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España

Adiós, Podemos: toda la artillería del PP apunta ya contra el PSOE

El presidente Mariano Rajoy, haciendo campaña durante sus vacaciones.

Ha sido una de las polémicas del verano. El movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel pidió al festival Rototom de Benicàssim que no trajera al artista judío Matisyahu. Prácticamente todos los partidos y estamentos han emitido comunicados contra lo que consideraban una forma inaceptable de censura. Podemos e Izquierda Unida han apoyado el boicot porque el cantante incita al odio contra los palestinos en canciones en las que se escuchan frases como “bombardearé a vuestras madres hasta que os rindáis”.

El PSOE, por el contrario, ha denunciado un hecho “desgraciado”, “desdichado” y que consideran un “precedente peligroso”. A pesar de esta condena, el PP ha cargado sobre todo contra ellos. “Ferraz tiene que pensarse muy bien quiénes son sus amigos y compañeros de viaje”, ha dicho la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP Andrea Levy, porque Podemos defiende “modelos que no traen precisamente la democracia a España”. Para la popular los socialistas en este caso son culpables por asociación. “Cargué mucho también contra Podemos”, explica Levy a Vozpópuli, “pero incluí al PSOE porque son los que les instrumentalizan y les dan apoyo”.

El boom electoral de Podemos desde mediados de 2014 llevó al Partido Popular a centrar su estrategia en la confrontación con la formación morada. Eran los tiempos en los que tanto populares como socialistas atacaban al nuevo partido que llegó a situarse, en las navidades pasadas, empatado en las encuestas con las formaciones tradicionales. Entonces, el bipartidismo se atacaba poco entre sí, y eran más frecuentes las andanadas contra los nuevos “bolivarianos” por su apoyo entregado a Hugo Chávez, por el escándalo de la elusión fiscal de Juan Carlos Monedero, o por la beca ilegítima de Íñigo Errejón.

Mariano Rajoy ha dado hace unas semanas la orden de que la artillería vuelva a apuntar hacia su enemigo histórico, el PSOE

Pero Mariano Rajoy ha dado hace unas semanas la orden de que la artillería vuelva a apuntar hacia su enemigo histórico. “Nuestro reto es sacar la mayor ventaja posible a los socialistas, nuestro principal enemigo es el PSOE, no nos equivoquemos, pues de la diferencia que consigamos dependerá que gobernemos de manera más cómoda”, les dijo a ha dicho a sus líderes regionales en una reunión el pasado 29 de julio, según ha informado Federico Castaño. Pidió también que se exploten al máximo, en los próximos meses, los acuerdos cerrados por los socialistas con Podemos (en Valencia, Castilla-La Mancha, Extremadura, o en ciudades como Madrid). Ese es, consideran, el talón de Aquiles de Pedro Sánchez.

Esa estrategia electoral ha quedado plasmada en las últimas palabras del presidente, que ha asegurado “no tener ninguna duda” de que PSOE y Podemos pactarán tras las elecciones.

“El PSOE depende en toda España de Podemos, salvo anecdóticamente en Andalucía,” asegura a Vozpópuli Vicente Martínez-Pujalte, portavoz en la Comisión de Economía del Grupo Popular en el Congreso. “Y sus tesis se están deslizando hacia la izquierda radical”. Por eso la estrategia del partido, opina, “se va a basar en que los experimentos hay que hacerlos con gaseosa, porque llevan a situaciones como la de Grecia, Barcelona o Madrid”.

A esta ecuación electoral (el PSOE es Podemos, y Podemos es Grecia) oponen una opción salvadora todos los populares con los que se hable estos días: que los votantes les mantengan en el poder para dar continuidad “al proceso de crecimiento y de regeneración”.

“Nuestra estrategia va a seguir siendo la de reforzar el mensaje de que ha habido un cambio de España gracias nosotros, y que tenemos un objetivo de país: 20 millones de empleos”, subraya Levy. Todo lo avanzado (presuntamente, porque aunque el PIB crece al 3% la tasa de desempleo está en los mismos niveles que al inicio de la legislatura) se puede ir al traste si gobierna la alianza de izquierda y extrema izquierda, opinan. “Hemos visto en las elecciones municipales y autonómicas que al PSOE, tras haberlo negado, le ha faltado tiempo ahora para acceder al poder junto a Podemos”.

Desde Génova niegan que se trate de la histórica estrategia del miedo. Sólo ponen el foco en que el PSOE, “que había ocupado la centralidad desde la Transición”, ahora abandona esa posición, dice Levy: “Feraz ha dicho que aunque no sea la fuerza más votada intentará hacer las alianzas que sean posibles para quitarle el poder al PP”.

Albert Rivera ha cargado sin piedad contra Rajoy

Lo que aún no es evidente por las manifestaciones púbicas es qué discurso electoral van a llevar con Ciudadanos. Las opciones de Génova van desde el ninguneo a la oposición frontal, pasando por la cordialidad con el que será su único aliado posible tras las elecciones. Pero los naranjas están siendo muy duros y no se lo están poniendo nada fácil. Albert Rivera ha cargado sin piedad contra Rajoy, al que considera “agotado” y que ha engañado a los votantes con sus subidas de impuestos. “El PP, y sobre todo Rajoy, es incapaz de abrir una nueva etapa” ha dicho.

De hecho, la sintonía personal de Rivera con Pedro Sánchez parece mayor que con Rajoy, y las críticas a los socialistas más moderadas. No hay que olvidar que la Comunidad Autónoma más poblada de España, Andalucía, tiene un gobierno socialista gracias al apoyo de C’s.

“Lo que me pregunto es por qué al señor Rivera solo le preocupan las caras, y no la política y la gestión”, responde Levy a la pregunta de si la antipatía personal puede provocar una falta de apoyo de Ciudadanos tras las generales. “Me preocupa que el señor Rivera no tenga las cosas claras, que digan cosas fuera de lugar como lo de suprimir el Tribunal Constitucional, y que prefiera aupar al PSOE, que es la izquierda de Zapatero”.

El mensaje, por el momento, se queda en el más obvio: que todos los votos de Ciudadanos que no vayan para el PP irán a parar al PSOE.

El PSOE es, lo veremos de forma clara en las próximas semanas, el enemigo a batir. Como lo ha sido siempre. Después, eventualmente, llegarán los pactos electorales con los partidos bisagra, donde C’s y Podemos ocuparán el lugar privilegiado que antes tuvieron CiU o el PNV.

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