La vida sigue maravillosamente igual en el Senado: mayoría absoluta del PP y el PSOE no pierde

La vida sigue maravillosamente igual en el Senado, la segunda cámara del sistema parlamentario español y sobre la cual una amplia mayoría de la ciudadanía tiene el convencimiento de que no sirve para nada. El sesgo conservador de su sistema electoral (listas abiertas con 4 senadores por circunscripción peninsular independientemente de su población) ha redundado en una composición de la cámara muy parecida a la de 2011, donde el PP pierde 13 senadores (el total son 208) pero reedita una cómoda mayoría absoluta con el 95% escrutado. Tras ellos, el PSOE ha perdido a última hora 2 senadores y se queda con los mismos 48 que tenía, un resultado excelente para un partido que ha perdido tantos votos en el Congreso. Con el 99,6% escrutado el PSOE perdió un senador más (47) mientras el PP quedó en 124 escaños.

La situación no es baladí ya que la Cámara Alta, aunque es cierto que apenas tiene atribuciones si se compara con el Congreso de los Diputados, es una cámara de segunda lectura cuyas enmiendas pueden modificar textos legales venidos del Congreso, aunque éste siempre tiene la última palabra. También puede bloquear una reforma constitucional puesto que se necesita mayoría cualificada en ella y esta nunca se conseguirá sin el apoyo del PP. Pero la composición es totalmente diferente a la del Congreso: aquí Podemos apenas obtiene 9 senadores (otros 7 En Comú Podem, En Marea y Compromís entre todos), mientras que Ciudadanos ni siquiera obtiene representación. Las provincias castellanas dejan en bandeja la victoria a los conservadores, gracias a los 27 senadores que aporta Castilla y León (9 provincias) y los 15 de Castilla-La Mancha (5). En Andalucía, con 8 provincias, es sin embargo el PSOE el que se lleva el gato al agua con 21 senadores mientras que el PP se lleva 11. También es curioso el caso de la Comunidad Valenciana donde el PP con una caída espectacular en votos mantiene 9 senadores frente a 2 del PSOE y 1 de Compromís.

La composición del Senado tras el 20D, como puede observarse, es bastante similar a la que hubo en 2011 (derecha).

Ciudadanos, que planteaba una reforma ambiciosa de la cámara, se queda fuera. PP y PSOE se ven muy beneficiados por su sistema electoral

Esta composición del Senado totalmente opuesta a la del Congreso de los Diputados ya ha sido argumentada por líderes independentistas como Oriol Junqueras para recordar que el cambio político no ha sido tan importante en el conjunto del Estado. Ciudadanos, un partido que planteaba una reforma ambiciosa de la cámara, no tiene fuerza en la misma así que su influencia será muy limitada. Albert Rivera ha propuesto "una nueva ley electoral para que los votos de los ciudadanos valga lo mismo". Esto es precisamente lo que no ocurre en la Cámara Alta. El bipartidismo clásico, favorecido en esta cámara, no tendrá ningún interés en su propia reforma.

Con una mayoría tan clara del PP, se avecina una legislatura en la que las enmiendas de los senadores pueden modificar muchos textos legales, lo cual es previsible que pueda ralentizar las tramitaciones parlamentarias. Especialmente esto puede notarse en todos los intentos de reformas legislativas que puedan afectar a una modificación constitucional o territorial.

Nombramiento de cargos públicos

El Senado también tiene mucha importancia a la hora de seleccionar cargos públicos, que en este caso seguirán siendo coto casi privado del PP. Concretamente este parlamento elige cuatro de los 12 magistrados del Tribunal Constitucional, a 10 de los 20 vocales del Consejo General del Poder Judicial, al Defensor del Pueblo (junto al Congreso), a seis de los 12 consejeros del Tribunal de Cuentas, a cuatro de los doce miembros del Consejo de Administración de Radio Televisión Española, a un miembro del consejo consultivo de la Agencia Española de Protección de Datos, a cuatro de los nueve miembros del Observatorio de la Vida Militar y a un vocal de la Comisión de Transparencia y Buen Gobierno.