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España

Con Rajoy o sin él: el PP ve en las nuevas elecciones su única salvación

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en una reunión del comité del partido.

Tan sólo unos días atrás, la celebración de elecciones anticipadas era la peor opción. Nadie en el PP vislumbraba esa posibilidad. Aún se contemplaba con esperanza que se produjera algún milagro en la sesión de investidura, y se lograra superar el difícil trance con apoyo de Ciudadanos y la abstención de los socialistas. Día a día, este escenario se evapora. Sánchez quiere ser presidente a cualquier precio, "a toda costa", como expresó este lunes el presidente en funciones en RNE. "Quiere ser presidente sin haber ganado las elecciones", remachó.

Decae el ánimo entre la dirigencia de los populares. Nadie va a frenar a Pedro Sánchez en su empeño por alcanzar la Moncloa, se malician. El líder del PSOE ya ha pactado en el Senado con los separatistas de ERC y de DyL, y hará lo propio con Podemos, señalan estas fuentes. "Hace unas semanas, Pedro estaba finiquitado, la sultana del Sur se lo iba a comer con patatas, los barones no iban a dejar de él ni las raspas. Pero está aguantando, está firme en Ferraz y cada día que pasa es una victoria", comentan estas fuentes. En el PP empieza a cundir la sensación de derrota. De esfuerzo sin recompensa. Los visitantes de la Zarzuela transmitieron este lunes, en forma nada discreta, la opinión del Monarca sobre el laberinto en el que se encuentra la situación política: esto tiene pinta de elecciones anticipadas. 

El líder del PSOE ya ha pactado en el Senado con los separatistas de ERC y de DyL, y hará lo propio con Podemos, señalan fuentes del PP

Nadie las quería, salvo Podemos, que confiaba en el 'sorpasso' sobre el PSOE, un horizonte cada vez menos claro. Hasta Ciudadanos parece haberse recuperado. La habilidad de Albert Rivera está dándole réditos a la formación naranja. La pericia de Juan Carlos Girauta en el manejo de la comunicación y los mensajes también se nota. Ciudadanos se ha despojado de su imagen de partido en retroceso y empieza a dictar normas y condiciones. Acaba de advertir su líder que le trasladará al rey su voluntad de no apoyar a ningún candidato que no asuma las reformas que plantea su partido. Un serio aviso a navegantes, en especial al PP, que ya da por hecho que Rivera entregará sus votos a Rajoy en la segunda vuelta de la investidura. El líder de los populares ni siquiera le ha dispensado una llamada telefónica. No se han encontrado, ni han negociado nada. Rajoy no se mueve. Ha viajado a Zamora y lo hará también a Valladolid para animar a su tropa. Pero no dará un paso para lograr respaldos a su investidura. Ni promesas ni carantoñas. Piensa que la solución lógica para el actual enredo es una entente de los tres partidos que tienen una idea común de una España unida y sin demasiados sobresaltos.

La posibilidad de unas elecciones anticipadas empieza a vislumbrarse ya en el PP como la opción menos mala. No porque tenga más posibilidades de superar los mustios resultados del 20D, sino porque sería la señal de que Sánchez no ha logrado su objetivo. La posibilidad de un gobierno del PSOE con Podemos y los satélites separatistas empieza a cobrar cuerpo. Nadie parece capaz de frenar al líder del PSOE, que pasa por encima de sus correligionarios históricos, de barones, de referentes, de consejos y de promesas. Sánchez abominaba de Iglesias y su formación 'populista' durante la campaña. También apareció con un banderón español a modo de patriótico telón de fondo en un españolísimo mitin. Ahora ha dado un giro copernicano a sus planteamientos. "Lo importante es alcanzar el poder, luego, ya veremos", comentan algunos de sus colaboradores de Ferraz. 

Ni responsables ni críticas

En el PP se considera que las posibilidades de un gobierno de izquierdas con apoyo de los separatistas ya no es un disparate sino algo que puede concretarse. La investidura de Rajoy pierde posibilidades de forma acelerada. "He dicho no y es no", repite Sánchez con insistencia cada vez que se le pregunta sobre la posibilidad de algún tipo de acuerdo con el PP o con Rajoy. La sesión de investidura, a celebrar la primera semana de febrero, será feroz, con todos los partidos atacando a Rajoy y lanzándole sus 'noes' sin clemencia en un bombardeo devastador. Algún dirigente el PP piensa que quizás no haya que esperar siguiera al segundo intento de investidura. Está claro que no lograrán ni mayoría absoluta ni mayoría simple. Sin el PSOE no hay nada que hacer. 

La sesión de investidura, a celebrar la primera semana de febrero, será feroz, con todos los partidos atacando a Rajoy y lanzándole sus 'noes' sin clemencia en un bombardeo devastador

Surgen entonces los rumores de relevos, de que Rajoy, afectado por la gran paliza parlamentaria, reflexione y dé un paso al costado, para cederle los trastos a otro dirigente de su formación que pueda llegar a algún acuerdo con otras fuerzas políticas. Esto no cuadra con la personalidad de Rajoy, que ha declarado sin disimulos que quiere ser el candidato en el caso de que se celebren esas elecciones anticipadas. Las quinielas echan humo en un partido donde nadie osa poner en cuestión en liderazgo de su presidente y donde nadie ha vertido siquiera una crítica hacia su gestión. Cuando emergen los reproches sobre la 'falta de piel', de sensibilidad, la corrupción, la gestión de la crisis, se hacen sin nombres ni apellidos. Es cosa de todos, viene a ser la norma. Pero hay un hecho que ya nadie rebate: Rajoy está maniatado, nada depende de él, y Sánchez avanza hacia sus objetivos. En esta tesitura, las elecciones anticipadas, con Rajoy como candidato, o sin él, podrían ser una salvación.

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