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España

Wert, el ministro ignífugo, supera su último incendio

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, durante una reunión con Mariano Rajoy

El ministro de Educación, Cultura y Deporte conserva la confianza de Rajoy, según trascendía este miércoles de fuentes de Moncloa. El patinazo de las becas Erasmus, cuyo montante suprimió el Departamento sin aviso previo y sin conocimiento del Consejo de Ministros, quedó difuminado en pocas horas. La rectificación de José Ignacio Wert, sobre la marcha, aplacó una polémica de enorme intensidad. Alcanzó al Gobierno, al partido, a los barones provinciales, a la oposición en pleno y hasta a Bruselas. Una marejada muy ruidosa, pero muy efímera.

Algunos analistas rastreaban ayer las huellas del episodio en la epidermis política del ministro. Daños apenas perceptibles. "El asunto de la beca es de dimensiones reducidas al lado de otros temas que tiene ese ministerio entre manos", comentaban fuentes de la Presidencia. Versiones exageradas llegaban el miércoles a conclusiones precipitadas sobre una supuesta caída en desgracia del ministro, remodelación ministerial, crisis de Gabinete... Una cosa es que se trate del ministro menos valorado en las encuestas y otra que el presidente le haya apuntado en la lista negra. "El socialismo más sectario y los nacionalistas más extremos son los principales enemigos de Wert y esto, claro, cae muy bien en la Moncloa", comenta un compañero de Gabinete.

Ministros 'quemados'

Rajoy no es un apasionado amigo de cambios, como es bien sabido. Cierto que hay algunos ministros que se dan prácticamente por 'quemados'. No siempre son los que parecen. Así, Ana Mato ha dejado de ser cuestionada mientras que Alberto Ruiz Gallardón, titular de Justicia, ha perdido la confianza del presidente. Nadie conoce el calendario de Rajoy, que es de ritmo lento, pero se da por descontado que no abrirá la crisis de Gabinete hasta que no resulte imprescindible y ello coincidirá con la elaboración de las listas para las elecciones europeas.

A pesar de que nadie conoce el calendario de Rajoy, se da por descontado que el patinazo de las becas Erasmus no abrirá crisis de Gabinete

Wert goza de la confianza plena de Mariano Rajoy, quien le colocó al frente de la delicada y crucial cartera de Educación cuando el propio interesado se esperaba el despacho de RTVE. Durante años ha sido socio, colaborador y amigo de Pedro Arriola, el experto demoscópico del Partido Popular, tanto en tiempos de José María Aznar como de Rajoy. Esta circunstancia le abrió las puertas para entablar una relación muy estrecha con el actual presidente del Gobierno, quien le valora en lo personal y estima su trabajo en lo profesional. "Mantiene intacto su apoyo en el ministro", comentaban ayer fuentes del departamento. La batalla abierta que sostiene Wert en el frente educativo con todo el bloque de la izquierda le hace sumar enteros ante el presidente.

Territorio de batalla

La Ley de Educación es una de las pocas apuestas de cierto calado ideológico que ha planteado el actual Gobierno. Wert la ha defendido, con irregular fortuna, pero con enorme empeño. Ha sufrido la enemiga de la oposición en pleno, de propio sector educativo y hasta de los propios. Ha tenido que rectificar en diversas oportunidades, en especial en el calendario de la implantación del nuevo texto legal a causa de las presiones ejercidas por las distintas comunidades autónomas.

El ministro de Cultura, Educación y Deporte va por libre y sabe que tiene el respaldo de Rajoy. Con eso le basta.

También goza del respaldo de Dolores Cospedal, la secretaria general del PP, quien ha tenido que mediar entre el ministro y los líderes regionales durante el trámite de la ley de Educación. Cospedal siempre se refiere a él en positivo y destaca la dificultad de su gestión, poner en marcha una ley educativa después de treinta años de imperio socialista en este ámbito.
Brillante, locuaz, expansivo, tertuliano, analista, inquieto y algo ególatra, Wert había desarrollado una carrera profesional de éxito en el ámbito privado hasta que accedió a la cartera ministerial. Había sido subdirector del CIS y, en los labores de la transición, había militado en Izquierda Democrática, la UCD y Coalición Democrática para derivar luego en el PDP, de tendencia democristiana. Dirigió empresas de sondeos sociológicos, pasó por el BBVA, recaló en una sociedad publicitaria del grupo Prisa hasta dar el salto a la política. Va por libre y sabe que tiene el respaldo de Rajoy. Con eso le basta.

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