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España

El PP usará su convención de octubre para vender optimismo de cara a las europeas

Seguidores del Partido Popular durante las elecciones de 2011

No todo va a ser Bárcenas en Génova y alrededores. El equipo de estrategia del Partido Popular trabaja ya intensamente en dos citas importantes para después de la rentrée. La primera, en septiembre, es la Escuela de Verano, un encuentro relevante en el calendario de la formación que se celebrará en Gandía por segundo año consecutivo. 

La sombra de la Gürtel es alargada, al igual que el turbulento episodio judicial del expresidente Francisco Camps. Todo ello pesa como una losa en los sondeos de la Comunidad Valenciana, que auguran momentos nada optimistas en las urnas. La casi incomparecencia pública de un sólido partido en la oposición ayuda a mantener la calma, pero el presidente autonómico Alberto Fabra no las tiene todas consigo, de ahí que haya agradecido muy especialmente el que su Comunidad haya sido elegida para celebrar esta Escuela estival. Bajo el lema "Dicho y hecho", acogerá a la plana mayor de la formación en el que puede ser considerado arranque oficial del curso político.

Cita aplazada

Octubre es el otro jalón importante en el horizonte del PP. Se celebrará la Convención Nacional, un encuentro de enorme calado al que los dirigentes del partido han otorgado siempre una relevancia notable. La última tuvo lugar en Málaga en enero del pasado año. La de este año tendría que haberse celebrado en junio pero en Génova decidieron posponerla para que tuviera lugar mucho más cerca de las elecciones europeas y más lejos del escándalo Bárcenas.

En la dirección del partido se debate ahora el lugar de este encuentro. Se ha pensado en Barcelona para dar un respaldo a la formación que dirige Alicia Sánchez-Camacho, con ciertos problemas de identificación con un electorado que reclama en las encuestas posiciones más firmes frente a la embestida independentista que lidera Artur Mas empujado por ERC. La formación Ciutadans de Albert Rivera crece incesantemente en los estudios demoscópicos, detalle que inquieta más que preocupa a los estrategas del partido. La otra opción sería Madrid, más cómodo para desplazamientos y también con un reto complicado en las urnas, ya que revalidar la mayoría absoluta, algo imprescindible, se antoja ahora mismo un desafío inalcanzable. Madrid o Barcelona, esta es la estrategia que dirimen los directivos de Génova. 

De lo que no hay duda es que en esa convención, de enorme repercusión mediática y de notable seguimiento para las bases y simpatizantes populares, señalará el comienzo de la carrera hacia la cita electoral europea. De ahí que los encargados de elaborar ponencias, mensajes y discursos se sitúen ya en posiciones de relatos en positivo. Reconocimiento del esfuerzo y el sacrificio de este bienio contra la crisis y en pro de ajustar el déficit ocuparán el grueso del libreto de los debates. La convención abordará asimismo perfiles programáticos de cara a la cita de las europeas, el primer test de importancia para el PP desde su llegada a la Moncloa. Las elecciones catalanas y andaluzas tuvieron otra consideración, por su encaje prematuro en el calendario. Crisis, escándalos, Bárcenas, etc. han de quedar a un lado. Desde Génova se apuesta por un guión de recuperación y de esperanza. "Una catapulta de optimismo", resumía gráficamente un miembro de la organización del partido. Las últimas cifras de la creación de empleo y el descenso de parados han alentado un cierto optimismo. Se trata de recuperar la ilusión en la línea de los foros "Juntos podemos" que ha venido desarrollando Dolores de Cospedal en los últimos meses a lo largo de todo el territorio.

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