupo en el Senado a los nacionalistas vascos del PNV. El partido de Íñigo Urkullu contó con el apoyo de Aurelio Abreu, Arcadio Díaz (ambos canarios), Inmaculada Cruz, por Cuenca; y Ramón Ortiz, por Murcia.

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