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España

Rajoy le planta cara a Iglesias en la batalla del voto exterior

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, en una imagen en el Congreso junto a Rajoy.

El voto del exterior puede cambiar de signo. El Partido Popular percibe una movilización inusual entre sus simpatizantes en el extranjero, un factor con el que no contaba. Casi dos millones de españoles residen fuera de nuestro país. Prácticamente la mitad de ellos están en Iberoamérica, especialmente en Argentina, Venezuela y Cuba. En Europa se concentran fundamentalmente en Francia, Alemania, Suiza y Reino Unido. No es un voto anecdótico ni sentimental sino que se trata de un dato fundamental ya que, de acuerdo con algunos estudios, entre cinco y diez provincias pueden cambiar de color tras contabilizar estos sufragios. En diciembre no ocurrió así pero ahora el pulso está mucho más apretado y pueden producirse sorpresas, según los expertos.

El número de personas que acude a las oficinas del PP en el exterior, bien para informarse del procedimiento del voto o para conocer los nombres de los candidatos y la composición de las de sus provincias, ha experimentado un crecimiento inusual en las últimas jornadas, según fuentes de la dirección del partido. Este flujo se ha advertido principalmente en Sudamérica y en algunas grandes ciudades europeas, particularmente en Alemania y Francia, donde residen emigrantes ya de edad avanzada y no excesivamente vinculados con el devenir de la política española. El PP ha trabajado desde siempre en cuidar sus nichos en el exterior, mantiene sedes y oficinas que despliegan una actividad intensa y meritoria. No siempre este trabajo ha logrado traducirse en resultados electorales, en especial en los últimos tiempos. 

La victoria de la fuerza morada

La irrupción de Podemos produjo un vuelco drástico en el color del voto de los españoles que trabajan o residen fuera nuestro país. El partido morado ganó en diciembre el escrutinio en el extranjero con casi 24.000 papeletas, en tanto que el PP quedó en segundo lugar, a 4.000 sufragios, seguido ya de lejos por PSOE y Ciudadanos, prácticamente igualados. Apenas votó el cinco por ciento del censo. El partido de Iglesias ha sido muy beligerante contra la ley del ‘voto rogado’, aprobada con el gobierno de Rodríguez Zapatero, ya que dificulta en grado sumo el acceso a la posibilidad de ejercer el voto a gran parte de los residentes en el exterior. Trabas burocráticas, complicaciones administrativas, pegas legales, contratiempos de infraestructuras, imprevisiones. La ley sigue vigente, y las protestas de la marea morada’, también, aunque con poco éxito.

La profunda irritación de los residentes en el exterior que intentaron y no pudieron votar el 20-D ha propiciado un cambio radical 

El voto por correo se ha disparado, según confirmó hace unos días el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. A estas alturas del calendario, en el pasado diciembre tan sólo se habían registrado 23.000 demandas de voto en tanto que ahora ya lo han hecho casi 130.000, es decir, se han quintuplicado y en un proceso en el que se advierte un aumento y un crecimiento acelerado. La profunda irritación de los residentes en el exterior que intentaron y no pudieron votar el 20-D ha propiciado, posiblemente, un cambio radical en el proceso. Los partidos se han preocupado de facilitar información, de mantener una línea directa con su militancia y simpatizantes emplazados en el extranjero y han colaborado para allanar los obstáculos administrativos. También los votantes se han preocupado de cumplir los farragosos trámites con el tiempo requerido. 

Podemos se llevaba la mayor parte de este voto porque quienes más se movilizan son los jóvenes que están estudiando fuera o se han tenido que marchar a la busca de empleo. Es un segmento de la población que está entre los 20 y los 40 años y que se ha instalado principalmente en localidades británicas o alemanas. Los datos del PP aseguran, sin embargo, que han detectado un drástico cambio de tendencia entre su parroquia, con una movilización hasta ahora inédita y un flujo creciente de solicitud de información tanto en el subcontinente americano, voto muy conservador o nacionalista, y en diferentes puntos de Europa, en especial Alemania, Francia y Suiza, países donde la emigración española está instalada desde hace medio siglo. “Quizás no signifique nada, pero la sensación que aquí tenemos es que el voto de fuera quizás experimente un giro notable en junio”, comentan en Génova. También se tambalea la teoría de un drástico aumento de la abstención, ya que al menos los datos que llegan del exterior indican todo lo contrario. “Puede haber enormes sorpresas tanto dentro como fuera”, concluyen las mentadas fuentes.

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