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España

El "sosiego" de Rita pone de los nervios a Génova

Rita Barberá, durante la rueda de prensa de este jueves.

Cuarenta días después de que estallara el escándalo en torno a la presunta corrupción en el Ayuntamiento de Valencia, Rita Barberá rompió su silencio. Lo ha negado todo y no amaga con dimitir. Todo lo contrario. Lanzó incluso algunas andanadas a sus compañeros de partido, a quienes pidió "sosiego y templanza". Casi un sarcasmo. En esa línea se había pronunciado Mariano Rajoy unas horas antes, al recomendar a sus dirigentes que no se dejen llevar por la "histeria" al abordar estos asuntos.

Las palabras de Barberá han caído como un estruendo en la dirigencia del PP. No era lo que esperaban. No confiaba nadie en que asumiera sus dificultades y diera un paso al costado por el bien del partido en el que milita desde hace cuatro décadas. Pero la exalcaldesa agradeció las muestras de afecto de Rajoy y de Cospedal, y no evitó repartir unas sonoras pullas a sus compañeros de partido. Recordó que ella no se encarga de las campañas electorales, que no ha tenido nunca responsabilidades orgánicas y, al tiempo, deslizó que entiende las críticas de algunos de sus conmilitones "por demasiado jóvenes" o por la difícil situación política por la que atraviesa su formación.

Las palabras de Rita han dinamitado la campaña puesta en marcha desde su partido contra Ciudadanos 

Han sentado como una patada en el estómago estas argumentaciones de una de las figuras más destacadas del PP en los últimos años, más allá de su estricta responsabilidad como alcaldesa de la tercera ciudad de España. A cinco días del debate de investidura, en el que Rajoy pretende poner contra las cuerdas al aspirante, Pedro Sánchez, Barberá, lejos de ayudar, ha levantado una polvareda de escándalo y ha revuelto aún más las agitadas aguas del PP.

Rajoy salió en su defensa en una aparición televisiva este miércoles. En la línea opuesta de lo que han hecho algunos destacados dirigentes de Génova, que, como Maroto, Levy o Casado, han cargado con furia contra los casos de corrupción y han deslizado que lo lógico sería que Barberá, por el bien del PP, debería pensarse su continuidad en las filas en las que siempre ha militado. Era a esos 'jóvenes' hacia los que se dirigía Barberá en sus collejas dialécticas. El PP está divido frente a la corrupción. Los nuevos altos cargos, incorporados a la cúpula hace unos meses, no han disimulado su enorme irritación con la forma en que se han manejado estos asuntos que tanto daño les ha hecho. En el otro lado están quienes se consideran perseguidos por una singular actuación de la Justicia y de algunos fiscales. El propio ministro del Interior confesaba que él no cree en las coincidencias y las casualidades cuando se habla de estas cuestiones.

Las palabras de Rita han dinamitado la campaña puesta en marcha desde su partido contra Ciudadanos por el acuerdo suscrito con el PSOE. Un asunto que se considera crucial en Génova ya que, aunque tendrán que empezar a verse con Rivera después del día 5 de marzo, es ahora el momento, según piensan, de recuperar un voto que se fue hacia el partido naranja. 'Rita se lo ha llevado todo por delante', aseguran. Ha emergido con descaro y sin disimulos, ha cargado las culpas a todo el mundo, al partido, a sus subordinados, a la oposición, a Ciudadanos, a los medios de comunicación, a los antisistema. Todo menos irse a casa, que es lo que desean ahora mismo quienes tiene que afrontar la posible organización de una nueva campaña electoral en la que el futuro del PP está preñado de incertidumbres.

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