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El 'hermano pequeño' del GEO también denuncia carencias: su armamento no sirve frente a los yihadistas

Agentes de los GOES en una imagen de archivo.

No sólo los integrantes del Grupo de Operaciones Especiales (GEO) del Cuerpo Nacional de Policía están en pie de guerra contra el Ministerio del Interior. También sus 'hermanos pequeños' de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES) han decidido mostrar su malestar ante lo que consideran graves carencias de material para el desarrollo de su trabajo. En concreto, los integrantes de esta unidad especializada en intervenciones de alto riesgo se quejan del estado de su armamento y de sus medios de autoprotección, que califican de "caducado", "en mal estado" y "obsoleto", y que consideran que les coloca en una clara situación de inferioridad ante los terroristas yihadistas, mejor pertrechados que ellos. Los respresentantes sindicales de los GOES han entregado ya sus quejas al director general de la Policía, Ignacio Cosidó, en un escrito al que ha tenido acceso Vozpópuli.

Los GOES denuncian en un escrito de tres folios nueve graves carencias en armamento y medidas de autoprotección. Califican el material que usan de "caducado", "en mal estado" y "obsoleto"

Dicho documento está firmado por los máximos responsables del Sindicato Profesional de Policía (SPP), el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Confederación Española de Policía (CEP), las tres organizaciones con mayor representación en la institución. Entregado el pasado 21 de enero a primera hora de la tarde, el escrito detalla a lo largo de tres folios los graves problemas de material que aseguran sufrir los 'goes' y que, según fuentes policiales, "no son nuevos". Siempre según estas fuentes, Interior es consciente de las quejas de estos agentes desde hace más de un año y, de hecho, existe un amplio informe elaborado hace meses en el que se detallaban todas las carencias detectadas.

Sin embargo, los recientes atentados de París han llevado a los agentes de los GOES a insistir en sus protestas y, ademas, hacerlo por escrito. El propio documento destaca que, tras los asesinatos en la sede de la revista satírica 'Charlie Hebdo' y en el supermercado de comida judía de la capital francesa, ha habido un "incremento del riesgo" y que "entre los diferentes colectivos amenazados [...] se encuentra el de los miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado". Tras recordar que los GOES tienen entre sus funciones la "reducción o neutralización de los integrantes de bandas terroristas y grupos armados, y de delincuentes peligrosos", el escrito destaca que el armamento utilizado por los yihadistas en París les deja en clara inferioridad respecto a ellos.

Terroristas mejor armados

"En los últimos atentados yihadistas -se lee en el escrito-, los terroristas utilizaron fusiles de asalto con munición de suficiente calibre como para penetrar con facilidad tanto los chalecos antibalas como los escudos y vehículos que utilizan los GOES", destacan. Por el contrario, continúa el texto, "la munición que se emplea en los GOES (excepto la de las armas largas de precisión) no atraviesa los chalecos antibalas con los que se protegían los terroristas". Por todo ello, los integrantes de los grupos trasladan a los responsables políticos del Ministerio "la necesidad de llevar a cabo, a la mayor brevedad posible, un estudio y valoración" para la renovación del material que en estos momentos utilizan.

El escrito detalla que buena parte de los chalecos y cascos antibalas hace más de tres años que superaron su tiempo de vida útil, además de ser insuficientes ante las armas de los yihadistas

En primer lugar, los agentes reclaman la "inmediata reposición de los chalecos antibalas", que en su inmensa mayoría "acumulan una antigüedad de más de trece años" cuando el tiempo máximo de uso son diez años. Proponen sustituirlo por otros que soporten munición de mayor calibre visto el armamento utilizado en los atentados de París. Algo similar reclaman de los cascos antibalas, cuya caducidad ya ha sido superada también en tres años y, en algunos casos, en más de doce. Los agentes destacan que los que tienen ahora en uso sufren ya "desperfectos exteriores e interiores" por el uso tanto en operaciones reales como en entrenamientos, además de que la inmensa mayoría carece de "viseras con protección balística". También reclaman la adquisición de "un vehículo blindado tipo furgoneta que permita, en caso de un enfrentamiento armado o de un incidente con rehenes, el acercamiento al foco del incidente con la seguridad requerida". Actualmente no disponen de ningún medio de locomoción con esta característica de seguridad.

La lista de reclamaciones sobre las armas que utilizan los GOES también es extensa. Así, piden la entrega de subfusiles de calibre superior a los que tienen actualmente, los cuales tienen una antigüedad que "supera los veinticinco años o más". En paralelo a esto, también solicitan "una munición con mayor poder de parada que la actual" ya que consideran que los chalecos antibalas que utilizan los yihadistas abatidos en Francia "demuestran la insuficiencia del calibre utilizado en la munición de la pistola y subfusil actualmente asignados a estos grupos". Asimismo, consideran totalmente 'desfasados' los visores que se emplean en las "armas largas de precisión", la mayoría de los cuales tienen más de 35 años de uso.

En este sentido, el escrito reclama la "adquisición de punteros láser" para su subfusiles, un elemento que consideran "imprescindible" ya que "en caso de tener un enfrentamiento armado, se localiza al objetivo con más rapidez, minimizando la exposición y, por tanto, el riesgo de ser alcanzado por un disparo en una zona vital del cuerpo". Además, denuncian la existencia de un problema de escasez de "la munición de entrenamiento" que, recalcan, "se arrastra desde hace ocho años". Y, finalmente, reclaman el suministro por parte de Interior de una "funda/muslera" para la pistola, un elemento que ahora los integrantes del GOES se ven obligados a adquirir por su cuenta y con su dinero. El escrito termina recalcando que estas nueve carencias requieren una solución "urgente". Doce días después aún no han obtenido respuesta, reconocen las fuentes policiales consultadas.

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