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España

Los nacionalistas esperan sacar tajada de una alianza entre el PSOE y Podemos

El líder socialista, Pedro Sánchez, junto al portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban.

A Convergencia, que concurre a estas elecciones bajo el seudónimo de Democracia y Libertad, y al Partido Nacionalista Vasco, se les caerían el domingo por la noche los palos del sombrajo si la aritmética PP más Ciudadanos sumara mayoría absoluta. Ambas fuerzas políticas coinciden con el BNG y Coalición Canaria en que convendría más a sus intereses una frágil alianza de Gobierno entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, pues consideran que con ella disfrutarían de la mayor influencia desde el inicio de la Transición.

El entierro del concierto económico que propone Ciudadanos es una línea roja para Convergencia y el PNV

Fuentes del PNV tienen claro que la propuesta de Albert Rivera de acabar con el concierto vasco impide toda posibilidad de acuerdo y de colaboración con Ciudadanos en la próxima legislatura. "Es una línea roja que no vamos a cruzar, ni tampoco creo que se atreva a cruzarla Mariano Rajoy si gana las elecciones", aseguran fuentes vascas. Comparten este criterio en Convergencia, pues no en vano la primera reivindicación de su cabeza de lista, Francesc Homs, en cuanto arranque el nuevo mandato, partirá de la aspiración de los catalanes a conseguir un modelo de financiación similar al del País Vasco, lo que Artur Mas comenzó a llamar en 2012 "pacto fiscal". “Con Rajoy de nuevo en La Moncloa no saldríamos de la situación de bloqueo, mientras que con Pedro Sánchez la negociación podría partir de cero”, apunta un parlamentario convergente.

En el Bloque Nacionalista Gallego y en Coalición Canaria no se duda tampoco de que una colaboración estable entre el PP y Ciudadanos en la próxima legislatura les perjudicaría y, por el contrario, tendrían mayor margen de maniobra para influir en el Congreso si el PSOE y Podemos trenzaran una especie de contrato necesitado para ser viable de los escaños que irán al Grupo Mixto.

Entre 14 y 18 escaños en las filas nacionalistas

En la X legislatura, Convergencia i Unió alcanzó más de un millón de votos y 16 diputados. Las encuestas conceden ahora a Democracia y Libertad entre 7 y 8 escaños, a Unió le dejan sin representación y a Esquerra Republicana, principal beneficiaria del divorcio de los nacionalistas catalanes, 8 representantes, frente a los tres que ha tenido desde 2011. El PNV ha venido jugando sus bazas con cinco diputados y los sondeos más fiables le adjudican ahora seis. Entre los nacionalistas catalanes, vascos, canarios y gallegos alcanzarían entre 14 y 18 escaños, frente a los 25 de ahora. Con menos diputados, pues, ganarían mayor peso e importancia que nunca, incluso más que cuando los gobiernos en minoría presididos en diferentes etapas por el PP o por el PSOE dependieron de CiU para apoyar leyes tan básicas como la de los presupuestos.

Los sociólogos no se han puesto de acuerdo durante la campaña sobre la autoridad que los grupos nacionalistas tendrán a partir del próximo domingo. El que más claro ha tenido que tanto los vascos como los catalanes ganarán en influencia ha sido Narciso Michavila. "Vengo anticipando desde las elecciones europeas de mayo del año pasado que quien pensara que el crecimiento de Podemos o de Ciudadanos, de partidos no nacionalistas, permitiría a los dos partidos grandes tenerlos como aliados y no depender de los nacionalistas, no había hecho matemática electoral", comentaba recientemente este experto. "La próxima legislatura", añadía, "va a ser donde los partidos nacionalistas tengan un mayor poder en toda la historia de la democracia". "Precisamente", argumentaba, "porque PP y PSOE han cedido mucho voto a Ciudadanos y Podemos y entre los cuatro optimizan muchísimo peor los escaños".

La alianza entre socialistas y Podemos se complicaría si Pablo Iglesias saca más votos que Pedro Sánchez

Es obvio que este campo de juego quedaría abonado para los nacionalistas si, finalmente, hubiera un pacto entre el PSOE y Podemos, fuerza esta última que concurre a las elecciones coaligada con grupos como Marea gallega, En Comú Podem o Compromís, y aspira a conformar un amplio bloque de izquierdas para desalojar al PP del Gobierno, al que podría sumarse Esquerra Republicana. El PSOE apostó por esta ensalada de pactos en cinco comunidades autónomas y cientos de ayuntamientos después de los comicios de mayo y tiene tanto en Pedro Sánchez como en el presidente valenciano Ximo Puig a algunos de sus más firmes defensores.

La alianza de Gobierno entre el PSOE y Podemos podría complicarse, admiten fuentes socialistas, no solo si entre el PP y Ciudadanos suman mayoría absoluta, sino también si el domingo Pablo Iglesias consiguiera elevarse como principal referente de la izquierda en número de escaños o de votos. "Esto significaría el fin de Pedro Sánchez y abocaría a una refundación del partido", admiten en el cuartel general de la calle Ferraz.

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