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España

Génova presiona a la vieja guardia para retener sus plazas en peligro

Rita Barberá y Mariano Rajoy

En el cuartel general de Génova se prepara el comité ejecutivo del lunes próximo así como la Convención Nacional de finales de mes, aún sin sede. Mientras Rajoy guarda silencio sobre las listas electorales, y escruta las sugerencias que le ha hecho llegar el partido, lo que produce un estado de nervios más que ostensible en algunos de los aspirantes a candidatos, en Génova se ha hablado ya con algunos miembros de la vieja guardia para que se olviden de sus ganas de dar un paso al costado y retirarse de la primera línea.

Parece que Rajoy se verá obligado a pedir a Juan Vicente Herrar que sea candidato, ya que hasta ahora Herrera ha optado por guardar silencio

El cansancio y los años

Plazas como Castilla y León, Rioja, Aragón o la ciudad de Valencia son cotos cerrados y prácticamente inexpugnables donde hasta el momento el PP había impuesto su ley sin mayores quebrantos. La nueva situación política y los primeros sondeos anuncian cambios en casi todo el territorio. De ahí las prisas que se están dando en la dirección del partido para despejar algunas dudas razonables. Juan Vicente Herrera, por ejemplo, viene anunciando su deseo de no concurrir de nuevo como candidato por Castilla y León desde hace mucho tiempo. Incluso piensa que Rosa Valdeón, la alcaldesa de Zamora, sería una excelente sustituta. Pero el partido tiene otros planes y por eso se le ha sugerido que olvide de momento sus anhelos de abandonar la política y ceda a las intensas sugerencias que le llegan para que vuelva a presentarse. Esta región simboliza, como pocas otras, la tradición de un Gobierno del PP y Herrera prácticamente garantiza una reelección. Parece que Rajoy se verá obligado finalmente a pedírselo personalmente, ya que hasta ahora Herrera ha optado por guardar silencio. En Génova están hartos de esa displicencia, pero le necesitan. Igual que a Rita Barberá, instalada en la alcaldía valenciana desde 1991, todo un récord. Hace más de un año que la alcaldesa de Valencia comentó a sus próximos su firme decisión de no concurrir de nuevo. Demasiado tiempo en el cargo y un horizonte muy complicado por delante. Barberá es consciente de que nada le garantiza en la actualidad que pueda mantener su cómoda mayoría absoluta. Además, sus relaciones con el presidente de la Generalidad, Alberto Fabra, no son demasiado fluidas. Rajoy le pidió personalmente que hiciera ese sacrificio y parece que, de momento, no ha dicho que no.

No es el caso de Luisa Fernanda Rudi, con sólo un mandato al frente de Aragón, pero también con escasos ánimos para la continuidad, de acuerdo con lo que se desprende de su círculo de colaboradores. Es otro valor seguro, otra apuesta sólida que el partido no quiere perder. Lo mismo ocurre con Pedro Sanz, imbatible en La Rioja, donde ya ha sido reelegido en cinco ocasiones. Es una comunidad pequeña en la que nadie osa hacerle frente. Su reelección está asegurada, aunque la fatiga también haya hecho mella en algún momento en el eterno presidente.

Rajoy no tiene prisa y hasta le divierte contemplar los tirones subterráneos que se suceden entre los aspirantes y la propia maquinaria electoral

El misterio de Madrid

Nadie conoce los nombres de quién asumirá la cabeza de lista para el Ayuntamiento de Madrid o la propia Generalitat valenciana, un secreto que seguramente se desvelará este mismo mes. Rajoy no tiene prisa y hasta le divierte contemplar los tirones subterráneos que se suceden entre los aspirantes y la propia maquinaria electoral de Génova, con juegos de encuestas, filtraciones interesadas y, en suma, guerra sorda. Todo se andará pero de momento de lo que se trata es de amarrar las plazas más seguras, donde hay nombres que otorgan enorme confianza. Como Dolores Cospedal, que repetirá seguro en Castilla La Mancha, con muy buenos augurios demoscópicos. Tiene un problema. Su reforma electoral y el cambio del número de diputados por provincia potencia en forma notable al tercero en discordia. Pero la irrupción de Podemos en el tablero le ha jugado una mala pasada. No es lo mismo IU de tercero que el ascendente Podemos, que puede arrebatarle al PP los dos escaños que necesita para asegurarse su mayoría absoluta en Toledo. Es decir, que aquí el problema no se llama PSOE sino Pablo Iglesias.

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