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España

Sánchez contra las cuerdas: los barones y Bruselas repudian la oferta de Iglesias

Pedro Sánchez y el diputado Antonio Hernando, en el Congreso.

Podemos no solo le ha madrugado este lunes a Pedro Sánchez la estructura del Gobierno que aspira a presidir, sino que le ha escrito en 98 páginas el guion completo de la legislatura. “Lo de menos”, aseguran fuentes socialistas, “es la altanería con la que Pablo Iglesias vuelve a expresarse, o que mantenga como condición imprescindible para el acuerdo la celebración del referéndum en Cataluña. Lo más grave es que defiende medidas imposibles de aplicar para cumplir con su electorado”. Entre ellas figura un crecimiento del gasto de 96.000 millones de euros hasta 2019, a razón de 24.000 millones anuales, un aumento de todas las figuras impositivas para recaudar 69.700 millones extra o la introducción de un “impuesto de solidaridad” a la banca para devolver los 60.000 millones de euros prestados a España a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad.

El PSOE reconoce que Bruselas no admitiría un aumento del déficit de más de cinco puntos

En el equipo económico del PSOE se calcula que la aplicación de estas medidas elevaría el déficit público en más de cinco puntos, obligaría a elaborar unos nuevos Presupuestos de carácter claramente expansivo y acabaría por enfrentar a España con Bruselas abriendo una dinámica peligrosa en la que sufriría la prima de riesgo y se dispararían los intereses de la deuda. ¿Qué le vamos a preguntar a la militancia?, se preguntaba ayer un destacado dirigente del partido crítico con la fórmula a la que recurrió su secretario general para eludir el cerco de los barones territoriales. Los problemas no se quedan aquí: Sánchez es consciente de que con estos mimbres no saldría vivo del comité federal y que, además, se vería imposibilitado para defenderlos ante la Comisión Europea. Acorralado y sin vías visibles de escape.

La fecha pensada para la consulta a los afiliados es la del próximo sábado, 27, y para superar el filtro del comité federal la del domingo, 28. Son plazos muy ajustados teniendo en cuenta que la investidura de Sánchez ha sido fijada para el miércoles 2 de marzo. Confirmada la actitud de Podemos antes de que haya comenzado la negociación, en el PSOE impera el desconcierto ya que le falla el principal soporte en el que había confiado para llegar a La Moncloa. Los avances alcanzados con Ciudadanos, mejor vistos por los barones, no le son aritméticamente rentables puesto que le aportan solo 40 diputados. Iglesias volvió ayer a identificar a su líder, Albert Rivera con “la derecha del PP” y a su programa económico con el de FAES, la fundación que apadrina José María Aznar. Faltan, pues, 17 días para que sea votada la investidura de Sánchez y todavía no ha podido atar los apoyos suficientes.

Ciudadanos presiona a Sánchez para que elija entre ellos o Podemos

El apabullamiento de los socialistas se demuestra en su reacción al último órdago de Pablo Iglesias. El primero en hablar fue su portavoz parlamentario, Antonio Hernando. “Hay que decirle a Pablo [Iglesias] que no sabe dónde está”. El presidente castellano- manchego, Emiliano García-Page, uno de los más reticentes al pacto con Podemos, concluyó que lo que quiere Iglesias es la convocatoria de nuevas elecciones. El número dos del partido, César Luena, aclaró al líder de Podemos que es al presidente del Gobierno a quien corresponde repartir los cargos. “El Gobierno no se comparte, lo reparte el presidente, que es el que tiene todas las competencias para los nombramientos”. Otros miembros del partido calificaron de “extraterrestre” la propuesta de Podemos de elegir más de 80 altos cargos mediante un proceso de “participación popular”.

Los miembros del equipo negociador que desde el principio vienen advirtiendo de las dificultades de alcanzar un acuerdo con Podemos se ratificaron ayer en sus sospechas. “Es evidente que no quieren pactar, se ha descubierto su juego”, señala uno de ellos. Las dificultades crecen porque ahora la presión de Ciudadanos es mayor. Desde la formación de Rivera se emplazó ayer a los socialistas a elegir entre un Gobierno “para romper” o un Gobierno “para construir España”. De la forma en que Pedro Sánchez gestione en adelante sus contactos con Pablo Iglesias dependerá su relación con Ciudadanos. Por esta razón, el líder socialista no quiere otra foto con él, prefiere que sea una delegación de ambos partidos la que certifique el fracaso de la negociación.

¿Qué le vamos a preguntar a la militancia?, se preguntan ahora desorientados en el Partido Socialista

Tanta es la desorientación en el PSOE que ayer dio una extraordinaria importancia al pacto conseguido con Izquierda Unida para, si se alcanza el Gobierno, derogar por el procedimiento de urgencia la reforma laboral del PP –Podemos quiere cargarse también la de Zapatero– suspender los desahucios, crear un ingreso mínimo vital para familias sin recursos y aprobar un aumento del salario mínimo. IU tiene dos diputados, a los que se sumarían los 90 de Pedro Sánchez. El Congreso tiene 350 escaños. Para socorrer al secretario general del PSOE, Iglesias se comprometió ayer a trabajarse la abstención de las fuerzas independentistas. “No sé en qué momento nos hemos perdido que el jefe del Estado le haya encargado a él la investidura”, se le respondió desde Ferraz a esta nueva provocación.

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