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España

Hernando, un hombre contundente en la palabra y la acción, la 'nueva voz' de Rajoy en el Congreso

Rafael Hernando es la 'nueva voz' de Rajoy en el Congreso: sustituye a Alfonso Alonso

Casado y con dos hijos, este licenciado en Derecho por la Universidad de Alcalá de Henares y master en dirección y administración de empresas por ICADE, es un hombre que despertó a la política desde muy joven (en los albores de 1977) de la mano de Manuel Fraga.

Pero, en todo caso, Rafa Hernando ha mamado la política casi desde sus orígenes: hijo de familia numerosa de clase media acomodada, su padre, Álvaro Hernando, se había ganado como cirujano una buena posición económica, pero también un enorme prestigio social en una etapa muy difícil; además, es sobrino de Rafael Pérez Escolar, abogado como él, y político, como él, dentro de la antigua Alianza Popular –luego Partido Popular-, aunque con un pequeño borrón en su expediente ciudadano: fue representante del Consejo de Administración de Banesto en la etapa de Mario Conde, por lo que luego fue procesado. No es el caso, desde luego, de Rafa, como le llaman cariñosamente en el Grupo Popular.

Su vocación política se despertó en 1977, con apenas 16 años y con Franco ya de cuerpo yacente, a la sombra de un reconvertido y reconversor Manuel Fraga, cuando estudiaba en un céntrico colegio religioso de Guadalajara. De ahí le vino, acaso, ese aire democristiano de sus primeros años; de ahí y de la amistad y afecto que le profesa un gran político democristiano como es Luis de Grandes, que ahora es eurodiputado y que también fue portavoz del Grupo Parlamentario del PP, aunque en la última etapa de Aznar.

Como militante del PP, Rafa Hernando fue en sus inicios concejal de Guadalajara (1983-1987), diputado regional de Castilla-La Mancha (1987-1989), presidente de Nuevas Generaciones del PP (1987-1990), senador por Guadalajara en la IV Legislatura (1989-1993) y coordinador de Comunicación y portavoz oficial del PP (elegido en el XIII Congreso, 20.1.1999).

Su primer destino político en Guadalajara le fogueó indudablemente para lides futuras: tuvo el coraje de enfrentarse al entonces presidente del PP y de la Diputación en la provincia, el otrora poderoso Francisco Tomey (implicado más tarde en un escándalo de cuentas ficticias de ese organismo). Tomey era el hombre histórico de Fraga en Guadalajara y, claro, no quiso luego de la trifulca promover al díscolo Hernando al cargo de diputado nacional (1989), aunque sí lo incluyó en la lista al Senado en la IV Legislatura.

Fue ese enfrentamiento el que, sin embargo, daría a Hernando un gran caché, aunque para ello tuviera que emigrar de su provincia de nacimiento por sus malas relaciones con Tomey en las elecciones generales de 1993, y porque –también- los puestos de salida ya estaban copados con dirigentes más relevantes. Así que, en esos comicios donde Aznar creyó haber ganado frente a González pero que perdió Aznar, Rafa recaló como diputado nacional cunero por Almería, el mismo destino que tendría en los comicios de 1996 -y sucesivos-, que esta vez sí le dieron la victoria al PP.

Fue el látigo del PP contra el último y agónico Gobierno de Felipe González

Lo cierto es que en esa etapa parlamentaria, acaso por juventud y acaso también por su espíritu rebelde –belicoso, que diría Tomey- se destacó por invectivas muy ácidas sobre los dirigentes socialistas en general, y particularmente contra Alfredo Pérez Rubalcaba, entonces portavoz del último Gobierno de Felipe González.

Había que echarle valor para meterse con el siempre correoso Rubalcaba, pero fue precisamente Hernando el inventor del término ‘Comando Rubalcaba’ que los dirigentes del PP utilizaron antes de su llegada al poder –la primera vez, en 1996- para denostar supuestos intentos manipuladores del entonces portavoz gubernamental de González. Más tarde tildaría al candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, José Borrell, de “principal encubridor” del caso de las comisiones ilegales del AVE porque no se creó en el Congreso una comisión de investigación al respecto. Hernando fue denunciado por sus palabras, pero el juez estimó que formaba parte de la crítica política.

Sin embargo, y ya con el PP en el poder, cometió un error político al afirmar públicamente que los dirigentes socialistas cometieron “la mayor atrocidad y la página más negra de la democracia española” al pedir que se borraran de los archivos de TVE una serie de imágenes emitidas en telediarios en las que el ya ex presidente González salía acompañado por Luis Roldán o personajes parecidos.

Aquello no fue más que pecata minuta, acaso un desliz que nada desmerece la acción política que Hernando llevó posteriormente tanto en el PP, con cargos ejecutivos de importancia en las etapas de Aznar y de Rajoy, y en el propio Congreso de los Diputados, en el que permanece desde entonces formando parte de la dirección del Grupo.

Fue también uno de los diputados del PP que en la V Legislatura firmaron con Federico Trillo una denuncia contra los antiguos responsables socialistas del Ministerio del Interior por malversación en los fondos reservados. La denuncia dio lugar a un voluminoso sumario (má de veinte mil folios) en el que fueron imputados (octubre de 1999) varios ex altos cargos de Interior durante la citada etapa.

En fin, que Hernando, mucho más atemperado hoy que aye, conoce muy bien la actividad parlamentaria porque ha sido diputado del PP por Almería en las Legislaturas V (1993-1996), VI (1996-2000), VII (2000-2004), VIII (2004-2008), IX (2008-2011) y X (2011-). En total, 21 años de diputado, más otros cuatro de senador, le dan una sobrada experiencia para el cargo. Su gran reto va a ser ahora conservar esa imagen de pacto que ha intentado preservar su predecesor, el actual ministro de Sanidad Alfonso Alonso.

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