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España

El Gobierno cree que Bárcenas no tiene más cartuchos contra Rajoy, que no cederá al chantaje

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tendrá este lunes su primera comparecencia pública tras el escándalo

A juicio de Moncloa, los sms publicados hoy en "El Mundo" son, posiblemente, el último cartucho que pueda tener Luis Bárcenas contra Mariano Rajoy aunque el ex tesorero está llamado a declarar mañana ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz en la pieza separada de los papeles con la supuesta contabilidad "b" del partido. El Gobierno defiende que los mensajes de móvil que Bárcenas atesoró durante cuatro años persiguen "desviar la atención de sus problemas con la Justicia" porque precisamente, alguien que guarda al paso de los años este tipo de intercambio "epistolar" "ya tiene pensada una estrategia definida ante posibles problemas judiciales" que se le pudieran presentar en el futuro como así ha sido, muy al estilo de Diego Torres, el socio de Iñaqui Urdangarín en el "Caso Nóos".

"Parece evidente que no ha conseguido nada", afirman las mismas fuentes consultadas por Vozpópuli ,que recuerdan que "ni la Justicia ha dejado de acusar, ni los tribunales de actuar" ante el "caso Gürtel", ni ha habido cambio de fiscal anticorrupción ni de las dos fiscales que instruyen el caso ni de la cúpula de la UDEF como pretendía el ex tesorero.

Además, ponen el acento en que el último sms de Rajoy se produce el 18 de enero, dos días después de descubrirse públicamente la existencia de una cuenta corriente en Suiza de 22 millones de euros a nombre del ex tesorero, y en respuesta a un mensaje que le manda éste. Ese mismo día "El Mundo" sacaba a portada la existencia del pago de sobresueldos en dinero "b", que el propio Bárcenas desmiente. Lo que sigue a continuación, según la publicación de este domingo de "El Mundo", es una concatenación de mensajes del ex tesorero en los que no consta respuesta del presidente del Gobierno hasta el 6 de marzo, en que presuntamente deja una llamada perdida.

Moncloa justifica que Rajoy tuvo confianza en Bárcenas durante muchos años y pudo tardar en producirse una quiebra definitiva de la misma, pero a efectos prácticos, se aferran a que el resultado de la estrategia de defensa de éste "es que ahora está en la cárcel", en definitiva, que "no ha tenido protección del Gobierno".

El vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, ha asegurado por su parte que les preocupa "cero" lo que haga Bárcenas y, en la misma línea de Moncloa, ha agregado que ni el partido ni Rajoy van a ceder "a ningún intento de chantaje, se haga en público o privado". A su juicio, los sms "son la prueba material de un intento de chantaje" que hizo Bárcenas a Rajoy en privado y "del que no obtuvo nada", por lo que ahora está intentando hacerlo "a la luz pública", informa Efe.

Rajoy comparecerá mañana ante la prensa tras la reunión bilateral con el primer ministro polaco

Floriano -que ha aprovechado para arremeter contra Alfredo Pérez Rubalcaba, del que ha dicho que "está en connivencia con un presunto delincuente"-  ha señalado que Bárcenas quiere desviar la atención sobre la fortuna que tiene atesorada en el extranjero ante "la imposibilidad que tiene de explicar el origen de los millones". Mientras tanto, Rajoy no va a modificar su agenda y ha explicado que mantienen la tranquilidad "de quien no tiene absolutamente nada que esconder", por lo que entiende que los ciudadanos que confiaron en el PP pueden estar "orgullosos" de un partido y un presidente "que no cede a chantajes". Rajoy tendrá que comparecer mañana en rueda de prensa acompañado del primer ministro polaco, Donald Tusk, de visita en Madrid.

Habrá que esperar qué es lo que dice también mañana la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, que tiene un desayuno informativo en el que presenta al ministro de Economía, Luis de Guindos. La líder de los populares madrileños fue muy crítica este pasado martes con su partido al exigirle que, si se ha financiado ilegalmente, lo reconozca y asuma las responsabilidades que le correspondan a cada uno. Posiblemente vuelva a ser la única voz que, al menos de forma pública, critique la estrategia del PP y de Moncloa.

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