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España

Un informe denuncia hasta 54 desequilibrios de la ley electoral en favor de los nacionalistas

El grupo de investigación de métodos electorales de la Universidad de Granada acaba de concluir un riguroso estudio sobre los resultados de las elecciones generales españolas. En informe revela la existencia de hasta 54 “discordancias graves”. Se trata de las situaciones en el que un partido tiene dos escaños menos que otro menos votado, o bien ha recibido un escaño menos y le supera en más de 100.000 votos. 

El caso más conocido es el de Rosa Díez (UPD) en la anterior legislatura que, con los mismos 300.000 votos que el PNV, logró un escaño frente a los 6 de los nacionalistas vascos. Pero es que en esta legislatura Amaiur con 334.498 votos ha logrado 7 escaños frente a UPyD que sólo tiene 5 asientos en el Congreso con 1.143.325. El 20 de noviembre de 2011, CiU obtuvo 16 escaños con 1.015.691 votos. En cambio, IU con 1.686.040 sólo obtuvo 11 diputados. Y así sucesivamente hasta 54 discordancias que ponen de manifiesto los problemas de representatividad electoral de la democracia española. 

Y lo más llamativo: las 54 discordancias -el 100% de ellas- resultan favorables a los partidos regionalistas o nacionalistas. “Hay un tratamiento asimétrico a favor de los nacionalistas”, denuncia el estudio. Una crítica que ya fue verbalizada –y silenciada- por el Consejo de Estado. 

“El actual sistema permitió evitar la sopa de letras de la transición y hacer una criba de 90 partidos; gozó de bastante consenso, también entre los partidos nacionalistas, pero es hora de actualizarla”, señala el catedrático de Matemáticas Victoriano Ramírez, director del grupo de investigación y el único español consultado por el parlamento europeo para determinar el reparto de sus escaños. 

Alternativas para lograr una "democracia avanzada"

“Tenemos que avanzar de una democracia prehistórica a una democracia avanzada”, señala Ramírez. En el segundo grupo se encuentran países como Suecia, otros países nórdicos e incluso algunos países hispanoaméricanos. Entre los primeros, los que conservan ‘discordancias’ en su sistema electoral, se encuentra Italia, Argentina o Brasil. 

Las alternativas van desde el distrito uninominal británico, al modelo mixto alemán. Pero Ramírez no es partidario de copiar ningún modelo sino de elaborar uno propio basándose en los principios de proporcionalidad y gobernabilidad. La proprocionalidad la resolvería mediante un nuevo sistema de distribución de escaños entre las 52 circunscripciones en función de los votos obtenidos. Lo llaman “biproporcionalidad” y garantizan “discordancia cero”. En cuanto a la gobernabilidad, Ramírez es partidario de que haya una pequeña prima para el ganador del 3-4% como existe en los países de nuestro entorno, pero no del 8-9% existente actualmente. 

¿Será escuchado? No tiene especial confianza. Aunque su informe será entregado a todos los diputados y senadores, no cree que sea atendido. Su experiencia no ha sido positiva en el pasado. Y ahora que el bipartidismo amenaza con desaparecer, las cúpulas del PP y del PSOE saben que su tabla de salvación es precisamente un sistema electoral que establece fortísimas barreras de entrada a los nuevos competidores. En todo caso, la advertencia está hecha. Y la tarjeta amarilla tiene todo el rigor y seriedad científicos que la materia requiere.   

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