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España

Rajoy pacta con sus barones cuatro meses de silencio y paciencia

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a Esperanza Aguirre, María Dolores de Cospedal, Cristina Cifuentes, y Rafael Hernando.

Rajoy no quiere broncas ni ruidos durante los meses de difíciles negociaciones que se abren ahora. Su investidura como presidente está en el alero y pretende evitar cualquier tipo de interferencia imprevista para no echar al traste una labor delicada cuyo horizonte se desconoce. El presidente del PP ha reclamado a su directiva que transmita a todas las terminales del partido la necesidad de evitar disputas dialécticas innecesarias con dirigentes de otros partidos, en especial con el PSOE y con Ciudadanos, ya que necesitará de ambas fuerzas si quiere redondear sus planes de seguir en la Moncloa al frente de un gobierno estable.

El presidente del PP ha transmitido a un pequeño grupo de sus fieles, liderados por Cospedal y Feijóo, que trasladen a la organización esta necesidad de bajar el tono y aplacar los ánimos. Hay mucho enojo entre candidatos del PP que debieron aguantar ataques y tarascadas de sus contrincantes durante la campaña electoral y pretenden continuar con la refriega.

Una campaña demasiado apasionada

Después de unas largas semanas de líos, pugnas, broncas, palabras gruesas y hasta epítetos injuriosos propios de una campaña electoral, Rajoy ha transmitido a los suyos que ha llegado la hora de la mesura y la prudencia. En estas instrucciones de Rajoy se insiste en que hay que aparecer en público lo justo y hay que hacerlo siempre en tono mesurado. Fernando Maíllo fue este miércoles el ejemplo a seguir cuando tras el encuentro tenso y frustrado de Rajoy con Sánchez en Moncloa, compareció ante los medios en la sede de Génova con una mensaje positivo, sin descalificaciones al ostentoso cerrilismo del dirigente socialista y efectuando un desmesurado elogio hacia las virtudes del diálogo.

Las alternativas que tiene ante sí el presidente para mantenerse en el poder no son muchas. Todas ellas pasan por conseguir la abstención del PSOE en la segunda ronda del debate de Investidura

Esta es la línea que ha marcado Rajoy para el próximo cuatrimestre, quizás semestre. Las alternativas que tiene ante sí el presidente de los populares para mantenerse en el poder no son muchas. Todas ellas pasan por conseguir la abstención del PSOE en la segunda ronda del debate de Investidura. Se trata de un objetivo que a todas luces no ya se antoja improbable sino prácticamente imposible, según se malician fuentes del PP. Pero nada está aún sentenciado. Rajoy no tira la toalla. Al contrario. Piensa que hay muchas cosas aún por decidir. Empezando por el propio futuro de Sánchez al frente de su formación. Este lunes, en el Comité Federal del PSOE, puede haber más que palabras. "Que se peguen ellos, nosotros, a lo nuestro", dicen en el PP.

Por eso Rajoy ha comunicado a sus fieles que lo importante ahora es no meter la mata, mostrar una faz tolerante y contemporizadora, no romper la baraja y darle la vuelta a las situaciones menos favorables. "Por nosotros que no sea", parece el lema de la formación en esta difícil etapa. Teme el presidente del PP que cualquier encontronazo verbal de alguno de sus dirigentes, bien en Madrid o en cualquier otra demarcación, puede darle armas a los mandos socialistas, tan soliviantados, para dificultar cualquier tipo de negociación que se esté abordando en esos momentos. 

Una temporada de silencio

Cuatro meses de silencio o de palabras suaves y templadas parecen imprescindibles dado lo erizado de la situación. Toca ahora hacer política a lo grande y evitar el enfrentamiento rutinario en autonomías o ayuntamientos, allí donde PP y PSOE se enfrascan casi cotidianamente en todo tipo de disputas. Ya habrá tiempo para eso, le dijo Rajoy a sus lugartenientes, y subrayó que es imprescindible en estos momentos que el diálogo sea la única ley. Así lo hizo saber el portavoz del PP tras la entrevista en Moncloa, frustrada e inoperante. Pero al menos no se han cerrado las puertas al diálogo. También es imprescindible huir de colisiones con la formación de Ciudadanos, partido al que se maltrató durante la campaña electoral y que ahora aparece como un socio imprescindible y leal de cara a los planes futuros de Rajoy.

En el PP piensan que las elecciones anticipadas se abren como la alternativa más probable. Pero Rajoy está empeñado en sacar adelante su investidura. Y pide a sus colaboradores más estrechos que procuren no salirse del guión. Al menos, hasta primavera.

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