Publicado: 08/09/2016 04:00
Un mes después de las últimas elecciones, en las que el PSOE se dejó otros cinco diputados, Jordi Sevilla tomó la decisión de explorar su retorno al sector privado y se colocó el cartel correspondiente, criticando en la intimidad algunas de las decisiones tomadas por Pedro Sánchez y apartándose de sus reuniones de estrategia. En Ferraz, algunos han tomado nota y ya no se le convoca a ellas. En PricewaterhouseCoopers, la última firma para la que trabajó antes de regresar a la política el año pasado, el exministro cree tener ya las puertas cerradas, por lo que sus ojos se han puesto en otras consultoras. En concreto, maneja dos opciones posibles que todavía no ha revelado a quienes han cogido con él confianza en la ejecutiva socialista.
Sevilla llegó a postularse como líder del PSOE al ver que Zapatero dudaba dar el paso
Cuando Sánchez anunció a los cuatro vientos en junio del año pasado el fichaje de Jordi Sevilla como asesor económico, muchos de los que convivieron con él durante la etapa del PSOE en la oposición y, más tarde, como ministros del Gobierno de Zapatero, pensaron que contar con alguien de un perfil tan ambicioso suponía un peligro, teniendo en cuenta que podía abandonar el barco si las cosas venían mal dadas, pues su apuesta era solo a caballo ganador. “A Jordi siempre le ha perdido la ambición, cuando Zapatero dudaba si dar o no el paso de luchar por el liderazgo del partido, él quiso dar un paso adelante y llegó a postularse, una iniciativa que logró parar a tiempo Jesús Caldera”, recuerda un dirigente socialista de la época que llegó a formar parte del Gobierno y después contempló con agrado la salida de Sevilla del Ministerio de Administraciones Públicas.
En opinión de altos cargos del partido que pertenecen al comité federal, la apuesta de Sánchez por Sevilla estuvo guiada por su interés en presentar una cara amable y moderada al mundo económico y, al mismo tiempo, transmitir que en la elaboración del programa electoral no se iba a mirar por el rabillo del ojo a Podemos.
El exministro de Zapatero fue uno de los que desde el principio se mostró más escéptico sobre la posibilidad de que prospere un Gobierno de izquierdas, opinión que ahora está reconsiderando. Sevilla respondió al veto que le impuso Pablo Iglesias -“no queremos a ministros lobistas” - con unas declaraciones públicas en las que dejaba en mal lugar a la formación morada. “Sean cuales sean los resultados de las elecciones generales, no pactaremos con Podemos”, dijo poco antes de los comicios del 26 de junio. Y añadió: “hoy Pedro Sánchez podría haber sido presidente con Pablo Iglesias de vicepresidente y dijimos que no. No encuentro ninguna razón por la que el 27 de junio vayamos a decir ‘sí’ a lo que dijimos ‘no’ el 4 de marzo. Las cosas que dice Podemos me parecen una especie de caricatura del programa del PSOE, es nuestro programa más dos huevos duros, lo que proponen no cabe en el euro, que no es un detalle pequeño”, declaró a la Cope.
Pendientes de la carambola gallega
Permeable a las voces que dentro del mundo empresarial ven razonable que los socialistas dejen gobernar a Mariano Rajoy para salir del bloqueo político, Sevilla no descarta ahora que por una carambola, como sería la pérdida de Alberto Núñez Feijóo de la Xunta gallega el próximo domingo, 25, a Sánchez le soplen algunos vientos a favor que le inciten a intentar de nuevo un acuerdo con Podemos y los independentistas con tal de llegar a La Moncloa.
Sevilla no descarta ahora que a Sánchez le soplen vientos a favor de la formación de un Gobierno de izquierdas
El exministro, que por recomendación de algunos miembros de la ejecutiva del PSOE ha retrasado la publicación de un libro que describe, entre otros episodios, la negociación mantenida con Podemos después del 20D, publicó este miércoles un tuit que decía: “Jope! Cómo va esto! Dicen por ahí q "abandono a Pedro Sánchez" y q busco trabajo y yo, sin enterarme, sigo trabajando para Pedro y el PSOE”.
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