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España

Cospedal estalla ante Rajoy por las filtraciones sobre su cese

Dolores de Cospedal.

Dolores Cospedal ha pensado en dejarlo. En abandonar Génova. Pero no ahora. Será en su momento y después de hablar con el presidente. Por eso ha reaccionado con indignación a las filtraciones sobre su salida como secretaria general, filtradas a algunos medios con intenciones de 'malmeter', según su entorno. La secretaria general le ha hecho llegar sus quejas al propio Rajoy. Cree que no se está jugando limpio.

"Es gente que quiere su puesto", comentan algunos de sus fieles. En Moncloa insisten en que el presidente no ha dicho ni una palabra al respecto y que no se hacen públicas las conversaciones privadas entre el líder del partido y su mano derecha.

El PP está sumamente agitado, asaeteado por versiones que circulan en forma vertiginosa sobre renovaciones y salidas. Rajoy habló precisamente de que habrá cambios pero que se anunciarán después de que se hayan producido. Y apeló a la serenidad. Pero hay demasiada gente con la hoz en la mano intentando segar la hierba debajo de los pies de algunos dirigentes de la formación. El principal objetivo es Cospedal a quien algunos barones, miembros del Gobierno y compañeros de partido quieren ver ya lejos de sus actuales responsabilidades.

El pulso con Arenas

En Moncloa consideran que hay gente intoxicando, haciendo circular algunas historias que no se corresponden con la realidad. El equipo de Cospedal también es consciente de que la secretaria general está ya harta de esas batallas, en especial el pulso permanente con Javier Arenas, quien tiene enorme responsabilidad en el batacazo andaluz y en buena parte de lo que esta ocurriendo en el partido en las comunidades autónomas. Ël es orgánicamente el encargado de ese negociado. Y no advirtió al presidente de que había barones que presentarían la dimisión, un duro golpe para Rajoy, que no se lo esperaba.

Sáenz de Santamaria habló para elogiar la "dura e ingrata" labor de Cospedal

Cospedal, de momento, calla. Quien sí ha salido a hablar con la prensa, sorprendente y súbitamente, ha sido la vicepresidenta, Sáenz de Santamaría, que sólo lo hace los viernes. La vicepresidenta se acercó a los micrófonos para deshacerse en loas hacia Cospedal. "Su labor es dura e ingrata y no saldrá de mí ni un comentario de crítica hacia la secretaria general", argumentó. Luego insistió en que todo cambio en el Gobierno y el partido le corresponde al presidente. Estas declaraciones de Sáenz de Santamaría venían a despejar ciertas versiones que señalaban al despacho de la vicepresidenta como origen de las filtraciones de la tormenta, aunque los veteranos del partido más bien miran hacia algún despacho de Génova. Fuego amigo y hasta del mismo edificio.

La tormenta no amaina. El presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, ha pedido la dimisión del ministro Soria por lo del carbón. Muy oportuno, habrán pensado en Moncloa. La batalla continúa.

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