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España

Barberá esgrime a Bárcenas en su pulso a muerte con Moncloa

Rita Barberá, este martes en el Senado

Apareció en su escaño de la Cámara Alta como si tal cosa, por vez primera desde la conformación del Parlamento. En su partido echan humo, en la regional levantina la quieren dinamitar, en Moncloa ya no la controlan, en Génova le acaban de abrir expediente informativo, pero Rita, durante tres décadas cabeza visible y referencia intocable del partido en la Comunidad más importante para el PP después de Madrid, se pavonea tranquilamente ajena a la tempestad. Ni paso al costado, ni renuncia, ni contrición. Si Rajoy no ha dimitido por el caso Bárcenas, porque es inocente, yo tampoco me voy a ir, porque también lo soy. Este es el argumento que esgrime ante los mensajes conminatorios de Madrid.

Barberá va por libre, no cede y no piensa sacrificarse por el partido, dicen en Génova, indignados con la exalcaldesa

En Génova la temen, la consideran ya 'un tiro al aire', una especie de misil fuera de todo control, un chimpancé armado con una ballesta. Habla con Rajoy y con Cospedal, pero no atiende a razones. Va por libre, no cede y no piensa sacrificarse por el partido, dicen en Génova, indignados con la exalcaldesa, que ha puesto en juego el lanzamiento de los primeros pasos preelectorales de la formación. Este miércoles se inaugura el ciclo de convenciones sectoriales, con una sesión dedicada a la creación de empleo. Apenas alguien se ha enterado. En la mañana del martes, Barberá eclipsó la presencia de Rajoy en la sede de una agencia de noticias en las que presidió una entrega de premios.

Su reaparición ante los medios en Valencia y debut en el Senado monopolizaron la actualidad informativa en torno al PP. La ex alcaldesa de Valencia cedió a las sugerencias -más que presiones- de su fiel amiga Dolores Cospedal y se reunió con los periodistas valencianos para anunciar que finalmente comparecerá ante el juez por la pieza separada del 'caso Taula'. 

La antigua alcaldesa se proclama inocente, pese a que gran parte de sus colaboradores están siendo investigados por los tribunales. Se siente fuerte ante las presiones de Madrid. Rajoy se declaró 'más tranquilo' después de saber que la líder valenciana acudiría al juzgado. No se mostraron tan apacibles algunos de los líderes del partido, en especial Javier Maroto y Pablo Casado, indignados con las palabras de la protagonista de la escandalera. En la dirección de Génova no hay unanimidad, así por ejemplo Fernando Maíllo, mano derecha de Rajoy, se muestra más comedido, y ha evitado sumarse a los gritos contra la ex alcaldesa. Vigilante de las esencias, considera que habrá que atenerse a lo que marcan los estatutos. Sin juicio oral, no puede hablarse de cesar. Tan sólo, de momento, expediente informativo a los dirigentes municipales valencianos envueltos en el asunto. Divergencias en la cúspide del partido, declaraciones descoordinadas, enfados ya nada disimulados.

Entre el terremoto y el cataclismo

La ‘operación Taula’ y Rita Barberá se han llevado por delante los empeños renovadores del nuevo equipo del PP valenciano, donde se vive una "situación diabólica, una pesadilla sin fin". Los nueve concejales del ayuntamiento de Barberá investigados por este asunto han anunciado que no dejan su cargo y que se mantendrán en sus puestos en el Consistorio porque son inocentes y nadie ha demostrado aún lo contrario. La sublevación se expande, el PP levantino está al borde de la implosión. Este miércoles se espera alguna respuesta desde la dirección regional, desbordada por los acontecimientos.

Todo cuanto Isabel Bonig estaba intentando poner en marcha desde hace casi un año, está a punto de desmoronarse

Después de los desastres de Gürtel y el caso Taula, sobreviene ahora el sobresalto Barberá. Todo cuanto Isabel Bonig estaba intentando poner en marcha desde hace casi un año, está a punto de desmoronarse. La llamada ‘Thatcher levantina’ se puso al frente del PP regional este verano, en pleno proceso de convulsión, tras la derrota de autonómicas y municipales que casi borraron a los conservadores del mapa.

Luego de un extraordinario esfuerzo, Bonig logró arrinconar y desplazar a buena parte de los dirigentes de los anteriores equipos, gran parte de ellos relacionados con episodios de corrupción. Hasta recuperó un cuarto de millón de votos en las generales del 20­D. Había una esperanza en el horizonte cuando de pronto, el ‘caso Taula’ se precipitó sobre sus cabezas. “Estamos a cuatro pasos del precipicio después de atravesar un terremoto y un cataclismo”, comenta un diputado regional de la formación, rendido y desesperado.

Los tribunales han frenado en seco el empeño de renovación del PP en la Comunidad levantina. Los jueces se han cruzado en el camino de la regeneración. No hay espacio para hacer política cuando se tiene que afrontar diariamente un nuevo capítulo del serial de escándalos que cimbrea la estructura de la formación. El congreso renovador, el de la regeneración, previsto para antes del verano, sigue ahora en el aire, pendiente de la evolcuión de las distintas causas en los tribunales. Isabel Bonig, en su desesperación, llegó a hablar de una refundación absoluta, incluso de cambiarle el nombre a la formación para que dejara de llamarse Partido Popular. Una especie de Unión del Pueblo Navarro a la valenciana.

La marca PP está demasiado contaminada en la Comunidad y costará mucho tiempo y esfuerzo el levantarla de nuevo. Desde Génova se le pidió paciencia y no adoptar soluciones extremas. Se nombró una gestora para Valencia, con Luis Santamaría al frente, en un proceso casi paralelo al de Madrid, tas la salida de Esperanza Aguirre. “Los dos bastiones del PP, controlados por sendas gestoras, sumergidos en el escándalo de la corrupción”, comentaba un dirigente de Génova. El PP se quiebra, las grietas se agrandan y el horizonte aparece cada vez más endiablado.

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