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España

Rajoy se enroca: desoye a los barones que le piden renunciar a la investidura

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.

Mariano Rajoy no parece dispuesto a atender las sugerencias que le llegan desde sectores de su partido para que evite presentarse como candidato a una sesión de investidura que todos dan por perdida. En las últimas horas, el PSOE ha frenado los rumores que daban casi por hecha la posibilidad de que Pedro Sánchez tenga franqueado su acceso a la Moncloa merced al respaldo de Podemos y otros grupos parlamentarios del ámbito nacionalista. "Quedan semanas aún por negociar", afirman en fuentes de Ferraz, para frenar la oleada de rumores que casi daban por hecho este acuerdo de gobierno.

Algunas voces se escuchan en Moncloa que ya dan por hecha la derrota inapelable de Rajoy en su empeño por ser investido

Prosigue la ronda de consultas en Zarzuela con los jefes de los grupos parlamentarios sin mayores novedades salvo la constatación de que Rajoy no ha recibido ningún apoyo más allá del previsto de UPN. Todos los interlocutores del monarca se muestran contrarios a permitir que el PP logre acceder a un nuevo mandato. Este jueves acudirá a Palacio el líder de Ciudadanos, que mantendrá su postura ambigua de no entorpecer el desbloqueo de la actual situación, bien sea en favor de Rajoy o de Sánchez, siempre que el PSOE no se alíe con algún partido que pone en cuestión la unidad nacional. El viernes lo hará Pablo Iglesias, que cabe pensar que incidirá en la necesidad de un cambio de políticas y de protagonistas en la marcha de nuestro país, y finalmente cerrarán el ciclo Sánchez y Rajoy.

El desánimo se ha instalado en el PP, no exento de nervios. Algunas voces se escuchan en Moncloa que ya dan por hecha la derrota inapelable de Rajoy en su empeño por ser investido presidente del Gobierno. No lo logrará en ninguna de las dos sesiones que se programarán para la primera semana de febrero, de acuerdo con versiones del Congreso. Algunos dirigentes del PP sugieren la posibilidad de que Rajoy evite ese calvario y renuncie a presentarse como candidato a la investidura en su audiencia con don Felipe. Para entonces será una evidencia que nadie habrá trasladado al Jefe del Estado su voluntad de cambiar la figura del inquilino de la Moncloa.

El papel de la Corona

Rajoy ya ha asegurado que no piensa dar marcha atrás en su decisión de presentarse como candidato. Es consciente de que le esperan dos duras sesiones parlamentarias en las que se escenificará un 'todos contra el PP' en forma intensa e inapelable, con ribetes de ensañamiento cruel, según comenta uno de sus colaboradores. No escucha a quienes le dicen que debería evitar ese trance, tanto por su bien como por el del partido, ya que la corrupción, los escándalos, los recortes, los sacrificios sociales, serán la moneda corriente en un episodio parlamentario que se adivina como una especie de inmolación. "Esto le perjudica tanto a él como al PP", mencionan algunas fuentes. La capacidad de aguante del líder de los populares es un asunto sabido. Rajoy es consciente de que nada sacará en limpio de esa doble sesión de bombardeo sobre su cabeza y la de su partido, pero no renuncia a presentar un programa con algunas novedades, con la mano tendida a reformas y, sobre todo, su idea es que el PSOE quede retratado como el partido que se abraza a los radicales y separatistas con tal de lograr que Pedro Sánchez se convierta en presidente. 

Los nervios se han instalado en algunos altos despachos de Moncloa, donde incluso se daba pábulo en las últimas horas a la posibilidad de que don Felipe no proponga la candidatura de Rajoy, algo impensable puesto que es el líder de la fuerza más votada. Este escenario tan sólo sería factible en el caso de que todos los líderes parlamentarios hubieran transmitido al rey su voluntad de apoyar la candidatura de Sánchez, por lo que Rajoy no tendría opción alguna. Tal tesitura se presenta ahora mismo inalcanzable, de acuerdo con lo que se escucha en los ambientes parlamentarios. Pero la novedad de este procedimiento de consultas reales, sin el horizonte definido de un nombre para el Gobierno, abre las puertas a todo tipo de especulaciones. La Constitución no entra en detalles sobre el particular y el reglamento del Congreso tampoco delimita con precisión cómo ha de procederse en este momento del proceso.

El anhelo de las elecciones anticipadas

El presidente del Gobierno en funciones se encuentra entre desmoralizado y desanimado, de acuerdo con algunas personas con las que ha conversado en privado en las últimas horas. Habla con poca gente, no negocia con nadie, apenas recibe visitas y, al menos oficialmente, no ha abierto ningún tipo de contactos de cara a su investidura. De eso se quejaba precisamente Ciudadanos. Sigue confiando en unas elecciones anticipadas como la única vía posible de que el PP se mantenga en el poder, aunque ya no descarta la idea de que Sánchez logre su objetivo, "a cualquier precio, porque está dispuesto a todo". Algunos de los socios de Podemos han mostrado en las últimas horas su decisión de apoyar al candidato del PSOE para evitar así que continúe el gobierno de la derecha. Sánchez e Iglesias no han cerrado ningún tipo de acuerdo en este sentido, siempre según las mismas fuentes, lo que podría ocurrir durante las próximas semanas. Ha habido gestos claros por parte socialista a la hora de brindar escaños para formar grupos parlamentarios. 

Rajoy sigue confiando en unas elecciones anticipadas como la única vía posible de que el PP se mantenga en el poder

Una vez que se celebre la primera sesión de investidura, sin resultado positivo, empezará a correr el cronómetro que señala un plazo de dos meses para concurrir de nuevo a las urnas en el caso de que no se logre un acuerdo para investir presidente. Es en ese periodo cuando la cúpula socialista confía en alcanzar un acuerdo con Podemos y redondear su círculo de apoyos, que pasa por los votos de IU y del PNV, que ya están en el saco, según esta fuente, y la abstención de algún partido separatista catalán.

Apenas se concedía verosimilitud a esta posibilidad hace tan sólo unos días. La evolución de los acontecimientos se sucede a una velocidad de vértigo y los cambios de rumbo en los planteamientos de determinados partidos se producen en forma acelerada. La famosa 'línea roja' del PSOE sobre la celebración de un referéndum independentista en Cataluña no va a ser causa de desencuentro con Podemos a la vista de las declaraciones escuchadas en las últimas horas por algunos de sus dirigentes. La sección catalana del partido de Iglesias sería posiblemente la más dura de convencer. Los obstáculos para el acuerdo de las fuerzas de izquierda y separatistas a fin de facilitar la investidura de Sánchez empiezan a difuminarse. 

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