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España

Pedro Sánchez cree que Iglesias va de farol y renunciará a la Vicepresidencia

Pedro Sánchez, entre Albert Rivera y Pablo Iglesias.

El equipo del PSOE dispone, como es lógico, de un manual negociador mucho más experimentado que el de Podemos. Y lo que Pedro Sánchez ha concluido de él es que las condiciones que desde la arrogancia le ha impuesto en público Pablo Iglesias para formar Gobierno y apoyarle como presidente en la investidura, se irán desinflando conforme avance el diálogo entre ambas formaciones. Uno de los políticos que acaba de entrevistarse con el secretario general del PSOE pone en su boca esta convicción: “Iglesias está jugando de farol, al final tragará con todo como hizo cuando dejamos sin grupo propio a las confluencias [En Comù Podem, Compromís y En Marea], cuando no logró lo que quería en la Mesa del Congreso o, ahora, cuando se ha resignado a colocar a sus diputados en el gallinero…”. Entre las renuncias de Podemos que los socialistas dan como probables figura la de ocupar la Vicepresidencia del Gobierno, una aspiración que Iglesias “ha mostrado a destiempo” y que ha servido a Mariano Rajoy, a Albert Rivera e incluso a Sánchez para acusarle de no pensar en otra cosa que en el “reparto de sillones”.

La prioridad de Sánchez: un pacto con Ciudadanos que derive en una abstención de Podemos en la investidura

Con estas sensaciones, el PSOE empezará esta misma tarde a reunirse con Ciudadanos para seleccionar cuando antes los ingredientes de una agenda social que incluirá algunas de las promesas electorales de los dos partidos y también de Podemos. “Vamos a definir un plan de choque para combatir el paro y una agenda social que pretende mejorar el Estado del bienestar y será difícilmente rechazable por Podemos”, aseguran fuentes socialistas. Sánchez también quiere dejar sin espacio a Iglesias para dar la espalda a las medidas contra la corrupción que se van a empezar a pactar con el equipo de Albert Rivera.

En el PSOE empiezan a ser mayoría los diputados que opinan que su jefe de filas está administrando bien los tiempos desde que el Rey le encargó la tarea de intentar formar Gobierno. No solo ha recuperado la iniciativa política sino que “comienza a jugar sus cartas de forma inteligente”, dejando a un lado a Rajoy y obligando a Podemos a retratarse.

El propósito de Sánchez es, por tanto, cerrar un principio de acuerdo con Ciudadanos que transmita sosiego a su partido y, al mismo tiempo, restar margen a Podemos para sorprender con un voto negativo a la investidura. Iglesias y su núcleo duro ya han advertido de que pactar con la formación de Rivera es hacerlo con la derecha, pero no ha descartado todavía la posibilidad de abstenerse en la votación y compartir con el PP la oposición. En el PSOE se pronostica que, una vez formado el Gobierno presidido por Sánchez, el PP entraría en una profunda crisis, pero estaría abierto a participar en los grandes asuntos de Estado.

Culpables de impedir un Gobierno de izquierdas

“Si los diputados de Podemos votaran como el PP en la investidura de Sánchez, quizás precipitarían unas nuevas elecciones, pero aparecerían ante su electorado como los culpables de haber impedido un Gobierno de izquierdas”, se apunta en la ejecutiva del PSOE. Este no sería un escenario catastrófico para los socialistas, pues muchos de sus dirigentes están convencidos de que no solo impedirían el sorpasso que vaticina el último CIS, sino de que podrían conseguir, incluso, una mayoría suficiente para gobernar en la próxima legislatura negociando sin la debilidad con la que lo hacen ahora con el resto del arco parlamentario.

Sánchez aborda también una tensa competición dentro de su partido y espera salir favorecido en las negociaciones que acaba de arrancar con Ciudadanos y Podemos. “Si Pedro se sube a la tribuna del Congreso para defender en su investidura un programa de Gobierno de izquierdas que es rechazado por el PP y Podemos, nadie podrá competir con él con éxito por la secretaría general y barrerá en las primarias de mayo”, aseguran en su equipo.

"Si Sánchez hubiera priorizado el pacto con Podemos no hubiera metido a Serrano y Sevilla en el grupo negociador"

En Ferraz se considera que Sánchez ha mostrado también una clave importante sobre sus prioridades cuando ha elegido a los componentes del grupo que negociará con el resto de los partidos. “Si solo hubiera pensado en un acuerdo de Gobierno con Podemos, todos tenemos claro que no habría incorporado ni a José Enrique Serrano, que tiene el Estado metido en su cabeza, ni a Jordi Sevilla, uno de los más claros antipodemitas”, dicen en su círculo de confianza.

Uno de los portavoces que se han entrevistado ya con Sánchez interpreta también después de la conversación que se ha dado un mes de plazo para negociar con el propósito de que si, finalmente, no le salen las cuentas en la investidura, pueda haber nuevas elecciones en junio.

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