Marcelo, el ángel de la guarda de Fernández Díaz que le ayuda a aparcar

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, es un conocido católico practicante que afirma que Dios lo tiene previsto, y que "casualidad" es sólo un pseudónimo de Dios. "No dude de que ¡todo! tiene sentido, un sentido profundo", afirma en una entrevista en La Vanguardia, en la que confiesa que tiene un ángel de la guarda al que llama Marcelo, alguien que le "ayuda en pequeñas cosas, como aparcar el coche. Y también en las grandes, siempre ayuda". 

Tras defender la labor de la inteligencia y la policía españolas, asegurando que las detenciones, aunque sean en campaña, no dependen de él, explica que le encanta leer biografías noveladas y novelas históricas, y le habría encantado vivir la España del siglo XIII, en plena Reconquista. "Estaba forjándose Europa. Y la Roma del siglo I y II", pero evitando ser mártir cristiano. "Me fascina la eficiencia de la Roma Imperial, sus leyes, sus calzadas... Y también me interesa la Teología de la Historia, la disciplina que entiende a Dios como Señor de la Cronología y de la Historia: por tanto, nada de lo que suceda es casual, ¡todo responde al plan de Dios!", comenta. 

Preguntado sobre Cataluña, declara que una posible independencia provocaría que dejara de ser "rica y plena", y que el número de secesionistas ha crecido por la suma de crisis económica más corrupción política, algo que han aprovechado los populismos. "Estoy seguro de que hoy el 50% de esos votantes independentistas son coyunturales, ocasionales", añade. 

Sin embargo, no ha querido actuar contra Francesc Homs después de que éste acusara al Gobierno de actuar "como hienas" y no lo ha hecho para no regalarle un mayor altavoz, ya que "resultaría peor el remedio que la enfermedad". 

Fernández Díaz también explica que su vocación por la política le viene desde niño, ya que le encantaba leer la prensa, las páginas políticas, mientras que sus hermanos preferían la prensa deportivas. "Me gastaban bromas: 'Jorge llegará a ministro', decían", confiesa. 

Y finalmente llegó a ministro, algo que le ha supuesto un coste respecto a su familia, lo que intenta compensar con sus nietos. Afirma que le encanta pasear con la familia o con su perrita Lola, un shih tzu que niega que alguna vez haya colado en un avión. Camina a paso vivo "a 5 o 6 kilómetros por hora", más despacio que los 7 km/h que declaró Rajoy a Bertín. "Rajoy tiene zancada larga, es verdad", alega. 

Preguntado sobre la hipótesis de si tuviese un hijo homosexual, se apresura a decir que no lo es -ninguno de los dos que tiene-, pero si se pone en situación y le viera casarse con un hombre, "me llevaría un disgusto, la verdad, pero estaría a su lado, ayudándole como padre".