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España

¿Qué hacemos con los ministros? La mayoría de los miembros del Gobierno se resisten a dejar la política

Consejo de ministros.

"Tengo la caja de cartón frente a mi mesa de despacho. No sé cuándo la empezaré a llenar ni adónde la voy a llevar". En tono de broma, un ministro de Rajoy confesaba la semana pasada su absoluto desconocimiento sobre qué ocurrirá con su vida profesional en el caso de que el PP no logre revalidar su Gobierno, en el caso de que no consiga permanecer en el poder. Nadie sabe nada. Todo son conjeturas e interrogantes. "¿Y qué hacemos con los ministros?". Esta es una de las preguntas que circulan por Moncloa. 

Una pregunta sin demasiada respuesta. Ahora hay dos o tres miembros del Consejo de Ministros que ya han manifestado su intención de alejarse de la vida política y regresar a la iniciativa privada. No se incorporaron a las candidaturas de las generales. Se trata de Pedro Morenés, titular de Defensa, hombre bien relacionado con el mundo de los negocios. También Luis de Guindos ha declarado su voluntad de no seguir en política. Hay ministros que no tendrían problemas para reincorporarse a la actividad privada, como el titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, inspector de Hacienda, que por edad y por patrimonio, pasaría a una cómoda jubilación. O Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, que es inspector de Trabajo. O José Manuel Soria, responsable de Industria, que es técnico comercial del Estado. Más aún la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, abogada del Estado. La salida natural es el retorno a la Administración ya que varios de ellos son funcionarios del Estado en excedencia.

Anclados en la política

No quieren dejar la política, no quieren volver a su vida de probo funcionario, de humilde servidor del Estado. Buena parte del equipo de Gobierno que se sienta cada viernes en la mesa del Consejo ha conversado sobre su futuro con el presidente. Pretenden seguir en política porque están convencidos de que, en el caso de que el PP fuera desalojado del poder, lo será por un periodo breve de tiempo. "La alternativa es tan penosa. El PSOE con Podemos o con Ciudadanos o con todos a la vez, que no se mantendrá demasiado tiempo en pie".

"La alternativa es tan penosa. El PSOE con Podemos o con Ciudadanos o con todos a la vez, que no se mantendrá demasiado tiempo en pie", comentan algunos ministros

Rajoy ha dado instrucciones a su equipo más próximo para que se vele por el futuro de algunos ministros. En especial, de quienes más se han caracterizado por defender esta legislatura las iniciativas del Gobierno. Ellos mismos se lo han pedido, le han comentado que no quieren dejar la política activa. Hay que buscarles a todos un cobijo, al menos, a los que así lo demanden. Por eso el presidente del PP se empeñó en que todos los miembros de su Gabinete que así lo pidieran deberían aparecer en una lista electoral para convertirse luego en diputados. Así fue. Todos tienen escaño parlamentario. 

La vía del Congreso es la más directa para compensar a los ministros salientes de su cese de actividades en el Ejecutivo. Rafael Hernando, portavoz del grupo popular en la Cámara Baja, ha sido ya advertido de que, en caso de estropicio total, debe buscar a los ministros un puesto de relevancia parlamentaria. "No puede ser que todo un Montoro o una Pastor pasen de una responsabilidad de tanta relevancia como la que hasta ahora han tenido, a convertirse en diputados rasos, en mera infantería, en un número más de la tropilla popular", comentan desde Moncloa. La alternativa más accesible es que los ministros salientes que lo deseen pasen a presidir alguna comisión del Congreso. El PP controla diez de las diecisiete permanentes que hay en la Cámara. Se trata de puestos de responsabilidad, con visibilidad notable y con un complemento mensual en torno a los 1.500 euros. El plus de los vicepresidentes es de 700 euros en tanto que los portavoces se sitúan en 1.050 euros. Habría que desalojar a los que ahora están nominados pero no habría ningún tipo de problema con el reglamento de la Cámara. Algunos de los actuales presidentes de Comisión ya saben que deberán ceder sus puestos a los ministros salientes. Otros son intocables, como Pablo Casado o Fernando Maíllo, ambos presidentes de comisiones y, al tiempo, miembros de la cúpula del PP en los despachos decisorios de Génova.

Este es por el momento el recurso que ha ideado el PP para acoger a los cesantes. Nadie sabe qué hará Mariano Rajoy si Pedro Sánchez logra llegar a la Moncloa. Todo el mundo da por hecho, incluso en su familia, que abandonará la política activa y permitirá la regeneración, renovación y catarsis en el PP. Pero en los últimos días, según crecen los ataques desde el PSOE y Ciudadanos contra su persona, y en especial, cuanto más se le reclama desde las filas rivales que ha de abandonar el PP, se le quitan las ganas de irse a casa. "Creo que sería necesario como jefe de filas de la oposición, para demostrar que nos mantenemos firmes", le ha confesado a algún colaborador, que recibió estupefacto este comentario del presidente en funciones. 

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