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España

Rajoy tropieza (y rectifica) en el arranque de su campaña en Cataluña

Mariano Rajoy, presidente en funciones.

Mariano Rajoy tenía previsto ‘pasar’ de Cataluña en la campaña electoral. Un solo mitin, en Lérida, donde el PP puede recuperar el escaño perdido en diciembre. Y poco más. No proyectaba poner un pie en Barcelona. Enviaría a Soraya Sáenz de Santamaría, tal y como publicó Vozpópuli. Al estilo del debate a cuatro de la última campaña. Y poco más.

Finalmente habrá presencia de Rajoy en Barcelona. Un acto improvisado para presentar el programa electoral

La sección catalana del PP reaccionó con estupefacción y desagrado al trascender el borrador de la agenda presidencial para estas semanas. Las quejas de Xavier García Albiol, jefe de filas de los populares de Cataluña, fueron escuchadas, y merced a la insistencia de Andrea Levy, diputada en el Parlament y vicesecretaria en Génova, se ha podido enmendar el patinazo. Una rectificación oportuna. Finalmente habrá presencia de Rajoy en Barcelona. Un acto improvisado para presentar el programa electoral. Básicamente, es el mismo que el de diciembre, con algunos refuerzos aportados en las conferencias sectoriales que se han celebrado estos meses de bloqueo institucional.

El PP catalán tan sólo logró en diciembre cinco diputados para en el Congreso de Madrid. Hubo tiempos en los que tenía casi una veintena. Ahora es una fuerza en declive. Y sin demasiados visos de revivir. Su único consuelo es que también Ciudadanos, su rival directo en la región, cosechó el mismo resultado el 20-D, cinco escuetos escaños.

La batalla de las ideas

Rajoy da por perdido el 'frente' catalán. Igual que el del País Vasco, otro territorio donde el PP está en retirada. Sus asesores de campaña le han recordado, sin embargo, que para movilizar la gran masa de votantes que se quedó en sus casas en las últimas generales, precisan subrayar y potenciar las llamadas ‘señas de identidad' de la formación. La unidad de España es la principal. Y la lucha contra el secesionismo separatista. ¿Quién va a creernos sin renunciamos a dar la batalla en Cataluña?, comentaba, quejumbroso, un veterano diputado del PP en el Parlament.

Albiol y Levy organizaron este miércoles un encuentro con las víctimas del terrorismo en el momento mismo en el que Arnaldo Otegi era recibido en el Parlament. Una afrenta, clamaron los dirigentes populares, jaleada y espoleada por la CUP y los secesionistas. Ciudadanos se sumó a la denuncia. El PSC, una vez más, se puso de perfil. A la misma hora se conocía la decisión de prohibir banderas esteladas en el Manzanares este domingo en la final de la Copa del Rey. Dos gestos de severidad contra el separatismo. Dos iniciativas en la línea adecuada, la recuperación de la identidad perdida.

Por la tarde, sin embargo, jarro de agua fría. El ministro de Economía, Luis de Guindos acudía al despacho de Oriol Junqueras, conceller de asuntos económicos de la Generalitat, para hablar de las facturas pendientes. “Al menos esta vez es un encuentro oficial y anunciado”, comentaba esta fuente. En la anterior ocasión, la cita se concretó en la sala VIP del Puente Aéreo. Una reunión tan discreta que propició la polémica, ya que nada se supo de su existencia hasta unos días después. “La imagen de que un ministro del Gobierno viaje a Cataluña para atender los problemas económicos del gobierno que promueve la desconexión con España no termina de ser muy adecuada”, se quejaban en el PP catalán. Lo suyo es que Junqueras se desplace a Madrid, como hizo el president Puigdemont a la Moncloa.

De Guindos aprovechó un almuerzo con empresarios en Barcelona para atender al conseller. Dos pasos hacia adelante y uno para atrás, se lamenta la fuente mencionada. Un sentimiento muy compartido por buena parte de los simpatizantes del PP en la región, que consideran que el Goibierno de Rajoy ha sido muy complaciente con los secesionistas.

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