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España

Rajoy corteja a los nacionalistas para evitar una investidura en soledad

Mariano Rajoy, presidente en funciones.

El presidente en funciones vuelve de Bruselas con el pie en el acelerador. Este jueves comenzará su ronda de llamadas a los líderes políticos para sondear el panorama de cara a formar Gobierno. Para cerrar contactos y entrevistas. Pedro Sánchez será el primero. Albert Rivera irá luego. Quizás la vicepresidenta se encargue de los nacionalistas. Sáenz de Santamaría se maneja con soltura tanto con el PNV como con catalanes. Y canarios, que serán pieza fundamental en la estrategia de Moncloa.

Mariano Rajoy confirmó este miércoles en Bruselas que no se puede perder ni un minuto. “Lo razonable es que tengamos Gobierno a la mayor celeridad posible”. Ni pensar en que prosiga el bloqueo. Ni sospechar de nuevas elecciones. “Tenemos que ser rápidos. No quiero ni pensar en lo que puede ocurrir”, señaló ante los periodistas.

La estrategia de Moncloa dista mucho de la de diciembre. El Partido Popular ha conseguido 52 escaños y 800.000 votos más que su directo rival. Aquella frase de ‘¿qué parte del no es la que no entiende?’ ahora ya no cabe. Rajoy hablará en persona con quienes pretende sus socios de la gran coalición. Si aprecia disponibilidad al diálogo, extremo harto improbable, se formarán comisiones para estudiar asuntos concretos y desarrollar acuerdos. Poco confía el presidente en funciones en que esta vía progrese. Al menos con el PSOE. El secretario general de los socialistas se muestra muy reticente. Se va a intentar. “Que se lo curre”, dijo Jordi Sevilla, gurú económico de los socialistas, en referencia a la imagen de inactividad atribuía al presidente.

Un paso al frente sin titubeos

Esta fase será rápida. “Veremos muy pronto si la actitud es receptiva”, señalan en Moncloa. En cualquier caso, la idea es no declinar la oferta del Rey para optar a su investidura. Esta vez se dará el paso al frente. No se rechaza la posibilidad de que el PSOE, finalmente, se abstenga, por miedo a aparecer como los responsables del bloqueo eterno. "Ferraz y sus barones es ahora un enigma envuelto en un acertijo", dicen en Génova. Nada se sabrá hasta superada la cita del Comité Federal para el 9 de julio. Ciudadanos se situaría en la misma posición. Rajoy resultaría así investido en la segunda votación. Quiere hacerlo con los votos de otros grupos. El PNV y Coalición Canaria aparecen entre sus objetivos. El otro canario en danza, Pedro Quevedo, de Nueva Canaria, adscrito al PSOE, ha dado marcha atrás.

El ministro Alfonso Alonso, jefe de filas del PP en el País Vasco señalaba hace unas horas: "El diálogo está abierto, yo le he ofrecido colaboración a Urkullu"

Hay ya contactos en marcha. Alfonso Alonso, ministro de Sanidad en funciones y jefe de filas de los populares en el País Vasco señalaba hace unas horas que "el diálogo está abierto, yo le he ofrecido colaboración a Urkullu”. La canaria Ana Oramas habla permanentemente con unos y con otros. Su escaño vale mucho. Este jueves dijo en RNE que “no habrá gobierno hasta octubre y que no estará encabezado por Rajoy porque habrá sustitución de líderes”. La investidura de julio será fallida, en su opinión. Quizás trate de hacer valer su voto. Esta misma diputada aseguraba el lunes que “hay que ser prudentes y observar actitudes”. Oramas es fina observadora política, tiene buena información. Pese a todo, en Moncloa no piensan que el bloqueo puede esperar hasta diciembre. Ya dijo Rajoy que hay que aprobar presupuestos, poner en marcha la nueva financiación autonómica y hacer frente a los estragos del ‘Brexit’.

Seis escaños simbólicos

Cinco escaños de los nacionalistas vascos y otro canario no son un despliegue abrumador pero sí evitan la sensación de soledad. Rajoy pretende que, si se puede, no salir elegido tan sólo por sus 137 diputados. Se entra en otra fase. La de gobernar en minoría, negociar asunto a asunto, consensuar cada ley. “Será una legislatura breve, agotadora y con un gobierno débil y en minoría”, comentan en Génova. Pero esa es otra historia. Ahora lo urgente es la Investidura. El próximo 26 de julio, si no se tuercen las previsiones. Y con algún acompañante del brazo de Rajoy, caso de que no se cumplan las oscuras previsiones de Oramas. Nadie en el PP piensa, ni por un minuto, en que el actual presidente atienda las reclamaciones de sus rivales para que se vaya a casa a cambio de darle luz verde a un gobierno del PP.

Pedro Sánchez está débil, acosado por los suyos. Resistirá, aunque demediado. Albert Rivera también sufrió un revolcón el 26-J. Su obsesivo veto a la continuidad de Rajoy le ha podido pasar factura, de acuerdo con las mencionada fuentes. Las declaraciones del líder de Ciudadanos, tras las elecciones, apenas se han modulado. Los padres fundadores del partido naranja han mostrado sus dudas ante esta actitud. Respaldan una abstención para superar el actual impasse. Y llevar a cabo una oposición firme y pertinaz al gobierno para sacar adelante los asuntos que siempre ha defendido Ciudadanos. Ahora mismo, casi todo es posible. 

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