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España

Feijóo, Cospedal y Soraya: la descomposición del PP agita a los herederos de Rajoy

Mariano Rajoy, junto a Alberto Núñez Feijóo y Soraya Sáenz de Santamaría.

En el Partido Popular nadie habla de un posible relevo de Mariano Rajoy. Pero sólo Rajoy cree, a estas alturas, en la posibilidad de una victoria en diciembre. El partido está desmotivado, desangelado, hecho trizas y sin referente ni liderazgo alguno en el que apoyarse o al que dirigirse. "Ya no sabes con quién tienes que hablar en Génova, si con Cospedal, con Moragas, que nunca está o con el conserje...", comentaba un veterano dirigente de la periferia. Los últimos acontecimientos han precipitado la sensación de descontrol, de abandono y desgobierno. Quiroga, Montoro, el vídeo del hospital... una detrás de otra, sin que haya capacidad de reacción.

La militancia mira a su dirección y no encuentra ni señales ni respuestas. Ciudadanos escala en los sondeos y el PP, aunque permanece en cabeza, está bloqueado, paralizado. El futuro se antoja endiablado y el horizonte de las generales se presenta pesimista.

El PP está desmotivado, desangelado, hecho trizas y sin referente ni liderazgo alguno en el que apoyarse o al que dirigirse

Los supuestos herederos han empezado a moverse. Con prudencia y sin hacer ruido. Alberto Núñez Feijóo es el 'delfín' oficial, es la figura unánimemente aceptada como el heredero natural. "Imposible que un gallego suceda a otro gallego", apunta con ironía cuando se le pregunta sobre el particular. No ha movido un dedo para ser incluido en las listas electorales. No ha mostrado interés alguno en convertirse en diputado, desde donde podría aspirar, con más fuerza, a la sucesión. Feijóo juega sus cartas de paciencia y lealtad. "Sólo aspiraría a la presidencia del PP si ocurre un cataclismo", declaró hace no mucho en esRadio. Nadie lo descarta, ni lo uno ni lo otro.

Un amago de despedida

En los últimos días, con todo, ha protagonizado situaciones llamativas. Una crisis de Gobierno en pleno domingo, en la que ha incluido como consejero de Asuntos Sociales a Rey Varela, antes alcalde de Ferrol y a quien tantos ven como sucesor en la presidencia de la Xunta. Alambicado juego de suposiciones, Feijóo a Madrid y Varela en Santiago. También este martes, en la presentación de presupuestos, el líder gallego se emocionó hasta las lágrimas. Muchos vieron en este inopinado rapto sentimental un amago de despedida.

Tiene Feijóo una anuencia general en la formación, donde se le contempla como 'uno de los nuestros', que ha estado a las duras y a las maduras, que ha ejercido de casi todo, que le han buscado las vueltas, que le han enlodado con fotos y amistades pero que, finalmente, ha logrado salir indemne de feroces campañas y duras arremetidas. En estos momentos, es el único presidente en España, junto con Rajoy, que cuenta con mayoría absoluta, un bien escaso en vías de extinción. En Galicia tendrá muy difícil revalidar su cómodo gobierno. En Madrid, todo es posible después de enero. Y Feijóo, sin duda, será uno de los actores de esta función.

Dos damas frente a frente

Como lo será Soraya Sáenz de Santamaría, el perfil óptimo para hacerle frente a Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias, de acuerdo con su grupo hiperactivo de colaboradores. Este 'miércoles negro', en un acto de despedida del grupo parlamentario popular, con Rajoy volando desde Nueva York y transmitido en directo por TVE en su canal de noticias, la vicepresidenta se erigió en la voz del Ejecutivo y del partido, pronunció un panegírico vibrante para levantar la moral de los presentes y, al tiempo, logró recobrar perfil político ante sus colegas menos partidarios. Sáenz de Santamaría ha perdido buena parte de la confianza o del predicamento que tenía con Rajoy. No ha caído en desgracia pero ya no es la figura imprescindible de antaño. Los ministros marianistas se han dedicado a dibujarle un perfil muy molesto. Casi antipático. Rajoy escucha a unos y otros y luego actúa. También Soraya tiene sus ministros fieles, y acaba de dar muestras de poderío al conseguir que Alfonso Alonso se erija como presidente del PP vasco tras el incidente de Arantza Quiroga. Sáenz de Santamaría, con divertidas presencias en programas de televisión, también cuida su faceta de sucesora. El partido apenas la conoce, no la estima como a Feijóo. Ese es su problema. Pero cuenta con Alonso, por ejemplo, que es un dirigente muy apreciado en el PP.

Feijóó es el candidato aceptado comúnmente como el delfín, Soraya se trabaja su perfil público y Cospedal también tiene aspiraciones

Ha vuelto a la actividad la tercera en discordia, Dolores de Cospedal, tras su pérdida electoral en las autonómicas. La secretaria general del partido también aspira a tener un hueco en el pulso de la sucesión. Conoce al PP por dentro y por fuera, tiene más afines que detractores, y cuenta con el reconocimiento de Rajoy por su sacrificio encomiástico en todo el episodio de Bárcenas. Cospedal acaba de tropezar en la piedra del PP vasco, porque Quiroga no le ha hecho caso. Pero sigue en Génova, en el primer despacho. Habla con el presidente, elabora las cribas de las listas electorales y mantiene una prudente distancia con el equipo de Jorge Moragas, cabeza visible de la actual campaña electoral.

No va a permitir Cospedal que Sáenz de Santamaría se maneje con comodidad en estos tiempos de zozobra, en estas vísperas de lo que puede ser un triunfo o un cataclismo. De momento le ha organizado a Rajoy un macroacto, este sábado en Toledo, con presencia de ministros, diputados, senadores, alcaldes... todas las fuerzas vivas del PP para arropar a su líder, para despejar dudas sobre quién es el candidato y quién manda en el partido. Un acto en Toledo, por donde, seguramente, Cospedal encabezará la lista a las generales, para levantar la moral de la fiel infantería pero, también, del propio Rajoy, que estos días mete presión a sus lugartenientes para que animen a sus equipos. Cospedal también está ahí. La tercera en discordia.

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