Publicado: 31/07/2015 12:42
La Guardia Civil ha desmantelado este viernes una banda de asaltantes de casas con moradores dentro en una operación en Madrid y La Coruña en la que han detenido a una española y a tres albaneses, uno de los cuales ya había sido arrestado por el atraco en 2007 al chalet del empresario José Luis Moreno.
Se trata de la denominada Operación Orquídea, en la que los agentes han intervenido joyas, relojes, dinero y herramientas típicas que se emplean en la comisión de los robos. Hasta el momento los investigadores les imputan cerca de treinta robos cometidos en las comunidades autónomas de Madrid y Galicia.
En el momento de su detención, los agentes hallaron en su poder herramientas y el botín que habían obtenido esa noche, oculto junto a la rueda de repuesto
El grupo solía asaltar chalés de urbanizaciones y actuaba de madrugada cuando los moradores dormían, apropiándose de joyas, dinero en efectivo y otros objetos de valor con fácil salida en el mercado ilícito. En este sentido, uno de los albaneses implicado en estos hechos ya fue detenido en su día por su participación en el robo cometido en diciembre de 2007 en el chalet de José Luis Moreno en la localidad madrileña de Boadilla del Monte, donde le agredieron gravemente.
Las investigaciones se iniciaron tras varias denuncias presentadas por robo en viviendas situadas en la madrileña sierra de Guadarrama y próximas a la carretera nacional I en Madrid, así como en localidades de Galicia. A raíz de estos requerimientos, los agentes de la Benemérita identificaron a un grupo de tres albaneses y una mujer española. Todos con un amplio historial delictivo.
En el momento de su detención, los agentes hallaron en su poder herramientas y el botín que habían obtenido esa noche, oculto junto a la rueda de repuesto. Asimismo y paralelamente en la localidad coruñesa de Cullerero se practicó la detención de la mujer, implicada en algunos de los robos cometidos por la banda.
Los detenidos residían en una urbanización de lujo de Madrid y se desplazaban a diario en un vehículo hasta la zona donde por la noche iban a cometer los robos. En un punto determinado de la carretera dos o tres personas se apeaban y el conductor del vehículo regresaba a su domicilio, hasta que transcurridas unas horas era avisado por sus compañeros para que los recogiera en un lugar convenido.
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