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España

Pedro Sánchez abre la puerta de salida a 15 de los diputados más veteranos del PSOE

Pedro Sánchez, en el Congreso.

Hay codazos en el partido por entrar en las candidaturas con las que los socialistas concurrirán a las próximas elecciones generales, lo que explica que ni siquiera los 26 miembros que componen la ejecutiva federal tengan garantizado un hueco en el Congreso de los Diputados para la próxima legislatura. El desasosiego se justifica porque no está garantizado que el PSOE conserve los 110 diputados que logró Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011, circunstancia que está tensando todavía más el proceso abierto hace dos semanas por el comité federal para la elaboración de las listas.

La única consigna, no menor, que ha dado Pedro Sánchez a sus colaboradores es la necesidad de que haya una amplia renovación en los escaños socialistas cuando se constituya el nuevo Parlamento a partir de enero. La presión de Podemos aprieta cada vez más y el secretario general quiere gente "joven y preparada", candidatos con perfiles que no casan nada con algunos de los viejos militantes que tienen a sus espaldas más de dos décadas de permanencia en el Congreso, superan con creces los 60 años y ofrecen una imagen antigua, con escaso gancho electoral”.

Pedro Sánchez quiere hacer de la renovación de las listas al Congreso un gancho electoral

Hay más de una docena larga que entran en este contorno, a los que se ha sugerido diplomáticamente que den un paso atrás y no generan problemas dentro de un proceso que es largo y tiene que pasar por las agrupaciones, los comités provinciales, los regionales y, finalmente, por el Comité Federal, el máximo órgano entre Congresos.

Conscientes de las dificultades que acarrea tener el viento en contra, hay diputados que reconocen abiertamente que dejan la política porque no encuentran sitio y hay otros que han decidido vestir su salida con un disfraz de generosa voluntariedad que no se corresponde con la realidad. Este es el caso, por ejemplo, de la exministra de Exteriores Trinidad Jiménez, quien sabía desde hacía tiempo que no iba a tener hueco en la lista por Málaga, donde Manuel Chaves la aupó en 2011. La situación se ha repetido este viernes con Javier Barrero, de 66 años, que ha anunciado que pondrá fin a más de tres décadas como diputado en la Cámara Baja porque "ya era hora". "Me parecía que tenía toda la lógica del mundo dar un paso atrás y posibilizar una renovación", ha indicado el parlamentario andaluz.

También se ha invitado a salir por la misma puerta a Diego López Garrido, exsecretario de Estado con Zapatero, 68 años a sus espaldas y seis legislaturas cobrando del escaño. Pertenece a la circunscripción de Madrid, donde los compromisos adquiridos por Pedro Sánchez apenas dejan espacios libres.

En la diana está también Jesús Caldera, exministro de Zapatero, quien lleva 32 años como parlamentario por la provincia de Salamanca, cuatro más que Víctor Morlán, diputado por Huesca, 68 años, que ocupó el ‘número dos’ de Fomento durante la etapa ministerial del hoy eurodiputado José Blanco. Hay más apellidos añejos, entre ellos el del valenciano Cipriá Ciscar, 68 años, de los cuales 28 los ha pasado como diputado por su circunscripción. La almeriense Consuelo Rumi, exsecretaria de Estado también con Zapatero, acumula ya cuatro legislaturas, una menos que la andaluza María Isabel Pozuelo, de 62 años, o que la catalana Isabel López i Chamosa, de la misma edad.

Barones en la comisión federal de listas

En la lista de diputados con altas probabilidades de quedarse sin escaño figuran también los catalanes Joan Rangel y Teresa Cunillera, esta última rozando los 65 y con 24 años de diputada, Julio Villarrubia, parlamentario por Palencia con cinco legislaturas de desempeño, el canario José Segura, 71 años y 20 años en el escaño, así como el toledano Alejandro Alonso, 63 años y tres legislaturas de experiencia.

En la comisión federal de listas están sentados doce dirigentes del PSOE, entre ellos el secretario de Organización, César Luena, brazo derecho de Pedro Sánchez, y los barones Guillermo Fernández Vara y Emiliano García-Page. También pertenece a ella Antonio Pradas, hombre de la máxima confianza de la presidenta andaluza, Susana Díaz.

Las aspiraciones de renovación están condicionadas por la autoridad de los barones socialistas

Algunos de los parlamentarios citados están moviendo todas las palancas a su alcance para no ser apeados de las candidaturas, mientras que otros han tirado ya la toalla ante tanta competencia, sabiendo que tenían la batalla perdida. “A nuestros votantes hay que ofrecerles modernidad, gente nueva. Tenemos provincias donde solo salen elegidos dos diputados nuestros y llevan siendo los mismos desde hace más de 20 años, algo injusto porque hay que dar oportunidades a los más jóvenes”, explican fuentes socialistas. Todos tienen claro, además, que Pedro Sánchez quiere aprovechar la renovación  de las candidaturas como señuelo electoral, “presentando a personas que no hayan vivido siempre de la política, si han trabajado en la empresa privada, mejor que mejor”.

Esta renovación tendrá los límites que quieran la mayoría de los barones que han conquistado poder territorial en las elecciones del pasado mes de mayo, pues nadie ve a Pedro Sánchez desde la madrileña calle Ferraz enfrentándose con los presidentes de Castilla-La Mancha, Extremadura, Asturias y, mucho menos, Andalucía, por un “quita tú que pongo yo” a tres meses escasos de su gran examen electoral.

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